Trastorno del Espectro Autista
Enviado por karina190186 • 25 de Septiembre de 2013 • Ensayo • 2.779 Palabras (12 Páginas) • 603 Visitas
El niño autista en la clase de educación física:
elaboración de un circuito por estaciones
Introducción
El autismo o Trastorno del Espectro Autista (TEA) forma parte de los Trastornos Generalizados del Desarrollo entre los que se encuentran: el trastorno de Rett, el trastorno desintegrativo infantil, el trastorno de Asperger y el trastorno generalizado del desarrollo no especificado, todos ellos caracterizados por ser un desorden que impide el desarrollo normal del sistema neurológico en un periodo crítico (Frith, 2004).
En este artículo vamos a referirnos al deporte en personas con autismo y, más concretamente, a las clases de Educación física, ya que la práctica deportiva es un aspecto importante para mantenerse en buen estado de salud, evitar la obesidad infantil, favorecer una mayor autonomía personal, adquirir una adecuada evolución motriz y sobre todo para favorecer la socialización. En el ámbito escolar se debe trabajar en una Educación para la inclusión que se caracteriza, entre otras cosas, por hacer el deporte escolar accesible al alumnado con limitaciones funcionales o restricciones de algún tipo.
Según Fernández, Diego, Vaquero, Alonso, Barrado, Añino, Cofre, García y Villagra (2002a y b), desde la asignatura de Educación Física podemos:
• Fomentar la igualdad social y educativa en las actividades físico- deportivas.
• Promover, mediante el deporte, la inclusión de todas las personas sin discriminación, asegurando la orientación coeducativa y el respeto a la diferencia.
• Desarrollar actividades deportivas inclusivas, propiciando oportunidades reales para que el alumnado desarrolle sus habilidades, conozca, valore y practique diferentes modalidades deportivas adaptadas y comparta ideas, sensaciones y estados de ánimo expresados por otras personas a través de la experiencia que ofrece nuestro cuerpo en movimiento.
• Conocer, comprender y practicar cómo tratar a personas con limitaciones funcionales.
• Valorar la diversidad y reconocer sus beneficios como son: variedad de puntos de vista, ideas, maneras de entender y recibir la información y de resolver problemas.
• Ser conscientes de los beneficios que puede aportar a la sociedad la integración y normalización de la vida de las personas con limitaciones funcionales, valorando la práctica de actividades físico-deportivas como vía de integración social
• Desarrollar actitudes de respeto y aceptación hacia las personas con limitaciones funcionales, practicando la empatía hacia éstas.
Hay que tener en cuenta que estos niños se fatigan enseguida tanto física como mentalmente, por lo que hay que estar atentos a que puedan sentir sed, calor, frío o agotamiento, cosas de las que ellos muchas veces no son conscientes y ni se les ocurre pedir o plantearse, son insensibles a niveles bajos de dolor por lo que hay que estar atentos a su integridad física. También tienen alterada la propiocepción, pueden ser incapaces de darse cuenta de los estímulos de su propio cuerpo y responder a el sentimiento de malestar con conductas inapropiadas. Otra oportunidad de practicar programas de aprendizaje explícito de habilidades sociales es precisamente (además del tiempo de recreo) la clase de Educación Física y es por ello, que lo deseable es tener algún monitor de apoyo que incida en la misma integrándose él mismo en juegos cooperativos, con grupos de dos o tres alumnos (Attwood, 2002; Martín, 2004).
Debido a las características de estos chicos, las modalidades ideales para iniciarlos en la práctica deportiva son los deportes de tipo dual y los individuales (Pan y Frey, 2006). Las características del síndrome y el constante cambio de claves en la práctica de los deportes en grupo hace que el aprendizaje de las normas de estos deportes sea muy difícil aunque posible en personas con autismo, existiendo estudios cuyos resultados han sido positivos (Berkeley, Zittel, Pitney y Nichols, 2001).
Los ambientes en los que mejor se desenvuelven estos niños son aquellos que están estructurados y que contienen actividades con un principio y un fin, ya que, aunque hay que tener en cuenta que estos niños tienen dificultad con las tareas motrices no es el principal problema a la hora de realizar ejercicio físico (Berkeley et al., 2001).
Por ello, los circuitos son una de las mejores opciones a tener en cuenta, siempre y cuando se realice un entrenamiento adecuado en los que se trabaje de forma explícita el aprendizaje de la espera, el turno, la colaboración, la flexibilidad de las reglas, etc., y se utilice sistemas de anticipación como las agendas visuales, con un sistema de comunicación alternativo-aumentativo como el PECS o el sistema de comunicación total de Benson- Schaeffer y/o la utilización en las explicaciones de frases cortas y concretas, pudiendo obtener resultados satisfactorios como los obtenidos en nuestro caso.
Objetivos
Conocedores de la problemática del alumno autista en los centros de Educación Primaria y su difícil integración en el aula "normal" así como su bajo nivel de forma física y su repercusión en su estado de salud general, el objetivo del presente trabajo es elaborar y aplicar una propuesta práctica enmarcada dentro del área de Educación Física que busca mejorar las habilidades motrices a través de un circuito por estaciones empleando los materiales básicos del área. Para su aplicación se hace necesario el empleo de un sistema de comunicación que permita la interacción entre el profesor y el alumno, para lo cual ha sido seleccionado el sistema Benson- Schaeffer, además de adaptar el vocabulario específico y las acciones del área de Educación Física, llegando a crear en algunos casos, nuevos signos.
Adaptación de un sistema de comunicación a la clase de Educación Física
Uno de los retos en este trabajo ha sido la adaptación de un sistema de comunicación, en concreto el denominado Benson-Schaeffer a la práctica educativa en el aula de Educación Física. Este programa de comunicación Total-Habla Signada de Benson Schaeffer es uno de los más utilizados en los últimos quince años en nuestro país en la intervención educativa con niños con alteraciones en la comunicación y/o el lenguaje oral (Schaeffer, Rápale y Kollinzas, 2005), convirtiéndose en un poderoso instrumento de enseñanza de la comunicación en niños y niñas no verbales, que en algunos casos supone la aparición del lenguaje oral. Al usuario, se le ofrece una entrada de lenguaje lo más completa posible, para que asocie determinados elementos significativos en dos modos (oral y signado) de manera que la intención de comunicación, que puede estar severamente dificultada en la vía de producción oral, se
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