Los Berrinches
Enviado por erendidaacosta • 17 de Julio de 2011 • 1.719 Palabras (7 Páginas) • 887 Visitas
Los berrinches en los niños
La actitud de los padres ante los berrinches
Por: Esperanza para la familia
Para los padres de familia, el inicio de un berrinche es realmente una aventura, ya que calmar al niño no es tarea fácil, y mucho menos lo es controlarse ellos mismos.
Cuando el niño empieza a hacer berrinches, muchos padres de familia empiezan a actuar de una manera muy extraña. Pareciera que se trata de un asunto en donde no hay un adulto presente. Muchos padres no saben cómo enfrentar esto, y actúan de una forma poco adecuada.
Parece curioso pero cuando los niños empiezan a hacer berrinches, los padres hacen su propio berrinche y parece una competencia, por un lado el niño llora y patalea y por otro el padre grita y le da nalgadas, y no sabes a quién irle, pareciera una competencia. Al final va a ganar el niño verdadero.
Así es lo que habitualmente sucede a muchísimos padres de familia en nuestra sociedad. Pero los adultos son los que deben de llevar la batuta, los que deben de tener la palabra final; lamentablemente son los niños a esa edad quienes en muchas ocasiones terminan haciendo lo que ellos mismos desean.
Es importante que los padres de familia reflexionen y recapaciten en la forma en que han estado actuando con sus hijos.
Es cierto que no hay una escuela para padres, y que cuando llegamos a ser padres no estamos preparados para serlo. Eso es una verdad a medias. Es cierto que no tenemos la experiencia propia, es decir, no hemos vivido la paternidad o la maternidad, hasta que realmente tenemos a nuestros propios hijos, pero hay otras personas que ya han vivido eso y nos pueden aconsejar.
Un buen consejo en cuanto a la educación de los hijos no debe de tirarse al suelo, no debe de retenerse y debe en lo posible ponerse en práctica.
La educación de cualquier niño en el mundo, necesariamente implica dos cosas: amor y un carácter firme por parte de sus padres, que ayude a los niños a disciplinarse y a respetar límites. Esa mezcla de amor y disciplina, de protección y de firmeza es indispensable para la crianza de nuestros hijos.
Dale amor a un niño y no lo disciplines, y fomentarás a un niño mimado y berrinchudo que va a avergonzarte en muchas ocasiones; prepárate para experimentar pena y vergüenza.
Por otro lado, a un niño que no se le ama, que no se le abraza ni protege, sino que solamente se le está disciplinando o lo tratan como si estuviera en el ejército, crecerá como un niño amargado, alejado de los padres, resentido.
Tus hijos deben ver en ti un amigo, alguien en quien confiar, alguien que los ama y a quienes aman también ellos, deben saber que tú eres quien tiene la última palabra y que eres firme en tus decisiones.
Empiezan a verte no solamente como un amigo, sino como alguien a quien se le debe de respetar. Los padres deben de ganarse el respeto de sus propios hijos, y esto es aquello en lo que fallan muchos padres de familia cuyos hijos hacen berrinches.
Qué hacer con los berrinches?
Lo primero es no perder la calma. Muchos padres se estresan cuando ven a su hijo haciendo un berrinche. Cuando ya estás estresado y actuando de forma impulsiva estás cayendo en el juego del berrinche, y eso debes evitarlo. Mantén la clama y ten mucha paciencia.
Segundo, mantenerte firme en aquello por lo cual el niño está haciendo el berrinche. No te dejes llevar por un sentimiento, ni te sientas presionado. Conserva tu postura.
Da buenos resultados también quitarle importancia al berrinche, es decir, ignorarlo hasta cierto grado, dejar al niño que llore y haga su rabieta, y no darle aquello que está pidiendo es bueno, ya que con esto se le está dando un mensaje al niño, le estás diciendo: “aquí en esta casa no vas a conseguir nada con rabietas ni con llantos”.
Ese es un muy buen mensaje, que si se es firme y no se cae en el juego del berrinche, el niño va a entender que no va a obtener lo que él desea, que para obtenerlo él debe cambiar de forma de actuar.
Es un error gravísimo el darle al niño aquello por lo que está haciendo el berrinche pues estás condicionando la conducta de tu niño para que efectivamente así siga procediendo. Ellos no son tontos, cuando ven que de alguna manera consiguen las cosas, siguen actuando exactamente de esa manera.
¿Pero cómo es posible que le vayas a dar el chocolate al niño, por el cual hizo el berrinche? Estás profundamente equivocado en tu concepto de “amor”, eso no es amar al niño. Si tú estás condicionando al niño a actuar de esa forma, premiando sus berrinches, créeme una cosa, no tienes una gota real de amor práctico por ese niño.
El amor verdadero busca ayudar a aquel que necesita ser ayudado y ese niño lo que está pidiendo a gritos es que se le ayude a dominar su carácter. Ese niño está pidiendo a gritos una madre de a de veras, está pidiendo un castigo algo que le incomode, que lo restrinja.
El
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