Resumen de Identidad, "Carácter Social" y Cultura Latinoamericana - Jorge Gissi B
Gaston253647Síntesis27 de Agosto de 2015
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Resumen de Identidad, "Carácter Social" y Cultura Latinoamericana - Jorge Gissi B.
(Hacia una psicología social dialéctica de la América Latina):
1. Introducción:
El artículo parte por constatar que la América Latina no tiene verdadero nombre, y que sus hombres son todos coloniales o neocoloniales. Luego se pasa a ver que no tenemos identidad, o que nuestra identidad es precaria, haciendo notar que esto es a la vez una consecuencia y causa central de la dominación pasada y presente, económica y cultural, pública y privada. Por tanto, tenemos que construir una identidad.
2. Un continente sin nombre:
a) La palabra "América": El bautismo y rebautismo de América ha expresado el carácter colonial que tuvo el continente durante 3 siglos, así como también su carácter neocolonial posterior. Como sabemos, este nombre proviene de Américo Vespucio, quién fue el primero que se dio cuenta de que había llegado a un continente nuevo. Y sería el cartógrafo Martín Waldecomuller quién propondría el nombre de Vespucio para nombrar el continente "descubierto".
b) La palabra "indios": Sin embargo la "primera persona"[1] en llegar a este continente fue Cristóbal Colón, quién hasta el final estuvo convencido de que había llegado a la India, al contrario de Vespucio. Su misión claro está era la de hacer negocios con sus habitantes, los mal llamados "indios". Fue a partir de aquí que, por un error europeo, se le empezó llamar así a los habitantes que provenían de este continente.
c) La palabra "descubrimiento": La percepción que los españoles tuvieron de esta palabra implicaba que los indígenas no eran importantes como descubridores (o sea, para ellos no existían). Lo que se ha llamado "descubrimiento de América" ha sido tan sólo visto desde Europa, revelando por consiguiente que América Latina no ha sido un mundo "para sí" (sus habitantes), sino un mundo "para otro" (los europeos).
Por ende, la suposición del descubrimiento de América por los españoles es una suposición etnocéntrica (en este caso, eurocéntrica): Ellos creían que España y Europa era el centro del mundo, la "civilización", por lo que creían que era legítimo el apropiarse de las tierras, gente y riquezas que habían en aquel continente. Y claro que esto se llevó a cabo a sangre y fuego durante el siglo XVI y después, destruyendo culturas y pueblos enteros y robando el oro, la plata y otras riquezas. Esto es lo que llamarían los historiadores como el "trauma de la conquista". A partir de ahí, la historia de América se transforma en la historia de la conquista y colonia contada por los españoles.
d) La palabra "americano" en la actualidad: La linguística nos dice que el lenguaje es dinámico y cambia permanentemente. La socio-linguística muestra además que una misma lengua es diferente en diferentes regiones, clases, sexos y generaciones, y que cambia el lenguaje con el cambio social. Teniendo esto en cuenta, el significado de la palabra América ha cambiado de un modo neocolonial, ligado con cambios de hegemonía de nivel mundial. Para entender mejor esto, los europeos de hoy en día ven como sinónimos las palabras "América" y EE.UU, ignorando con ello al resto de América, revelando de paso el carácter imperial que tradicionalmente ha tenido la cultura europea, aunque sea a nivel inconsciente.
La principal causa de esta confusión parece ser que tiene que ver con la asociación de "América" con la zona en donde ha habido más poder y/o riqueza. De hecho los mismos europeos hasta comienzos del siglo XIX llamaban a América Latina como "América" porque en ella había colonias y riquezas que estaban en manos de un imperio poderoso como lo fue España. De igual manera, los libertadores de estas colonias se autodenominaban "americanos". A partir del siglo XX sin embargo, se asocia a EE.UU con América ya que ahí están las riquezas, el poder militar y el poder político. Esta sinomia EE.UU -América es por ende neocolonial ya que no le da igualdad al latinoamericano, relegándolo a un papel secundario o, siendo más extremo, impidiendo su existencia.
e) La palabra "latina": Esta denominación data de fines del siglo pasado[2] y se extendió tras la II GM. En último tiempo su término ha sido usado en contraposición a la América sajona o del Norte. Podría decirse que fue la influencia francesa, bajo Napoleón III, la que daría el nombre de "latina", en su afán por buscar influencia en el continente, oponiéndose a la designación de "hispánica". De forma paralela los EE.UU, bajo la "Doctrina Monre", buscar reivindicar el continente bajo el lema de "América para los americanos" Así, la paulatina expansión del término "latino" fue en concordancia con la pérdida de poder de España. De igual manera también era un término de origen neocolonial, al ser empleado por Francia primero y luego por EE.UU.
