Resolución de Conflictos, El Efecto Lúcifer

Introducción

 Desde el principio de los tiempos se ha estudiado la conducta humana y la forma en la que es influida por actitudes, pensamientos, sentimientos y necesidades, tratando de comprender así por qué algunas personas actúan de forma diferente a otras, y qué es lo que los lleva a realizar ciertas acciones. Se considera que el comportamiento humano es una manifestación de la personalidad que bien puede ser guiada por fenómenos psíquicos o por la influencia de factores situacionales, pero ¿cuál es la relación que tiene la conducta humana con los conflictos?  

No existe una barrera que separe el conflicto de la humanidad, de alguna forma siempre estará relacionado con la misma. Sin embargo, la forma en la que el ser humano asume los conflictos es lo que desde una perspectiva idealista podría determinar el origen del comportamiento humano.

¿Es el ser humano capaz de reconocer cuando está obrando bien y cuando no? ¿cómo puede el ser humano generar un conflicto y no reconocer el daño que puede causar? ¿Qué impacto puede generar un conflicto en el ser humano?

Mediante ejemplos claros de grandes sucesos generados por conflictos sociales, interpersonales y políticos, este artículo reconoce la conducta humana como base principal de la generación de un conflicto y pretende explicar cómo el ser humano influido por factores situacionales internos y externos puede ser capaz de transformar el bien en el mal y desatar un infierno en la humanidad.

LA TRANSFORMACIÓN DEL BIEN EN EL MAL, UNA CONDUCTA HUMANA.

Podría comenzar este artículo mencionando miles de historias de sucesos atroces que fueron cometidos por los seres humanos y que ciertamente se desencadenaron por simples diferencias de intereses, falsas percepciones, estereotipos, etc. Pero no podría hacerlo sin antes considerar las causas de la conducta de dichos seres, y es que es realmente eso lo que llega a generar millones de dudas. El comportamiento humano se considera como un conjunto de acciones adaptivas al estímulo del entorno, podríamos entonces decir que la conducta en el ser humano puede deberse a factores situacionales internos y externos que darían explicación a preguntas como: ¿Qué es lo que hace que el ser humano obre bien o mal? O ¿Qué es lo que determina el pensamiento y la acción? Para encontrar la raíz de estas interrogantes sobre la conducta humana, situémonos en el principio de los tiempos.

“Mejor es reinar en el infierno que servir en el cielo” son las palabras con las que se describen a Lucifer en el poema narrativo El paraíso Perdido de John Milton (1667). ¿Y por qué comienzo con esta cita? Pues porque esto describe exactamente la transformación suprema del bien en el mal en la historia de la humanidad. Lucifer-Satanás era el ángel favorito de Dios hasta que decidió revelarse ante la autoridad y fue desterrado del paraíso al infierno junto con los demás ángeles caídos. A lucifer se le dijo que “no podría recuperar el cielo mediante una confrontación directa” fue entonces cuando a Belcebú, el príncipe de Satanás se le ocurre la mejor forma de vengarse de Dios, la cual fue corromper su creación suprema, el género humano. Satanás tuvo éxito al tentar a Adán y a Eva para que desobedecieran a Dios, luego de esto tuvo libertad para hacer que la humanidad callera en el mal, esto claro está, con ayuda de brujas y brujos. Sin embargo, hubo quienes deseaban librar al mundo de dicho mal, tanto la Iglesia como sus Estados aliados tenían el deseo de combatirlo, pero con sus métodos perversos dieron origen a una nueva forma de maldad sistémica que el mundo, hasta entonces, no había conocido. He aquí un ejemplo claro de como el ser humano puede corromperse ante las fuerzas situacionales, los inquisidores que quisieron librar al mundo del mal, creyeron haber obrado bien, sin embargo, estaban transformado la maldad cometiendo actos atroces contra la humanidad misma. Pero ¿Como es capaz el ser humano de discernir entre el bien y el mal? En mi opinión la maldad es algo de lo que todos somos capaces en función de las circunstancias, la maldad evoca nuestros peores impulsos; una persona pudo haber crecido siendo benévolo, justo y honesto, pero puede que, en un momento determinado de la vida, algo o alguien lo haya inclinado a tomar decisiones que saquen a relucir esa esencia malvada que se esconde en lo más recóndito de nuestro ser, llevándonos a cometer actos violentos. Como sería el caso de una madre que encuentra al padre de su hija abusando sexualmente de ella, o una persona quien cegada por los celos decide acabar con la vida de su pareja; Aunque son ejemplos crueles, son la realidad de la dualidad del ser humano, ese lado malo que despierta en unos más que en otros y generan los peores conflictos.

¿Qué tanto pueden impactar los conflictos en el ser humano? Los conflictos parten de las diferencias sociales, los intereses divergentes, los objetivos opuestos o de la rivalidad y la competencia; todo esto es lo que genera discordia entre las conductas que bien podrían ser una oportunidad de cambio o un asunto indeseable. He aquí algunos ejemplos de los peores conflictos generados por el hombre: La Primera Guerra Mundial, este conflicto se generó por la creciente competitividad entre las grandes potencias europeas por los recursos naturales en África y la hegemonía en el Viejo Continente.

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