Alimentacion
Enviado por • 30 de Noviembre de 2013 • 1.483 Palabras (6 Páginas) • 326 Visitas
NUTRICIÓN
Influencia de la alimentación
en el comportamiento humano
a través de la historia
CARMEN MARTÍNEZ RINCÓNa y ÁNGEL RODRÍGUEZ CISNEROSb
aDoctora en Farmacia. Profesora titular de Farmacología, Nutrición y Dietética. Departamento de Enfermería de la Universidad
Complutense de Madrid (UCM).
bDiplomado en Enfermería. Licenciado en Lingüística. Colaborador honorífico del Departamento de Enfermería de la UCM.
Con el estudio de la evolución de la alimentación se puede tener una visión
de por qué y cómo ingerimos determinados alimentos y a la vez facilita
la comprensión de cómo intentamos satisfacer ciertas necesidades, no sólo
fisiológicas, a través de la ingesta de alimentos. En este recorrido por todas
las épocas se observan los momentos o hitos históricos que han dejado
una impronta en nuestras costumbres gastronómicas, pues en cada etapa de la
historia se producen acontecimientos que quedan reflejados también en la mesa.
80 OFFARM VOL 21 NÚM 7 JULIO-AGOSTO 2002
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disponibles y una mejor adaptación
al medio, que a su vez redundó en
un proceso acumulativo de experiencias
y dio origen a nuevos artilugios
alimentarios.
Los partidarios de la primera
hipótesis tratan de confirmar el
carácter instintivo inicial de la
selección de alimentos. Para apoyar
esta teoría exponen cómo un grupo
de niños que padecían ciertas carencias
nutricionales, al presentárseles
diferentes tipos de platos, eligieron
preferentemente aquellos alimentos
que contenían en mayor porcentaje
los nutrientes de los cuales eran
deficitarios, aunque tuviesen un
sabor un tanto menos agradable.
Los beneficios alimenticios que
provocaban el progreso en la visión
y el conocimiento (entendiéndose
por conocimiento la localización de
los frutos y la capacidad de aprender
y recordar las partes comestibles
de las plantas) promovieron el
desarrollo de un cerebro, proporcionalmente,
de gran tamaño,
rasgo éste que distingue a los primates
desde su aparición.
Sin entrar en la polémica de si el
hombre de natural es carnívoro o
herbívoro, se observa cómo en las
especies que han precedido al Homo
habilis (fig. 1) se produjo una evolución
que afectó no solamente al aparato
masticador, sino también la
forma de la mano y al tubo digestivo.
El más antiguo de los homínidos
fósiles, Ardipithecus ramidus (5 millones
de años), tenía una dentición
caracterizada por unos caninos bastante
proyectados hacia delante, con
forma espatulada, que les hacía parecidos
a los incisivos y unas piezas
molares similares a las del chimpancé
actual, por lo que podemos atribuirles
una alimentación parecida.
En el siguiente escalón evolutivo
(Australopithecus afarensis) el aparato
masticador está conformado por
caninos menos proyectados, primeros
premolares con dos prominencias
(cuando antes sólo existía una) y
molares de mayor tamaño. Esta configuración
anatómica permitió ingerir
una dieta con un mayor número
de alimentos duros y abrasivos. No
se observan rasgos que indiquen un
aporte significativo de carne.
La pérdida de los grandes bosques
(hace 4 millones de años)
pudo ser uno de los desencadenantes
de otra habilidad que acrecentó
las diferencias con el resto de los
primates: el bipedismo. La posición
erecta era una ventaja evidente
para acceder a los pocos árboles
existentes en las grandes sabanas,
que a la vez dejaba las manos libres
para la búsqueda y manipulación
de la comida.
Todos estos datos permiten afirmar
que dichos homínidos eran
vegetarianos y no cazadores, con
una dieta compuesta por alimentos
que requieren de una molienda
más eficaz para poder ser digeridos,
tales como: semillas duras de gramíneas,
legumbres tiernas o secas,
frutos carnosos o con cáscara, bulbos,
tubérculos y raíces tuberosas;
alimentos éstos últimos que extraían
con palos que una vez utilizados
eran desechados; no se descarta la
circunstancial omnivoracidad.
Estos alimentos son la base de la
dieta de los actuales papiones.
A partir del Australopithecus afarensis,
la anatomía de la mano indica
una disponibilidad de manipular
pequeños instrumentos y la
incorporación de nuevos hábitos
alimentarios.
Las sucesivas especies muestran
un aumento paulatino del tamaño
de los molares y una disminución de
incisivos y caninos hasta llegar al
Homo habilis, en el que se aprecia
una superficie mayor, tanto en términos
absolutos como relativos, de
los mencionados molares.
Algunos investigadores asocian
el mayor volumen encefálico de los
homínidos a la ingesta proteica de
origen animal; otros lo atribuyen no
solamente a éste tipo de nutriente
sino a que vino complementada con
una disminución del tamaño del
tubo digestivo y su especialización,
que permite una mejor absorción
de nutrientes en un menor recorrido.
Estas ventajas comportan un
ahorro energético basal importante
que el organismo puede redistribuir
en favor del gasto encefálico. Todo
este proceso fue posible gracias a la
inclusión de alimentos de origen
animal, de más fácil absorción con
un menor trabajo digestivo.
Este equilibrio entre la dieta y
el aparato digestivo se alcanza en
las primeras especies Homo. El
primer homínido que presenta
caracteres físicos que denotan un
consumo regular de carne es el
Homo habilis, quien la obtuvo en
un primer momento como carroñero
y después cazando. Además
de la transformación anatómica,
en este caso insuficiente, el cambio
fue posible gracias a la utilización
de instrumentos extracorpóreos,
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