ATENCIÓN, CONFIANZA Y MOTIVACIÓN EN EL AULA, TRES PASOS PARA UN BUEN APRENDIZAJE

La atención es un requisito indispensable para el aprendizaje escolar. Si un niño no está atento no captará la información del profesor, de sus compañeros ni de los materiales, por lo que no aprenderá. Pero no sólo para el aprendizaje escolar se precisa de atención; también para las relaciones sociales. Se necesita prestar atención cuando alguien nos está hablando, para entender lo que nos dice, para preguntarle y pedirle aclaraciones o simplemente para saber cuándo intervenir en la conversación.

Por eso la atención es tan importante. Porque para vivir se necesita atender. Y sin atención la vida puede resultar mucho más difícil.

Asi como la atención, en toda aula de clase es necesario un clima de confianza donde no haya miedo de hablar ni de opinar lo que piensa, la tolerancia y flexibilidad, juegan un factor importante en el proceso de enseñanza aprendizaje. Al mismo tiempo la formación de los alumnos puede verse favorecida cuando los profesores introducen cambios constantes en la metodología de trabajo, así como en la interacción alumno-profesor; con el objetivo de evitar la rutina y aumentar la dedicación al aprendizaje. Un comportamiento humano por parte del profesor (flexible, rígido e intransigente en cuestiones relevantes; tolerante o sensible en circunstancias poco importantes de los alumnos), genera un clima activo y motivador positivo para su formación.

La escuela puede tener significados diferentes para todas las personas; como un centro de trabajo, como un segundo hogar, como una estancia para pasar el tiempo, como un lugar donde se enseña y aprende, como un sitio donde los niños están a salvo mientras los padres trabajan; sin embargo el verdadero significado se vive día a día en todas las aulas de clases, donde el profesor y sus alumnos le dan un significado diferente cuando su relación personal se torna buena, mala o simplemente pasa desapercibida.

La atmosfera del salón de clases, influye en la mayoría de los alumnos para acaparar su atención o en el peor de los casos, para perder a los alumnos y romper el proceso de enseñanza aprendizaje. El vínculo emocional entre el profesor y el alumno, favorece en cuestiones tales como: autoestima del alumno, detección de problemas y necesidades con mayor facilidad, diseño de estrategias de trabajo adecuado, entre otras que ayudan a mejorar el rendimiento escolar.

Por otro lado la motivación escolar juega un papel de igual importancia, la actividad de motivar a los alumnos tiene un efecto positivo en el proceso del aprendizaje y hace que actividad diaria sea cada vez más agradable, cuando un docente motiva a sus alumno a ellos les empieza a gustar lo que hacen y van a querer hacer más, ahí es donde se genera el aprendizaje, estas motivaciones pueden ser por notas, felicitaciones, planes futuros, paseos, convivencias, y reconocimientos, todos estos elementos hacen del aprendizaje un buen habito el cual

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