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Adquisicion Del Lenguaje III


Enviado por   •  28 de Diciembre de 2011  •  2.214 Palabras (9 Páginas)  •  757 Visitas

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Al ingresar los niños a preescolar se encuentran con diversas dificultades una de ellas considerada como la más importante es la dificultad para comunicarse con los demás, esto debido a la edad en la que se encuentran, entre tres y seis años de edad, pues en algunos de los casas dicen algunas palabras incompletas, cambian letras de las mismas, tienen dificultad para decir oraciones completas, también él otros de los casos utilizan palabras que no tienen significado definido en ningún diccionario.

La dificultad se presenta en el momento que pretenden entablar conversaciones con sus compañeros dado que no les entienden lo que dicen y estos hace que el proceso de comunicación no llegue a buen término, en clase el principal conflicto se da cuando la educadora realiza preguntas sobre acontecimientos que ocurren dentro del aula o sobre los trabajos que están realizando, es como si se encontraran hablado en dos idiomas distintos, en los grupos sociales en los que interactúan los pequeños en ocasiones su manera de hablar es causa de que los ignoren, se rían de ellos y incluso que se burlen de lo que están diciendo.

En la enseñanza–aprendizaje hay que tener en cuenta la lengua actual, permitiéndole al docente elevarse desde la realidad lingüística inmediata, próxima, real que utiliza el alumno como usuario de la lengua. La enseñanza-aprendizaje se realiza como un diálogo real y fructífero, basado en la convicción de que los hábitos verbales son modificables y por consiguiente, mejorables.

La comunicación oral implica dos tipos de aprendizajes: uno, el dominio instrumental de la lengua (fonético, morfológico, semántico), otro el de la comprensión-expresión positivas de vivencias, sentimientos o pensamientos.

La lengua oral debe ser urgentemente considerada por la pedagogía lingüística porque es parte esencial del desempeño del hombre en la sociedad.

Ese desempeño, materializado en sus comunicaciones orales nos obliga a que desde el punto de vista didáctico establezcamos una distinción entre expresión y comunicación indisolublemente ligadas, pero no en estatus de sinónimos. Si pensamos en términos de expresión nos conduce a detenernos en “qué dice” y “como lo dice” (correlación en la que tradicionalmente se ha centrado el interés en la praxis de la expresión oral); por su parte pensar en términos de comunicación incorpora el “porqué” y “para qué” lo que condiciona el tratamiento de “intenciones” y “finalidades” comunicativas adecuadas a diferentes tipos de textos.

El lenguaje afecta el contenido del conocimiento de los niños, el lenguaje es un mecanismo para pensar, una herramienta mental, hace que el pensamiento sea más abstracto, flexible e independiente, convoca predicciones y recuerdos para enfrentar nuevas situaciones, con el no es necesario que los niños tengan delante un objeto para poder pensar en el, permite imaginar, manipular, crear nuevas ideas y compartirlas con los otros, por ello es un instrumento en el desarrollo del conocimiento y al mismo tempo forma parte del proceso cognitivo.

Los procesos mentales no ocurren únicamente en el interior del niño ocurren también en los intercambios entre las personas, aprenden compartiendo y utilizando los procesos mentales con los demás, solo después de esta experiencia de compartida el alumno se apropia del conocimiento y puede aplicarlo de forma independiente. Para Vigotsky los procesos mentales ocurren primeramente en un espacio compartido y es de ahí de donde pasan la plano individual.

El lenguaje es una herramienta de la mente y de el se sirve el aprendizaje dado que este ocurre en situaciones compartidas, para compartir información en una actividad es necesario hablar. El lenguaje es una herramienta universal porque todas las culturas lo han desarrollado, los integrantes de cada cultura lo crean y lo comparten, es una herramienta mental que todos los usan para pensar.

El lenguaje en los niños de preescolar facilita la expresión de los aprendizajes y hace más sencillo el proceso de socialización, es bien sabido que el lenguaje no es la única forma de que los pequeños expresen lo que saben y lo que pasa por su mente, sin embargo es la que puede hacerlo más explicito y más entendible para los demás; en la convivencia cotidiana es muy importante que los niños se expresen de forma oral dado que así se pueden poner de acuerdo con otros niños mientras realizan actividades o juegos.

Según David Elkind los niños de cuatro y de cinco años son incansables interrogadores, y sus preguntas representan un esfuerzo de iniciativa intelectual además de un intento por tomar la iniciativa social al interactuar con los adultos. Si respondemos debidamente a las preguntas de los niños, les daremos la sensación de que bien valieron la pena el esfuerzo y la angustia indispensables al tomar la iniciativa intelectual y social. Les damos así el fundamento para tomar la iniciativa como niños mayores o como adultos. Por otra parte, si pasamos por alto la significación y la importancia de sus preguntas, no solo perdemos una oportunidad de favorecer su iniciativa social e intelectual sino que podemos contribuir a asociar su curiosidad con un sentido de culpa. Al mismo tiempo, poco de culpa resulta saludable y si a veces fallamos al responder a las preguntas de un niño, eso podrá ofrecer el toque de culpa que es necesario para equilibrar un abrumador sentido de iniciativa.

Estas preguntas tienen como base la curiosidad, el querer saber más y su deseo de saberlo todo, también es una forma de iniciar una conversación y por qué no, llamar la atención sintiéndose importantes al mantener a los padres o adultos respondiendo sus preguntas. Las preguntas también suelen ser utilizadas para desviar la atención cuando los encuentran haciendo una travesura o algo indebido; y en otros casos pueden ser desafiantes cuando les negamos alguna cosa (“¿Por qué tengo que bañarme?”)

Muchas veces las preguntas pueden ser embarazosas, así como los comentarios impertinentes que hagan al decir lo que piensan y sienten sin medir las consecuencias. También pueden hacernos la misma pregunta muchas veces durante una semana por ejemplo, esto se debe a que por medio de la repetición se aprende, de la misma manera podrán ver la misma película muchas veces o mirar un libro repetitivamente.

Pero no es tan grave. Lo primero que debemos hacer es tomarlo con naturalidad, seguido de otras actitudes positivas que es conveniente tener en cuenta para no ser cogidos "en frío". Aquí algunas de ellas:

• Valora la pregunta del niño. Es la mejor señal de su avance en cuanto a madurez y curiosidad.

• Míralo a los ojos cuando te hable y te pregunte. Nunca le evadas la mirada, eso le hará pensar

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