ANGUSTIA Y HOSTILIDAD
Enviado por cesararmandoca • 2 de Octubre de 2011 • 454 Palabras (2 Páginas) • 762 Visitas
El problema del factor subjetivo que interviene en la angustia se reduce a una pregunta más precisa: ¿cuáles son las condiciones psíquicas que crean el sentimiento de un poderoso peligro inminente y la actitud de indefensión frente al mismo? Tal es, de cualquier manera, la cuestión que debe plantearse el psicólogo. En efecto, el hecho de que ciertas condiciones químicas del organismo son asimismo susceptibles de promover la sensación y las manifestaciones somáticas de la angustia, es tan ajeno a los problemas psicológicos como el de que los factores químicos pueden producir la excitación o el sueño.
En rigor, los impulsos hostiles de las más diversas especies constituyen la fuente principal de la mayoría de las neurosis. Otra vez tememos que también esta afirmación parezca una ilícita generalización de un hecho que podría ser cierto en algunos casos; pero los casos que revelan la conexión directa entre la hostilidad y la angustia provocada por aquélla no son la única base de nuestras palabras. Como bien se sabe, todo impulso hostil agudo puede ser una causa directa de angustia si su realización contraría los intereses del propio sujeto.
El hecho de que la represión de la hostilidad lleve con inexorable lógica a la producción de angustia, no implica que también ésta deba manifestarse cada vez que dicho proceso tiene lugar. De hecho, la ansiedad puede ser eliminada instantáneamente por uno de los mecanismos defensivos que ya hemos considerado o que expondremos más adelante. Así, en tal situación al sujeto le es dable protegerse mediante recursos como, por ejemplo, el de experimentar una desmesurada necesidad de dormir o el de entregarse a la bebida.
Cuatro grupos principales de angustia:
• Se percibe que el peligro proviene de los propios impulsos y que se dirige contra uno mismo. En este grupo, la hostilidad se orienta secundariamente contra el sujeto mismo, proceso éste que examinaremos más abajo.
• El peligro se conceptúa originado en los propios impulsos y dirigido contra los demás.
• El peligro se juzga originado en el exterior y dirigido contra uno mismo
• El peligro se juzga originado en el exterior y dirigido contra los demás. En este grupo, la hostilidad se proyecta hacia el mundo exterior, conservándose su objeto primitivo.
Freud asegura que en la infancia somos más propensos a reaccionar con angustia, hecho indiscutible y abonado por sólidas y comprensibles razones, que radican en la desvalidez relativa del niño ante las circunstancias desfavorables. En efecto, todas la neurosis del carácter permiten advertir que la formación de la angustia comienza en la primera infancia o que, por lo menos, en esa época quedan echados los cimientos de lo que llamamos «angustia básica». Pero Freud acepta, además, que la angustia de los neuróticos adultos permanece ligada a las condiciones que originalmente la ocasionaron.
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