Sigismund Freud. Psicoanálisis
Sarita OrtegaTrabajo19 de Diciembre de 2018
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Índice:
- Biografía.
- Obras principales.
- Su psicología.
- Críticas a su teoría.
- Legado.
- Frases y citas célebres del autor.
- Bibliografía.
Introducción:
Copérnico había colocado a la Tierra – y al mismo tiempo a sus habitantes- en el justo y modesto lugar que les correspondía en la inmensidad del universo. Darwin acababa de enfrentar al hombre con su animalidad original. Freud fue el que infligió, con gran lucidez, el tercer golpe al orgullo humano mostrándole que el yo “ni siquiera es dueño de su propia casa”.
A partir de Freud, la conciencia constituye solo una parte de la vida psíquica, la otra parte, dominante, se encuentra en el inconsciente. Freud fundó una nueva disciplina, el psicoanálisis, y elaboró una nueva concepción del hombre.
- Biografía.
Sigismund Freud.
Freud nació en Freiberg, Moravia, en el seno de una familia judía de la pequeña burguesía. A los cuatro años su familia se trasladó a Viena, tras un período escolar brillante, en 1873, el atractivo que ejerció sobre el la teoría de Darwin le decidió por los estudios de medicina, aunque sin propósito de ejercerla, sino movido por una cierta intención de estudiar la condición humana con rigor científico. En la universidad de Viena chocó con los prejuicios antisemitas y se familiarizó con el hecho de encontrarse en la oposición y en la condición de sufrir el rechazo de las mayorías. En 1876 trabajó en el laboratorio del fisiólogo Ernst von Brücke, interesándose en algunas estructuras nerviosas de los animales y en la anatomía del cerebro humano. De esa época data su amistad con el médico vienés Josef Breuer, catorce años mayor que él, quien hubo de prestarle ayuda, tanto moral como material y que, con el paso de los años iba convirtiéndose en un reticente colaborador del nacimiento del psicoanálisis.
En 1881, Freud terminó los estudios de medicina, pero sus escasos recursos económicos no le permitieron proseguir una carrera de investigador, como era su deseo, en 1882 conoció a Martha Bernays, su futura esposa. En 1883 entró en el servicio de psiquiatría de Meynert. Un año más tarde, una beca le permitió viajar a París y asistir a las clases del neurólogo Jean Martín charcot en la Salpêtrière. Allí pudo observar las manifestaciones de la histeria y los efectos de la hipnosis y de la sugestión. En 1884 se le encargó un estudio sobre el uso terapéutico de la cocaína y, no sin cierta imprudencia, la experimentó en su persona. No se convirtió en un toxicómano, pero causó algún que otro estropicio, como el de empujar a la adicción a su amigo Von Fleischl al tratar de curarlo de su morfinomanía, agravando, de hecho, su caso. En los círculos médicos se dejaron oír algunas críticas y su reputación quedó un tanto ensombrecida.
En 1885, se le nombró Privatdozent de la Facultad de Medicina de Viena, en donde enseñó a lo largo de toda su carrera, primeramente neuropatología, y, tiempo después, psicoanálisis, aunque sin acceder a ninguna cátedra. En 1886, a su regreso a París pasó varios meses en Berlín, donde se ocupó de neuropatología infantil, y en el mismo año, después de un largo noviazgo jalonado de rupturas y reconciliaciones como consecuencia, en especial, de los celos que sentía hacia quienquiera que pudiese ser objeto del afecto de Martha. En los diez años siguientes a la boda, el matrimonio tuvo seis hijos, tres niños y tres niñas, la menor de las cuales, Anna, nacida en diciembre de 1895, habría de convertirse en psicoanalista infantil. Poco antes de casarse, Freud abrió una consulta privada como neuropatólogo, utilizando la electroterapia y la hipnosis para el tratamiento de las enfermedades nerviosas.
Freud se había formado una clientela entre los “nerviosos”, histéricos en su mayoría, que trataba, como era norma en aquella época, con electroterapia e hipnosis. En 1888, publicó la traducción del libro de Barheim De la sugestión y de sus aplicaciones a la terapéutica. En 1891, en un libro sobre la afasia, critico la teoría de las localizaciones. En 1892 publico un artículo sobre el tratamiento hipnótico.
Entre 1880 y 1882, Breuer había tratado un caso de histeria (el de la paciente que luego sería mencionada como «Anna O.»); al interrumpir el tratamiento, habló a Freud de cómo los síntomas de la enferma (parálisis intermitente de las extremidades, así como trastornos del habla y la vista) desaparecían cuando ésta encontraba por sí misma, en estado hipnótico, el origen o la explicación. En 1886, después de haber comprobado en París la operatividad de la hipnosis, Freud obligó a Breuer a hablarle de nuevo del caso y, venciendo su resistencia inicial, a consentir en la elaboración conjunta de un libro sobre la histeria, Escritos sobre la histeria. Durante la gestación de esta obra, aparecida en 1895, Freud desarrolló sus primeras ideas sobre el psicoanálisis. Breuer participó hasta cierto punto en el desarrollo, aunque frenando el alcance de las especulaciones más tarde características de la doctrina freudiana y rehusando, finalmente, subscribir la creciente convicción de Freud acerca del papel desempeñado por la sexualidad en la etiología de los trastornos psíquicos. En 1896 rompe violentamente con Breuer.
