El psicoanalista.

El psicoanalista

La novela de el psicoanalista, escita por John Katzenbach está escrita en tres partes, la primera llamada una carta amenazadora, en la que comienza narrando acerca de el doctor Frederick Starks, que se encuentra en su consultorio, atendiendo a su paciente Roger Zimmerman, después de concluir su sesión con el paciente, tocaron el timbre de su consultorio y se encontró con un sobre que decía “Feliz 53° cumpleaños, doctor. Bienvenido al primer día de su muerte”, debajo de ese recado venia una carta, en la que le proponía un juego que trataba de que le daba quince días para adivinar quién era el anónimo, en cuanto a pistas que le daría día tras día, también tendría la oportunidad de hacer tres preguntas en la columna de un periódico, en la que solo podía responder con un sí o un no, si pasados, los quince días no sabía quien era el autor  de la carta firmada como Rumplestilskin, tendría que elegir entre dos opciones, suicidarse o ser testigo de que el anónimo matara a una lista con cincuenta y dos de sus familiares, prometiendo que cada una de sus muertes serian atroces. El doctor era una persona viuda desde hace un año llevaba la soledad consigo, su esposa murió de cáncer de ovarios, se dio cuenta de que los doctores por mucho que estudien medicina, a veces no pueden salvar la vida de los que más quieren, por lo mismo su vida se volvió muy monótona, todos los días hacia lo mismo, no socializaba, ni si quiera veía a su familia, de cierta forma se había hecho un poco amargado y  no se daba cuenta de que estaba desperdiciando sus  años de vida.

Esa noche tan espantosa y sorpresiva, se puso a llamar a los cincuenta y dos de sus familiares, para ver si en estos últimos días les había pasado algo extraño, a una persona de la lista, el hijo de su hermana mayor, le dijo que en el cumpleaños de su hija alguien le mando una tarjeta de felicitación, en la que contenía imágenes de violaciones muy sádicas, y debajo de las imágenes decía “esto es lo que te voy a hacer cuando te encuentre sola”,  todo esto los tenía tan sorprendidos,         que se dio cuenta de que era obra de Rumplestilskin, mejor conocido como señor R.

Después de este suceso, al otro día le tocaba consulta con el señor Zimmerman, el nunca faltaba y ya era tarde para la hora, en su lugar llego una mujer muy atractiva, con melena güera y ojos verdes, ella le dijo que se  lo había encontrado en la terminal del metro y Zimmerman le dijo que había decidido dejar el tratamiento, esto sorprendió al doctor, además le dijo que ella era aliada del señor R y venia a darle una pista, le dijo que se remontara en los años 1977, ahí encontraría una pista, el nombre de la mujer era Virgil.

Esa tarde se quedo intranquilo y quiso saber que había pasado realmente, así que fue a su casa, no encontró nada, así que fue  a la estación del metro, se enteró que ahí había ocurrido un suicidio, Zimmerman se había aventado a las vías del tren. Fue a la estación de policías, y le dijeron lo mismo, el aporto diciendo que él no tenía ningún síntoma para suicidarse, pero aun así no hicieron gran cosa al respecto. Al otro día le llego una carta de una Sociedad Psicoanalista a la que el pertenecía, le informaban que habían recibido una denuncia de una de sus ex pacientes, una mujer lo acusaba de violador, describe que en cada sesión la violaba y le hacía cosas feas, debajo de la denuncia venia el numero de un doctor y un abogado. Ante esto el doctor Ricky se quedo atónito, hasta donde podía llegar la maldad del señor R, por lo mismo estaba en riesgo de ir a la cárcel y por consiguiente estaba fuera de la Sociedad de Psicoanalistas. Ese día se contacto con el abogado Merlín, le dijo que buscara su bufete, el cual lo buscó y no había nadie, lo cual supuso que también era aliado del señor R y lo único que quería era confundirlo y hacerlo perder tiempo.

Otro día, recibió una carta del detective encargado del caso del señor Zimmerman, le mando una nota en la que Zimmerman decía que era mejor que se matara ya que nadie lo ayudaba, ni si quiera su psicoanalista. Ricky sospecho de la nota, ya que la habían encontrado en su casa de Zimmerman, pero en ella no había nadie, así que supuso que alguien la plantó allí.

Días después publicó en una columna que si ¿estaba buscando a su madre, remontándose a veinte años atrás?, al querer pagar con tarjeta le dijeron que no tenia fondos y tuvo que pagar en efectivo. Más tarde hablo al banco para preguntar por su dinero electrónico, y le dieron que alguien había hecho varios movimientos y se había quedado sin nada de dinero en las tarjetas. Es tarde se puso a hacer una lista de mujeres pacientes suyas de entre los años 1975 a 1985, más o menos era una lista de setenta mujeres.

Al otro día recibió respuesta en el periódico, estaba con tinta roja, decía “veinte años sitúa, y a mi madre estas buscando. Cuando la atendiste, como señorita la conociste. Dejaste sus promesas sin cumplir. Y la venganza de su hijo vas a sufrir. El padre lejos y la madre fallecida, por eso quiero acabar con tu vida”. Después de un día abrumador, decidió ir a un bar, ahí estaba Virgil, el se sorprendió ante lo que había dicho “Todo el mundo necesita un guía que lo lleve hacia el infierno”, también le dijo que a partir de mañana le quedaban siete días y dos preguntas más, además le enseñó las fotografías de unos de sus parientes, las cuales son recientes y no se nota que se hayan dado cuenta de que se las tomaron.

Ante todas sus situaciones decidió pedir ayuda a su maestro psicoanalista de hace años, el doctor Lewis, fue al lugar donde vivía, le conto de Virgil, del abogado Merlín y de su bufete que nunca existió, también le hablo de Zimmerman, su tratamiento y su muerte y le contó de la falsa acusación de abusos sexuales. Ambos se pusieron a indagar, se dieron cuenta de que el anónimo era una persona de su propia profesión, también dedujeron que quien era la mujer la cual asistió quince días a sesiones con el y luego se suicido, después de un rato se fueron a dormir. Al otro día no había nadie en casa, había una nata dirigida a el, en la que decía que se tenía que ir, y quizás no regrese a tiempo para ayudarlo, también le dijo que si al ganar el juego no perdería, o al revés, si al perder podía ganar. Después de eso llego un taxi, el cual le dijo que lo mandaba el doctor Lewis y le dijo que lo tenía que llevar antes de que saliera el tren de la mañana. De camino a la estación de tren vio que había trafico, debido a un accidente, algo había ocurrido a un volvo azul, justo el mismo modelo del doctor eso dijo según un policía de tránsito, el doctor Frederick quería bajar a ver que había pasado con aquel accidente y también quería saber que le había pasado a su amigo, por varias razones el taxista lo convenció de no bajar y seguir en el taxi o no llegarían a tiempo antes de que se fuera el tren

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