Ahora bien esta expresión es más amplia que la de América Hispana, ya que incluye las otras influencias latinas que han habido en el continente, como la influencia liberal-republicana de fines del siglo XVIII ligada a Francia o la influencia de la migración masiva de italianos hacia países como Argentina o Uruguay. No obstante esta denominación sigue siendo insuficiente, puesto que no incluye a las poblaciones indígenas, negras o mestizas. De igual forma, tampoco incluye a los cientos de inmigrantes no latinos o personas de países no latinos como Jamaica o Las Guayanas inglesa y holandesa.
Por ello es que personas como Lipschutz han usado el término de "indoamérica" y se han propuestos términos como Indo-afro-américa o siendo más realistas y amplios, Indo-afro-latinoamérica. Obviamente la propuesta no es cambiar el nombre, sino que superar las trabas que el análisis de los términos han develado.
3. El trauma de la conquista:
Sabemos que la llegada de los europeos fue recibido por los indígenas con sentimientos ambivalentes (curiosidad, temor y esperanza). Una profecía maya anunciaba la llegada de los blancos y un período de terror y miseria. De igual manera, los aztecas tenían una leyenda que sobre el regreso de su Dios rubio Quetzalcoatl, al cual asociaron con la llegada de los españoles. Desde un comienzo, la derrota militar y el shock cultural fueron para los indígenas una misma cosa, a ver perplejos las armas de fuego, las armaduras y los caballos que no conocían (acuérdate del comienzo del documental que vimos).
Teniendo esto en cuenta, el triunfo español se vio facilitado por las divisiones de los indígenas entre sí. Esto se vería en el caso de los incas, quienes al momento de la llegada de los españoles, vivían una guerra civil entre Huáscar y Atahualpa por el trono del Imperio. El resultado, además de la derrota militar, fue la violenta invasión cultural, el asesinato de la clase gobernante y sacerdotal, y las epidemias, que diezmaron a la población indígena en el siglo XVI. Junto con esto, hay una pérdida de independencia política y económica, las tradiciones y la identidad cultural indígena. Aquellos que sobrevivieron fueron transformados en esclavos de las minas y las plantaciones, otorgándole a la economía un enfoque primario-exportador.
Se dice entonces que la entrega "en el terror" de "la grandeza del pasado", fue producto inevitable del trauma de la conquista. Esta "entrega" fue cultural y económica a la vez. Los indios pasaron a ser dominados por los europeos blancos, en todas las esferas de la estructura social. De este modo, la dominación de clases, razas e internacional fue superpuesta y esencial a la formación de América Latina.
4. Deculturación, pérdida de identidad y frustración de necesidades básicas. Aculturación ambivalente y cultura de resistencia:
Como sabemos, la identidad y cultura española se impuso sobre las culturas autóctonas del continente. La desestructuración cultural provocó una desarticulación psico-social entre los indígenas, que dura hasta hoy. Se quebró la necesidad de arraigo de los indígenas a su tierra y en su mundo, y el mismo ser de ellos se vio destruido. En este ámbito, el concepto antropológico de deculturación se relaciona estrechamente con los conceptos psico-sociales de identidad, necesidades básicas, frustración y afines. La reacción predominante de los indígenas ante la frustración fue en el 1500, y sigue siendo, la resignación o apatía.
La aparte de esta desorientación y la violencia, los españoles traen una mentalidad mesiánica, etnocéntrica y "civilizadora": Buscan imbuir el cristianismo en los indígenas, imponiéndolo por la fuerza. Un escritor indígena al respecto decía: (...) "Porque los muy cristianos llegaron aquí con el verdadero Dios; pero ese fue el principio de la miseria nuestra, al principio del tributo, al principio de la limosna, la causa es que saliera la discordia oculta, el principio de las peleas con armas de fuego, el principio de los atropellos (...) Fue el Anticristo sobre la tierra (...)". De esta forma, el cristianismo español aparece como una farsa para los intelectuales indígenas, aparece como el "Anticristo", al traer la hegemonía feudal a América. Fue esta imposición cultural la que despertó gran perplejidad entre los indígenas.
Fue así como la violencia y los robos, la destrucción del arte indígena, la prohibición de sus ritos, la destrucción de su vida económica, social y familiar, son momentos que fueron provocando la deculturación de los indígenas, con su consecuente cultura de resistencia y desconfianza básica. Ejemplo sería el término "huinca" que daban los mapuche al blanco, que significa "ladrón".
Además de impuesta, esta aculturación indígena con la cultura hispánica fue ambivalente. Dicha ambivalencia surge porque ella fue impuesta en todos los planos, transformándose en condición de supervivencia para los indígenas. Además, la aculturación ambivalente implicó la internacionalización de pautas españolas por los indígenas, pero a través de una percepción traumatizada. Al final tuvieron que aprender el castellano, se hicieron católicos y asumieron las costumbres propias de los españoles.
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