Adultez Y Senitud
Enviado por miramines • 30 de Julio de 2013 • 1.778 Palabras (8 Páginas) • 2.354 Visitas
INTENTOS PARA CONTROLAR EL ENVEJECIMIENTO
• Desde muy antiguo la vejez, al igual que la mortalidad e inmortalidad, fueron temas muy presentes en el campo filosófico y de la religión, donde estos conceptos fueron aceptados como consecuencias inevitables de la vida.
• Desde la obsesión de Gilgamesh (año 3.000 a. C.) con la inmortalidad humana, hasta la leyenda griega de Titón (de época cercana a Gilgamesh), nos hablan sobre las consecuencias inevitables de la vejez y la imposibilidad de que los humanos puedan cambiarla.
• El concepto de muerte, como bien, lo desarrolló metódicamente el filósofo griego Epicuro, en el siglo IV - III a.C. Esta idea la hace suya Lucrecio en su obra “Sobre la naturaleza de las cosas”, donde expresa que: … “es necesario que cada generación envejezca y muera para dejar sitio a la siguiente”. Añadiendo, más tarde, que la muerte es el destino de todos los hombres, incluso de los más grandes.
• Más cercano a nuestros días, en el siglo XIX, Thomas Malthus lanza la hipótesis de que la población tiende a aumentar geométricamente (1, 2, 4, 8, 16,…), mientras que la alimentación de forma aritmética (1, 2, 3, 4, 5,…), lo que llevará a una superpoblación y no es deseable, por lo tanto, una mayor longevidad.
¿SE DEBE INTENTAR CONTROLAR EL ENVEJECIMIENTO?
• El control del proceso de envejecimiento ha sido, probablemente, un objetivo desde que el primer hombre comprobó que hacerse viejo reducía las capacidades y anunciaba la muerte cercana. Consideremos algunas etapas con el transcurrir de los tiempos:
1ª) Antiguo Egipto.
- Se considera el papiro egipcio, aparecido hacia el año 1600 a.C, como el documento escrito más antiguo sobre el envejecimiento, denominado: “Libro para transformar un hombre viejo en un joven de veinte años”. En él se cuenta cómo preparar un ungüento que, asegura, ha resultado efectivo miles de veces.
2ª) El lejano Oriente.
- Aquí prevalecía la creencia de que eran posibles la inmortalidad y la juventud eterna.
- Los taoístas chinos (s. VI) creían que el universo y el cuerpo humano estaban constituidos por dos principios opuestos en mutua armonía, el yin y el yang. Para ellos la enfermedad y la vejez eran el resultado de un desequilibrio entre estas dos fuerzas. Restablecer el equilibrio era la condición necesaria para conseguir una mayor longevidad humana.
3ª) El mundo occidental.
- Aristóteles (384 – 322 a.C.) escribió sobre la vejez y la muerte, aceptando ambos conceptos como parte del orden natural y beneficiosos para la vida humana.
- Como la vida, en su conjunto, pocas veces era vivida como una experiencia gozosa – sobre todo en los primeros siglos de nuestra era -, prolongarla no constituía un objetivo popular.
- En el s. XVIII, Benjamín Franklin alertó sobre la idea de prolongar la longevidad humana, cosa que, con el progreso de la ciencia, creía posible. Su fe y convicción sobre esta idea influyó sobre muchas personas de su tiempo.
- Un famoso científico francés, Marie-J.-Antoine de Caritat Condorcet, contemporáneo de Franklin, expresaba que el progreso en las ciencias llevaría, algún día, a una mayor longevidad.
Condorcet se pronuncia tanto sobre la posibilidad de posponer los cambios debidos a la edad como sobre la longevidad de la vida humana. Postula tres afirmaciones en las que basa su creencia en la prolongación de la vida humana:
a) El medio ambiente puede ser mejorado.
b) Las características adquiridas son hereditarias.
c) Las ciencias médicas llegarán a conseguir profundos avances.
- Sin embargo, Thomas R. Malthus – contemporáneo también de Condorcet – atacó esos tres postulados, al señalar:
a) Niega que las mejoras en el medio ambiente supongan un aumento en la longevidad. (La mayoría de gerontólogos no creen que la duración máxima fija de la vida humana – alrededor de 115 años – se vea afectada por la mejora en el ambiente; si bien puede influir en la esperanza de vida de una persona.)
b) La herencia de los caracteres adquiridos no necesariamente va a continuarse indefinidamente. ( La teoría que contempla la herencia de caracteres adquiridos – lamarckismo – no es aceptada por los genetistas modernos.)
c) Duda de que existiera un solo ejemplo de aumento de la duración de la vida debido a intervención humana. (La ciencia actual corrobora su duda.)
- Gerald J. Gruman, investigador e historiador norteamericano, escribió "A History of Ideas About the Prolongation of Life" (1966), tiene el mérito de haber acuñado el término “prolongevidad” que expresa la noción de que prolongar la longevidad humana es, a la vez, posible y deseable.
SUSTANCIAS Y PRÁCTICAS REJUVENECEDORAS A TRAVÉS DEL TIEMPO
A) EL AGUA, CIERTOS ALIMENTOS Y OTROS.
- Tanto en mitos como en leyendas antiguas aparece el agua con propiedades rejuvenecedoras, asegurando poder restaurar la juventud en quien la beba o se bañe en ella.
- La búsqueda del manantial de la juventud podemos verla ya en los escritos hindúes, fechados alrededor del 700 a.C. Menciones a este manantial de la juventud podemos encontrarlas, también, en el Antiguo Testamento y en el Corán.
En la actualidad, la búsqueda de fuentes minerales y termales viene a constituirse como un remedio a nuestras enfermedades y la forma de buscar, en sus efectos sobre el organismo, una nueva juventud.
- También se ha creído que deben existir ciertas bebidas y alimentos especiales que tienen propiedades de rejuvenecimiento: la ambrosía, el néctar de los dioses (griegos y romanos), la soma hindú, el elixir de la vida (= pócima o bebida que garantizaba la vida eterna), el octli de Perú y México
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