Relación de la Teoría de la Personalidad Junguiana con la construcción de historias y narrativas
Enviado por Torpor42 • 6 de Diciembre de 2023 • Ensayo • 1.610 Palabras (7 Páginas) • 92 Visitas
UNIVERSIDAD RAFAEL URDANETA
VICERRECTORADO ACADEMICO
FACULTAD DE CIENCIAS POLITICAS, ADMINISTRATIVAS Y SOCIALES
ESCUELA DE PSICOLOGIA
CATEDRA: PSICOLOGIA GENERAL III
Relación de la teoría de personalidad Jungiana con la construcción de historias y narrativas.
Ensayo presentado por:
Andrés Bohórquez
Saúl Salazar
Maracaibo, abril 2023
Introducción
Uno de los motivos de consulta psicológica más frecuentes y a su vez una de las problemáticas más arraigadas en la sociedad moderna; son las llamadas 'crisis de identidad', el sentir que tu vida no te pertenece y que todas tus acciones están preescritas por alguien más. En muchos de estos casos, los pacientes terminan descubriendo que la raíz de su malestar ni siquiera viene directamente de ellos; que aquello que los afecta es producto de un patrón de comportamiento interiorizado y adherido a su personalidad del que no se habían percatado antes; En una familia de médicos, por ejemplo, puede existir un patrón específico relacionado con la imagen del 'sanador'; un personaje que es representado religiosamente de generación en generación y que termina influenciando significativamente, ya sea para bien o para mal, el rol de cada uno de los miembros de dicha familia. Para entender por qué ocurren estos fenómenos, es necesario ahondar en un poco de teoría.
Desarrollo
Según Campbell (1992) "Todos los dioses, todos los paraísos, todos los mundos, están dentro de nosotros; son sueños magnificados". (p. 65); ¿A qué hace referencia el autor con esta frase?. A simple vista, si se toma de forma literal; da la impresión de estar hablando en términos esotéricos o de pensamiento mágico; sin embargo, dicha inferencia no es acertada. Esta no es más que una forma de abordar de manera condensada y algo poética, uno de los conceptos fundamentales que yacen de la teoría de personalidad Jungiana: el inconsciente colectivo. Según Jung (1995) este vendría a ser el lugar de los contenidos inconscientes que son comunes para con todos los miembros de la especie humana.
Esto quiere decir, que el mismo puede asociarse a una sabiduría ancestral e infinita de la humanidad, la cual se hereda con base en las formas, más no las representaciones exactas, es decir, patrones que se repiten constantemente, pero que no se manifiestan exactamente de la misma forma; un ejemplo de esto puede ser, como lo expresó Campbell (1992) al principio, la creación de diversos dioses y figuras supremas a lo largo de las civilizaciones. Dichas figuras; son creadas y manifestadas por el inconsciente colectivo a través de los llamados arquetipos, estos últimos, definidos por Jung (1995) como un conjunto de símbolos primitivos compartidos por personas de todos las épocas y lugares; cuyo propósito es expresar elementos de la psique que exceden al campo de la razón.
En mayor parte, debido a dicha característica irracional innata; Jung (1995) propone que la vía mediante la cual los seres humanos deducen indirectamente la existencia de los arquetipos es a través del uso de la narración: esta última se define según Reyes (1984) como una forma discursiva universal, mediante la cual se le asigna orden y lugar a acontecimientos, actos humanos y abstracciones del pensamiento; y que tiene la capacidad de reflejar algún tipo de significado. Este proceso de asignarle orden y sentido a las vivencias se vería afectado significativamente si no existieran patrones innatos con los que darle forma a la narración. Con base a esto, se entiende que existe una relación simbiótica entre arquetipos y narrativas, y gracias a que estas últimas tienen un papel fundamental en la vida de los pueblos y del ser humano en general; en palabras de Bruner (1997) “Vivimos la mayor parte de nuestras vidas en un mundo construido según las normas y los mecanismos de la narración”. (p.168). Influyen significativamente en la forma mediante la que los seres humanos construyen la concepción de si mismos, es decir, la identidad.
Para explicar la relación de esta última con las narrativas y los arquetipos, es necesario en primera instancia darle una definición coherente; según Gergen & Gergen (1987) la identidad se define como un constructo que proporciona a la persona un sentido de continuidad del ser a lo largo del tiempo, el cual le da la suficiente coherencia a las experiencias divergentes como para que formen un todo interconectado; y con esto, dar sentido a las experiencias y a la vida en su conjunto; en pocas palabras: la forma en la que los seres humanos se perciben a si mismos como un todo de experiencias interconectadas que existe a lo largo del tiempo.
Todos estos aspectos de la identidad: continuidad, coherencia y significado, se crean al poner las experiencias, en una historia de vida, es decir: una narración. Así pues, se puede afirmar que la identidad tiene necesariamente forma narrativa. Esto es ejemplificado por Roesler (2006) a la perfección, al expresar como se ve reflejado constantemente en la forma en la se lleva a cabo una entrevista psicológica; ya que en la misma, el psicólogo permite que el paciente le cuente su historia de vida, y a través de dichas narraciones se infieren muchos datos valiosos sobre la personalidad y la identidad del entrevistado.
Como se expresó con anterioridad, los arquetipos se manifiestan de forma indirecta en las narrativas, por ende, realizando un simple ejercicio de asociación, se entiende que los mismos actúan de manera significativa en el proceso de creación de la identidad, lo cual ocurre a través de los denominados 'patrones arquetípicos'. Estos últimos, no son más que la forma en la que los arquetipos se adhieren e influencian la personalidad de un individuo; esto se produce debido a que los seres humanos heredan "mecanismos automáticos muy básicos que vienen determinados genéticamente" (Saiz & Pilar, 2005); los cuales al interactuar como un todo con el medio que los rodea, posibilitan el surgimiento de patrones de organización, cuya existencia da origen a la tendencia de manifestar la identidad y la personalidad a través de los patrones arquetípicos. Aunado a esto; el hecho de poseer (como se mencionó con anterioridad) una cantidad significativa de formas de representación innata producto del inconsciente colectivo; facilita que las personas terminen adoptando estos roles y patrones específicos que terminan siendo determinantes en el sentido y la coherencia que posteriormente le dará forma a la narración con la que construyen su identidad.
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