Trastorno del espectro autista

Introducción:

Los trastornos del espectro autista (TEA) son una discapacidad del desarrollo que puede provocar problemas sociales, comunicacionales y conductuales significativos. Las características principales se presentan en la dificultad de establecer una comunicación social que sea efectiva, con patrones de comportamiento repetitivo e intereses restringidos. Suelen observarse ciertos tipos de sensibilidades por ejemplo a la luz, a los ruidos, trastornos en el sueño e irritabilidad ante situaciones nuevas. Es importante la detección temprana del trastorno para ejecutar de inmediato la estimulación temprana. El diagnóstico temprano de autismo es fundamental porque la intervención temprana puede cambiar la forma en que el cerebro se desarrolla. Para ello contamos con algunas señales características, que si bien suelen variar en el caso a caso, se manifiestan al 2 y 3 año de vida:

• Respuesta limitada al nombre a los 12 meses.

• Tono de voz anormal (monótono, robótico o como un canto)

• Movimientos repetitivos, como poses con la mano o los dedos, aleteo, giros.

• Diferencias visuales (fijarse en objetos o ciertos tipos de estímulos, como la luz que atraviesa las cortinas, mirar las cosas de manera extraña o seguir cosas como las aspas del ventilador, etc.).

• Poca o nula atención conjunta ante el estímulo de terceros

• Menos afecto positivo o expresiones alegres (expresión monótona o inapropiada). Sonrisa social limitada o ausente.

• Puede preferir jugar solo. Puede resistir o evitar el contacto físico. Solo interactúa para obtener algo que quiere.

• Se observan Intereses obsesivos. Puede estar más interesado en partes de objetos.

• Tiene que seguir ciertas rutinas. Regularmente se molesta en exceso por cambios pequeños en su rutina diaria. Es muy difícil de consolar.

Guía de señales de alarmas a tener en cuenta:

• A los 6 meses: no te devuelvo la sonrisa. No te miro. No hago ruidos ni balbuceo.

• A los 9 meses: no estoy feliz de verte. No busco tu atención.

• A los 12 meses: no saludo con la mano. No señalo. No te noto. Me balanceo hacia adelante y hacia atrás, o aleteo continuamente.

• A los 14 meses: no digo nada. Miro fijamente los objetos. Soy extremadamente sensible a las texturas, los olores y los sonidos. Me resisto al cambio a toda costa.

• A los 24 meses: no digo palabras simples. No simulo. No tengo amigos. He dejado de hablar.

Desarrollo

El TEA es lo que se llama un “trastorno de amplio espectro”, porque los síntomas son diferentes en cada niño. Estos síntomas pueden ser desde leves hasta graves y pueden cambiar conforme al niño en crecimiento. Eso hace difícil entender el TEA y encontrar las mejores terapias, de todos modos y según el caso presentado me inclino por un plan de intervención TCC, dado que en estos programas se abordan las destrezas sociales, la atención, el sueño, el juego, la ansiedad, la interacción con los padres y las conductas desafiantes. A la hora de intervenir es imprescindible tener en cuenta las ayudas que mejor se adapten al niño, considerando sus potencialidades y necesidades.

Tomando como área de trabajo su comportamiento escolar, es importante que el niño sepa cómo comportarse dentro del aula y saber cuáles son las normas que debe cumplir. Sin embargo al presentar limitaciones para que comprenda las reglas es importante marcárselas de forma sencilla y clara. Para ello se pueden utilizar pictogramas, imágenes, fotografías que representen esas normas básicas.

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