Freud continuó su camino en solitario. Su correspondencia con el otorrinolaringólogo W. Fliess, de quien se había hecho amigo en Berlín, jugó un papel fundamental en el proceso de autoanálisis que emprendió en esta época. En octubre de 1897, descubrió el complejo de Edipo. En 1899 aparecieron sus primeros textos importantes. En 1900, el mismo año en que comenzó el análisis de Dora, público La interpretación de los sueños. Por vez primera los sueños eran objeto de estudio científico. En 1901, público El sueño y su interpretación y escribió Fragmentos de un análisis de histeria que analiza la función traumática de la sexualidad en la histeria, y el papel de la homosexualidad. El psicoanálisis se convirtió desde entonces en la teoría por excelencia del aparato psíquico.
En 1908 fundó la Sociedad Psicoanalítica de Viena; no obstante, antes de esta fecha se había constituido progresivamente la institución analítica alrededor de su figura. A partir de 1902, la “Sociedad psicológica de los miércoles” había ido agrupando a sus principales discípulos. Desde 1904, Freud mantenía correspondencia con E. Bleuler y en 1907 recibió la visita de su asistente, C. J. Jung, quien, en el mismo año, fundó en Zurich la Sociedad Freud; esto constituyó una victoria para Freud ya que Jung “sacó el psicoanálisis de sus limites vieneses”.
Jung participó en el primer congreso de psicoanálisis en Salzburgo y acompaño a Freud a E.E.U.U para una serie de conferencias sobre el psicoanálisis. En 1910 se fundó la sociedad sicoanalítica internacional, cuya presidencia fue entregada a Jung. De 1911 a 1913, el fundador del Psicoanálisis se separó sucesivamente de éste.
A partir de 1912 Freud trató la cuestión del padre, cuestión en la que insistirá en Moisés y el monoteísmo en 1939. En 1920 introdujo las nociones de pulsión de vida y de pulsión de muerte, principio de realidad y de placer, y propuso un nuevo modelo del aparato psíquico en el que intervenían el yo, el ello y el superyó. La teoría del yo y de la identificación fue uno de los temas esenciales de Psicología de las masas y análisis del yo, su última gran contribución a la teoría psicoanalítica. A partir de este momento se consagró en mayor grado a los grandes problemas de la civilización. En El malestar de la cultura desarrolló de forma explícita su concepción del mundo, subrayando el sometimiento de la civilización a las necesidades económicas, qué imponen un pesado tributo no solo a la sexualidad, sino también a la agresividad, a cambio de un poco de seguridad.
En 1923 le fue diagnosticado un cáncer de mandíbula y sufrió la primera de una larga serie de operaciones que atenuarían los efectos del tumor que él había creído causa inmediata de su muerte. En 1934, cuatro años después de haber recibido el premio Goethe, los nazis, que consideraron el psicoanálisis como una doctrina judía y a sus representantes objeto de persecución, quemaron sus obras en Berlín. Freud abandonó Viena en 1938 instado por Roosevelt y se instaló en Londres, acompañado de su hija Anna, donde continuó tratando a sus pacientes hasta el 23 de septiembre de 1939, que falleció.
- Obras principales.
- Recuerdos encubridores. (1899)
- Interpretación de los sueños. (1900)
- Fragmento de un análisis de histeria. (1901)
- Psicopatología de la vida cotidiana. (1901)
- Tres ensayos para una teoría sexual. (1905)
- El chiste y su relación con el inconsciente. (1905)
- Cinco lecciones sobre el psicoanálisis. (1905)
- Observaciones psicoanalíticas sobre la autobiografía de un caso de paranoia. (1905)
- Tótem y tabú. (1911)
- Introducción del narcisismo. (1914)
- Introducción del psicoanálisis. (1916-1917)
- Duelo y melancolía. (1917)
- Más allá del principio del placer. (1920)
- El Yo y el Ello (1923)
- El provenir de una ilusión. (1927)
- El malestar en la cultura. (1930)
- Moisés y el monoteísmo. (1939)
A continuación se desarrollaran algunas de las que están consideradas como las más importantes.
- La obra que la mayoría tienen como la mejor obra de Freud es la Interpretación de los sueños, publicada en 1899, pero el autor en su portada puso la fecha de 1900.
Desempeñó un papel decisivo dentro del enorme esfuerzo de subversión de valores y de innovación teórica. Es la primera obra en que Sigmund Freud esbozó con rigor y claridad las líneas generales de sus hipótesis y sus métodos.
La tesis principal son las emociones enterradas en el subconsciente y que suben a la superficie consciente durante los sueños y que recordar fragmentos de los sueños puede ayudar a destapar las emociones y recuerdos enterrados. En los sueños se muestra lo que Freud llama “contenido manifiesto y contenido latente del sueño”.
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