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TEORÍA DEL DESARROLLO COGNOSCITIVO DE JEAN PIAGET


Enviado por   •  17 de Octubre de 2021  •  Tarea  •  1.768 Palabras (8 Páginas)  •  135 Visitas

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TEORÍA DEL DESARROLLO COGNOSCITIVO DE JEAN PIAGET

García Martínez José Carlos

Grupo 0104

La teoría genética de Jean Piaget.

  1. Describa los factores del desarrollo mental

  1. Maduración biológica. La madurez, sobre todo la relativa al sistema nervioso y al sistema endocrino, desempeña un papel importante durante todo el desarrollo, en tanta condición necesaria para la aparición de dichas conductas. Desde ya, para que sea posible la aparición de dichas conductas, es necesario un mínimo de experiencia, es decir, de interacción con el objeto, lo cual reafirma lo anteriormente planteado acerca de la necesariedad de cada uno de los factores, pero no su suficiencia.  No puede explicarse el desarrollo sólo a partir de la maduración biológica. Incluso, podría pensarse, que cuanto más cercano del nacimiento se esté, la maduración tiene más peso en el desarrollo; en cambio, a medida que se va alejando de los orígenes, son cada vez mayores las influencias de la experiencia y el ambiente. Una vez más la maduración biológica desempeña un papel indispensable en el desarrollo cognitivo pero no lo explica.
  1. Experiencia sobre los objetos. Existen 2 tipos de experiencia:

1) Experiencia física, la cual consiste en actuar sobre los objetos para extraer sus propiedades. Este tipo de experiencia no es simplemente un registro de un dato; por el contrario, implica asimilación a las estructuras del sujeto, implica interacción entre sujeto y objeto.

2) Experiencia lógico-matemática, aquí el conocimiento surge de la coordinación de las acciones, es entonces una acción constructora. Nuevamente, la experiencia física o lógico-matemática se desempeña como un factor esencial para el desarrollo, pero no suficiente. Se necesita el complemento de los otros factores para que el conocimiento pueda desarrollarse.

  1. Interacción social. Se emplea aquí tanto la interacción en sí misma como la transmisión social. La socialización implica tanto la participación del sujeto como lo que éste recibe del medio. Aún en el caso de la transmisión social, como la recibida en el ámbito escolar. No es necesario pensar un ámbito particular como la escuela para que el proceso de socialización se produzca. Simplemente, por pertenecer a una sociedad, se producen interacciones y transmisiones sociales, lo cual no implica, de manera alguna, desarrollo. Nuevamente es indispensable la presencia de los otros factores para que esto no suceda. Se trata de un factor necesario, pero no suficiente.

  1. Proceso de equilibración. Es un factor imprescindible para el desarrollo cognitivo, pero no suficiente. Sin duda, sin este mecanismo que pone en marcha las compensaciones necesarias para responder a las perturbaciones, el desarrollo no sería posible. Ahora bien, por supuesto para que ello suceda es necesaria la interacción entre sujeto y objeto, la experiencia que pueda establecerse, la maduración para que ciertas conductas puedan acontecer, las interacciones sociales que favorecen ciertas experiencias, etc. Resulta más que claro que estos factores se completan entre sí y que no puede pensarse a ninguno como responsable único del desarrollo, siendo cada uno solidario de los otros.
  1. Cuadro de estadios del desarrollo.

Estadio sensorio-motriz


Se trata de una etapa que antecede al lenguaje, que comprende desde el nacimiento hasta los 24 meses aproximadamente.

Estadio I (0 a 1 mes): este período se caracteriza por el ejercicio y la consolidación de los reflejos. Toda actividad del bebé da cuenta de cierta organización y permite diversas sistematizaciones. Cada situación depende de las anteriores y, a la vez, condiciona a las siguientes.

Estadio II (1 a 4 meses): se constituyen los primeros hábitos. Aunque el bebé ya no actúe por reflejos, los hábitos no son aún inteligencia, ya que no se distingue un fin a seguir y medios para lograrlo. Surgen las primeras coordinaciones sencillas entre esquemas (succión-visión, visión-audición...). Aparecen las reacciones circulares primarias en las que una acción producida en forma fortuita resultó agradable y vuelve a repetirse.  

Estadio III (4 a 8 meses): este periodo está caracterizado por la coordinación visión-prensión y por la aparición de las reacciones circulares secundarias, estas tienden a repetir un efecto placentero sobre los objetos externos. El interés se desplaza del propio cuerpo hacia los “espectáculos interesantes” del mundo externo. Aquí aparecen las primeras imitaciones.

Estadio IV (8 a 12 meses): puede hablarse ahora de conductas propiamente inteligentes. El niño aplica esquemas conocidos a situaciones nuevas, mostrando así clara intencionalidad de sus actos, diferenciando fines de medios. Define a la inteligencia práctica, la intencionalidad de los actos. Se observan progresos en la imitación, anticipando avances en la representación. 

Estadio V (18 a 24 meses): Supone la transición entre la inteligencia sensorio-motriz y la inteligencia simbólica. El niño es capaz de encontrar nuevos medios, pero no sólo por tanteo, sino por combinaciones mentales que facilitan una verdadera comprensión. El niño dispone ya de esquemas de representación, aunque aún elementales. La imitación se ha complejizado a tal punto que se convierte en representativa, permitiendo al niño imitaciones diferidas, es decir, sin presencia del modelo. 

