Uno de los motivos de la presente elaboración es lograr un acercamiento teórico a los conceptos de alucinación y delirio

Introducción

Uno de los motivos de la presente elaboración es lograr un acercamiento teórico a los conceptos de alucinación y delirio, ambos presentes en dos ramas del saber humano, la psiquiatría y el psicoanálisis. Si bien es cierto los conceptos se presentan en ambas vertientes del conocimiento, uno y otro poseen, en cada una de las especialidades, connotaciones diferentes que van desde la concepción de los mismos hasta el abordaje terapéutico del cual son susceptibles.

Lograr la diferenciación de los mismos, desde las dos producciones acotadas y, especialmente ubicarlos de acuerdo a la manera en que se afrontan por parte de los profesionales correspondientes, es también parte de los objetivos de este trabajo. Inicialmente, se expondrá una reseña sobre la vida del Presidente Schreber, continuando con una pequeña referencia histórica sobre la psiquiatría, para proseguir hacia el  contraste presente en la concepción, descripción y abordaje de los dos elementos que caracterizan el padecimiento psicótico, alucinación y delirio, en la psiquiatría y el psicoanálisis. Una vez hecha la distinción entre ambas especialidades y como referente a lo que el psicoanálisis expone teóricamente en relación a la alucinación y el delirio, se tomarán del texto “Memorias de un enfermo nervioso” de Daniel Paul Schreber, extractos o viñetas, a fin de elaborar una proposición explicativa que correlacione los hechos narrados en el texto de Schreber con la teoría psicoanalítica actual.

Es a través del recorrido por diversas referencias bibliográficas que se pretende alcanzar un entendimiento más profundo y ampliar el horizonte temático respecto a estos dos fenómenos o síntomas, connotaciones que dependen del lugar desde el cual el observador se ubique, con el fin de alcanzar los objetivos expuestos y, a la vez, considerar los diferentes puntos de vista y enriquecer el bagaje del cual se puede obtener una visión global y posibilitar el entendimiento y la comprensión  de aquéllos fenómenos a partir de lo que cada paradigma expone de los mismos.

Breve introducción sobre Daniel Paul Schreber

Antes de iniciar un breve recorrido por la historia del Presidente Schreber, como también se le conoce en los anales psicoanalíticos, cabe destacar un elemento de suma importancia, que ubica este caso en un lugar particular y es que Freud nunca trató en persona a Schreber, ni siquiera lo conoció, sino más que por la lectura del libro que éste último escribió en 1903, “Memorias de un enfermo de nervios”. Freud estudió dicho libro en 1909 y al cabo de un año escribió una reseña sobre él, donde lo diagnostica de psicótico, lo cual para Freud significa, hasta donde llegaron sus estudios, la imposibilidad de ser susceptible al psicoanálisis. Entonces, ¿por qué el interés en Schreber? Nasio, (2001), lo explica tomando en cuenta tres razones puramente teóricas, “[…] asentar más sólidamente la teoría de las pulsiones; elaborar la teoría del narcisismo, teoría ya iniciada y que representa una de las facetas esenciales del psicoanálisis: el ‘sí mismo’ tomado como objeto libidinal; [y] construir una teorización de la psicosis.” (pág. 44). Hecha la aclaración anterior se resume, a continuación, la historia que concierne a los puntos de interés respecto al Presidente Schreber.

Paul Daniel Schreber nació el 25 de julio de 1842, en Leipzig, Alemania; hijo de Daniel Gottlob Moritz Schreber y Pauline Haase. Sobre la historia, la familia y demás datos de interés de Schreber, se recurre a la reseña elaborada por Bornemann, (2009), la cual indica que el padre del Presidente Schreber^[1] estudió medicina y al concluir sus estudios se dedicó a fungir como médico de cámara de un noble ruso hasta 1836, cuando regresó a Leipzig, donde se dedicó a la práctica, la docencia y a actividades literarias. Fue en 1838 cuando se casó con Pauline, hija de un exprofesor suyo y de un nivel socioeconómico superior.

Para 1844 estaba encargado del Instituto de Ortopedia fundado por E.A. Carus, escribió también libros sobre anatomía y fisiología humana, higiene y cultura física, en los cuales añadía cánones de moralidad a sus preceptos sobre salud física; creo un sistema educacional global para padres y educadores que incluía el uso de instrumentos ingeniados por él mismo, normas cotidianas como baños fríos, privación de alimentos y otros castigos físicos. El título completo de uno de sus libros era “Educación para la belleza mediante el fomento natural y equilibrado del crecimiento normal del cuerpo, de la salud que es base de la vida, y del ennoblecimiento mental, especialmente mediante el empleo, siempre que sea posible, de medios educacionales especiales: para padres, educadores y maestros” Según decía, empleaba sus métodos con sus propios hijos desde su nacimiento (una niñera fue despedida por negarse a ello) y estaba convencido de que sus ideas aplicadas a la vida cotidiana darían por resultado una raza de hombres más fuertes. Estos métodos, al menos la aparatología que empleaba, consistía en implementos como los siguientes,

• “Correa para los hombros”: Correa que forma un ocho cerrado en la espalda pasando por la parte delantera de los hombros donde lleva unas espirales de alambre. Presiona en la parte delantera de los hombros obligando a mantenerlos erguidos.

• “Schebersche Geradhalter”: Consistía en dos barras de hierro perpendiculares que se sujetaban a la mesa del niño. La barra horizontal presionaba sobre las clavículas y la parte frontal de los hombros para impedir todo movimiento hacia delante o toda postura encorvada. Los había fijos y portátiles y se usaban tanto en las casas como en las escuelas.

• “Correa para el niño que duerme”. Era una correa con tiras en forma de anillos para los hombros que pasaba por encima del pecho del niño asegurando que su cuerpo estuviera derecho y supino mientras dormía. Impedía volverse y recostarse sobre cualquiera de los lados.

Respecto al padecimiento del Presidente Schreber, este dato es de suma importancia y más adelante se realizará una comparación entre el contenido delirante y alucinatorio del mismo y la experiencia sufrida en su niñez, con el uso de tales instrumentos.

Un dato más sobre el Dr. Schreber indica que fue promotor de los Jardines Schreber, pequeños terrenos a las afueras de las ciudades, pertenecientes a ciudadanos y dedicadas al cultivo durante los fines de semana. Este y los demás datos recabados dan cuenta de la consideración que se le tenía al Dr. Schreber en su época, incluso el mismo Freud tenía una opinión favorable de él, Schatzman, (2005), señala al respecto lo que dijo de aquél,

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