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Vida juvenil y violencia entre chicos de secundaria


Enviado por   •  30 de Agosto de 2020  •  Ensayo  •  5.788 Palabras (24 Páginas)  •  101 Visitas

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"VIDA JUVENIL Y VIOLENCIAS ENTRE CHICOS Y CHICAS DE SECUNDARIA"

Resumen

El artículo aborda la vida juvenil y las violencias entre chicos y chicas en el contexto escolar de la secundaria desde una perspectiva psico-cultural. Se basa en investigación etnográfica, realizada en cuatro escuelas secundarias públicas del Distrito Federal durante un ciclo escolar. Las prácticas relacionales discutidas como parte de la vida juvenil son: 1) Las corretizas y empujones grupales, donde se observa el movimiento de atracción con tintes eróticos entre ambos sexos; 2) El “torteo” femenino sobre los chicos que destaca la agresión relacional y la violencia para someter y humillar a los compañeros evadiendo la autoridad adulta; y 3) La patada de kick boxing de un chica en respuesta a la cachetada recibida de un compañero que permite discutir el surgimiento de una feminidad caracterizada por el uso de la fuerza física y la confrontación con el sexo opuesto. Con base en las observaciones se discute la regulación de juegos y violencias por medio de normas colectivas que resultan de la subjetivación adolescente.

TEMAS: ADOLESCENTES, SECUNDARIA, VIDA JUVENIL, AGRESIÓN RELACIONAL, VIOLENCIA ESCOLAR

Introducción

Como parte de una investigación doctoral, uno de cuyos objetivos es comprender la construcción de las relaciones entre adolescentes tempranos de ambos sexos como formas de vida juvenil en la secundaria y su ocasional derivación en violencias, me ubiqué como observadora dentro de dos planteles de secundaria federal diurna del Distrito Federal, cada uno con turno matutino y turno vespertino, que funcionan como cuatro planteles distintos.

Durante el ciclo escolar 2007-2008, escuché, observé y charlé con las y los adolescentes en forma individual, en grupos grandes o pequeños en distintos espacios dentro de cada plantel. Me enfoqué en su cultura local, en las interacciones lúdicas, las agresiones relacionales y las violencias, las normas grupales que delimitan la construcción de las posiciones personales y de género dentro de los grupos de pares y en las relaciones entre ambos géneros y de éstos con sus figuras de autoridad.

Mi participación estaba guiada por el objetivo de recabar información específica sobre eventos pasados y presentes protagonizados por ellos y ellas, en busca de la descripción y del significado de sus experiencias, así como de las ideas, sentimientos y motivos implicados en sus prácticas relacionales. También seguí la dinámica socio-afectiva de los encuentros violentos que protagonizaron durante el ciclo escolar y no sólo las condiciones y determinaciones de dichas conductas.

A partir de la descripción y análisis de juegos grupales de corretizas y empujones, del “torteo” de las chicas a los varones y de un enfrentamiento entre una chica y una chico que se resolvió con una patada de kick boxing, este artículo discute el lugar de las agresiones relacionales y las violencias como parte de la sociabilidad que rige la vida juvenil de chicas y chicos de secundaria y su construcción y regulación a partir de normas colectivas que resultan de la subjetivación adolescente.

Sobre el método

La investigación etnográfica que da base a este artículo se desarrolló durante el ciclo escolar 2007-2008 por medio de observación participante y entrevistas conversacionales a adolescentes de ambos sexos en cuatro secundarias públicas situadas al sur del Distrito Federal. Los planteles fueron seleccionados por su cercanía entre sí y por la facilidad de acceso que brindaron sus directivos. Para llevar a cabo el trabajo de campo se cumplió con las gestiones requeridas para obtener el permiso de las autoridades educativas superiores.

La mayoría de las chicas y los chicos entrevistados fueron identificados como “problemáticos” por sus actos de indisciplina y/o por formar parte de grupos con cierta fama de juguetones, “peleoneros” o “desordenados”. Tenían entre 12 y 15 años de edad y eran alumnos de los tres grados. Sus padres y madres pertenecen a la clase trabajadora y se desempeñan como panaderos, albañil, plomeros, en el comercio informal, el trabajo asalariado, el trabajo doméstico, como empleados(as) de instituciones públicas y empresas y algunos son profesionistas. Las entrevistas relativas a las interacciones inter-géneros se registraron en audio y su transcripción resultó en un total de 87 registros, de los cuales se utilizaron tres para la elaboración del presente artículo.

Referentes Teóricos

Las relaciones entre ambos sexos en la adolescencia temprana[1] 

En la adolescencia temprana, que va de los 11 a los 15 años, dan inicio las relaciones entre pares de ambos sexos así como se intensifican las presiones a comportarse de maneras estereotipadamente femeninas o masculinas.

La pubertad y la sexualidad que la acompaña vienen a complicar un tanto este encuentro. En los primeros tanteos (a menudo inciertos), cada sexo intenta reafirmarse en su propio campo, los chicos con sus amigos, las chicas con sus amigas o con su “mejor” amiga. El acercamiento se opera lentamente y no deja de ser una operación confusa. “Los chicos desean satisfacer su virilidad naciente, las chicas llamar la atención de los jóvenes varones” (Fize, 2007: 51).

Los “otros” más importante para las y los adolescentes son el otro género y lo empiezan a explorar de manera más torpe y burda, a veces fingiendo que prefieren supuestamente ignorarlos o ignorarlas (Weiss, 2008).

Chicos y chicas crean nuevos mundos de relación con el mundo y con los demás. Dentro de ellos, la convivencia cumplen una función instrumental y exploratoria de la relación inter-sexos, y ésta pueden entrar fácilmente en conflicto. Los muchachos, suelen comportarse como “machos”, “a menudo son agresivos, al menos verbalmente” (Fize, 2007:52). Las muchachas son juzgadas en función de su reputación:

“no deben ser “fáciles”, a riesgo de ser consideradas como unas “calientes” o “putas”, ni tampoco inaccesibles para que no se les acuse de ser unas “apretadas” o “frustradas”. Así es como las chicas, para defenderse o afirmarse, se ven inducidas a adoptar actitudes masculinas […] cosas que los chicos, desde luego, reprueban. O por el contrario, a acentuar su femineidad, lo que también se les reprocha” (Fize, 2007:54).

Ambos sexos se relacionan en formas restringidas dictadas por modelos tradicionales bajo las definiciones dadas por su grupo social. En grupos de un mismo sexo, vigilan constantemente el cumplimiento de las normas que guían su comportamiento. Esta vigilancia asegura la regulación social y auto-regulación de la conducta con diferentes reglas para chicos y chicas, pero siempre dentro de parámetros aceptados entre pares.

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