Estadio pre-operatorio

Comienza con la representación, alrededor de los 18 o 24 meses y se continúa hasta los 6 o 7 años aproximadamente. Hace un año y medio o 2 años aproximadamente aparece la función semiótica que permite la representación de un objeto ausente. La función semiótica es la posibilidad de representar un “significado” a través de un “significante diferenciado”. En este período, aparece simultáneamente un conjunto de conductas que implican esta evocación representativa, suponiendo el empleo de significantes diferenciados que permiten referirse a objetos no perceptibles en ese momento. Dichas conductas son: imitación diferida, juego simbólico, dibujo, imagen mental y lenguaje. En este periodo, el niño debe reconstruir, a nivel de la representación, todo lo construido a nivel práctico en el estadio anterior. La acción se interioriza dando así lugar al pensamiento. Este periodo se subdivide en 2:

1) Pensamiento simbólico y preconceptual o intuitivo simple (desde los 2 a los 4 años aproximadamente): se trata de un momento caracterizado por el egocentrismo infantil. El niño de este período crea su propia forma de expresión, así surge el lenguaje simbólico y comienza a utilizar preconceptos, los cuales se caracterizan por ser egocéntricos, en tanto se refieren a sus propias acciones y se centran en su propia percepción de la realidad. En este periodo es clara la primicia de la asimilación por encima de la acomodación, que se manifiesta en forma parcial. La deformación de la realidad, en función de las experiencias del sujeto, da cuenta de ello. o mañana

2) Pensamiento intuitivo o intuitivo articulado (desde los 4 a los 6/7 años aproximadamente): lo decía en este segundo momento el niño empieza a descentrarse y la acomodación aparece más completa. Asimilación y acomodación tienden a equilibrarse un poco más. El progreso de las intuiciones articuladas hacia la descentración encaminada hacia el logro de la reversibilidad en el período siguiente. Este segundo período es considerado un pasaje hacia el estadio operatorio. Se observa un comienzo de relación entre los estados y las transformaciones. Puede hablarse aquí desde mi reversibilidad, ya que empiezan a articularse las acciones.

Estadio

operatorio concreto

Da cuenta de nuevas posibilidades significativas en el desarrollo cognitivo. Se extiende desde los 6 o 7 años hasta los 12 años aproximadamente. Este período se caracteriza por la aparición de las operaciones que son acciones interiorizadas y reversibles, coordinadas en sistemas de conjunto. Las operaciones son transformaciones reversibles, y esta reversibilidad puede ser en este periodo por inversión o por reversibilidad. La reversibilidad implica volver al punto de partida, o bien anulando la acción directa o bien neutralizando la acción. Es la primera vez, en el desarrollo cognitivo, que el niño puede realizar esto en pensamiento. Es importante aclarar que, si bien existen 2 tipos de reversibilidad en este periodo, sólo pueden usarse una por vez, ya en el próximo periodo podrán combinarse. Este periodo es concreto, dado que las operaciones se dirigen directamente a los objetos, y no a hipótesis. Las operaciones de este período afectan directamente a los objetos, implica la necesariedad de remitirse a un objeto tanto en forma directa o como en pensamiento ya que la representación fue lograda en el periodo anterior y no desaparece.

Dos operaciones concretas básicas son la seriación y la clasificación. Una rápida revisión de la génesis de ambas permitirá comprender la lógica característica de esta etapa.

Seriación: consiste en ordenar elementos según sus dimensiones crecientes o decrecientes. En un comienzo, la seriación será global, podrán ordenarse objetos de a parejas o en pequeños conjuntos no coordinados entre sí, luego será intuitiva por tanteos empíricos y con vacilaciones. Recién en el período operatorio el niño encontrará un método sistemático para lograrla, dando efectivas muestras de reversibilidad.

Clasificación: consiste en “poner junto lo que va junto” en función de las semejanzas y las diferencias. Al comienzo frente a un material que así lo permita, los niños hacen colecciones figurales, es decir, arman una figura con su colección. En una segunda etapa, obtienen colecciones no figurales, pero aún no logran lo que se conoce como inclusión jerárquica que caracteriza a la clasificación operatoria. Esta consiste en cierta comprensión en relación con las partes y el todo.

Estadio 

operatorio formal

Caracteriza al pensamiento adolescente y adulto. Se trata del último estadio caracterizado por la psicología genética. Se conforma hacia los 15 años y caracteriza el pensamiento adolescente y adulto. En este caso se indicarán las posibilidades que tiene un pensamiento operatorio formal, a diferencia de uno operatorio concreto. En primer lugar, el sujeto se desprende ya de lo concreto y ubica el universo real en un conjunto de transformaciones posibles sobre las que elabora hipótesis. En este periodo se diferencia la forma del contenido, el sujeto puede razonar sobre proposiciones e incluso ser capaz de sacar consecuencias necesarias de verdad es simplemente posible, constituyendo un pensamiento hipotético deductivo. La lógica que caracteriza a esta etapa es la lógica proposicional, la cual le permitirá, por ejemplo, comprender que A es a B como C es a D. Los nuevos esquemas operatorios le permiten al sujeto tener en cuenta dobles sistemas de referencia. Otra posibilidad nueva es la de poder pensar en términos de probabilidades.

Otro nuevo logro dentro de este periodo es la posibilidad de abstraer una variable sistemáticamente para resolver un problema teniendo en cuenta todas las posibilidades. En el periodo operativo formal, se combinan inversiones y reciprocidades en un sistema de conjunto o sea que constituye una fusión en un todo único. Cada operación será de ahora en más, y a la vez, la inversa de otra y recíproca de una tercera. Habrá cuatro transformaciones posibles: idéntica, inversa o negativa, recíproca y correlativa.

El pensamiento formal ofrece posibilidades en el plano de lo posible y una sistematicidad semejante a la del científico. Razonar acerca de hipótesis no significa que todo razonamiento sea siempre verbal y que todo pensamiento verbal sea formal.

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