Análisis de la fibromialgia desde la perspectiva del ámbito psicosocial
Enviado por Noripriful • 26 de Agosto de 2017 • Documentos de Investigación • 1.954 Palabras (8 Páginas) • 209 Visitas
Análisis de la fibromialgia desde la perspectiva del ámbito psicosocial
Nuestro artículo científico va enfocado hacia una enfermedad poco conocida actualmente, aunque hemos de destacar que ésta no es enfermedad nueva: la fibromialgia. Esta temática ha sido escogida porque pensamos que es una enfermedad interesante que afecta a un porcentaje notable de población, especialmente a mujeres y, sin embargo mucha gente desconoce su existencia. Nuestro objetivo principal ha sido indagar sobre este trastorno, conocer sus efectos y cómo se ve reflejado en el ámbito social, laboral y psicológico para quienes lo padecen. De este modo, podremos dar luz y hacer comprender la difícil situación que sufren sus afectados y poner en relieve la realidad que éstos viven. Para ello, hemos utilizado una metodología cualitativa, analizando e interpretando la información que hemos ido encontrando en los diferentes artículos o revistas científicas, llegando a la conclusión de que es una enfermedad desconocida y que, por lo tanto, hay que hacer más hincapié en propalarla. Además, hemos considerado necesario que se adquiera para sus pacientes un reconocimiento social, laboral y sanitario, ya que son personas que al sufrir esta enfermedad, tal como podría ser otra cualquiera y que sin embargo, no reciben los mimos tratamientos ni tampoco la sensibilización suficiente por parte de la sociedad.
Palabras clave
Ámbito psicosocial, enfermedad crónica, fibromialgia, incomprensión, neurología, reconocimiento social, sintomatología.
Introducción
La Asociación de fibromialgia, síndrome de la fatiga crónica y sensibilidad química múltiple de Melilla nos informa de los antecedentes clínicos de este trastorno crónico. Sus primeros revelamientos e investigaciones fueron por parte de los médicos Richard Manninghan y William Balfour, aunque uno de los pioneros reconocidos en estudiar la fibromialgia fue Robert Floriep, concretamente en el año 1843, observando rigidez en algunas zonas musculares del cuerpo humano. En el año 1904 William Gowers acuñó el término “fibrositis” a esta enfermedad, recogiendo el síntoma del proceso inflamatorio que padecían algunos de sus pacientes con ciertas características similares. No fue hasta varias décadas después cuando Steindler en el año 1938 lo describiría como “síndrome doloroso miosfacial”, explicando la existencia de puntos concretos dolorosos. Fue en el año 1976 cuando Hench propone el término de fibromialgia tras años anteriores dar comienzo a teorías acerca del origen psicológico de la fibrositis. A finales del siglo XX, el instituto “American College of Rheumatology” define los criterios para identificar el síndrome de la fibromialgia señalando algunos de sus principales características. Finalmente, en el año 1992 la Organización Mundial de la Salud (OMS) y la Asociación Nacional del Estudio del Dolor (IASP), reconocen el síndrome de la fibromialgia asignándole su código y clasificándola dentro de los reumatismos. (Ojeda, 2012).
Análisis
La Organización Mundial de la Salud define la fibromialgia como “una enfermedad de causa desconocida cuyo síntoma principal es el dolor crónico generalizado que se localiza, esencialmente, en zonas musculares, tendinosas, articulares y viscerales”. A su vez, la califica como “una alteración o interrupción de la estructura o función de una parte del cuerpo, con síntomas y signos característicos y cuya patogenia o etiología pueden ser conocidos o no” (OMS, 1992).
Según la Fundació per a la Fibromiàlgia, esta enfermedad afecta alrededor del 4% de la población total de España, lo que supone aproximadamente a un millón y medio de personas. La define como “una enfermedad crónica que afecta al sistema nervioso central que ocasiona a quien la padece dolor generalizado con más de tres meses de duración y un cansancio persistente en grado variable” (Fundació per a la Fibromiàlgia, 2006).
Por otro lado, el Ministerio de Sanidad, Política Social e Igualdad (2011) la diagnostica como una afección crónica caracterizada por la presencia de dolor crónico musculo-esquelético generalizado, con bajo umbral de dolor que suele existir otros síntomas, fundamentalmente fatiga y problemas de sueño, pero que también pueden estar presente otro tipo de dolencias como rigidez articular, cefaleas, problemas de memoria, etc.
Los estudios de García, Castel y Vidal (2006) en cuanto a cómo afecta en el aspecto psicológico la fibromialgia, hace referencia a la globalidad de sus consecuencias tales como los conflictos emocionales, dificulta las habilidades de comunicación y sus capacidades para resolver los contratiempos. A su vez, el estudio hecho por Pérez-Pareja, Borrás, Palmer, Sesé, Molina y Gonzalvo (2004) tras analizar a 36 pacientes fibromiálgicos, indicaron que la ansiedad es una característica diferenciadora de otro tipo de enfermedades relacionadas, ya que dieron puntuaciones más altas en las respuestas de ansiedad expresadas de forma fisiológica y motora.
La revista Orixinais y sus autores Barro y Acasuso (2006) hablan sobre la fibromialgia y sus repercusiones laborales, definiendo la fibromialgia como “una pérdida de capacidad para mantener actividades repetitivas u otras formas de trabajo con sobrecarga crónica que puedan originar dolor, fatiga y debilidad general”.
El gran desconocimiento existente acerca de la fibromialgia tiene consecuencias negativas en entorno familiar, laboral, social e incluso sanitario porque al no ser reconocido genera incomprensión al sujeto que la padece. Esto conlleva a la disminución de la autoestima, frustración y ansiedad en la persona afectada ya que ve como su calidad de vida empeora y todo cae sobre su entorno más cercano. El desconocimiento de la enfermedad y la repercusión que tiene sobre los sujetos ha llevado a muchas asociaciones de pacientes y familiares de nuestro país, a trasladar el tema hasta los medios de comunicación y aunque estos han servido como apoyo para dar a conocer la fibromialgia, no es mucha la información que tienen los medios sanitarios de esta, por lo que los medios de comunicación no han servido de gran ayuda. Por lo tanto, habría que obtener más aspectos sanitarios, psicológicos y psicosociales acerca de esta para poder avanzar en la enfermedad (Ubago, Ruiz, Bermejo, Olry de Labry y Plazaola, 2005).
Otro hecho a destacar a favor de las personas que sufren fibromialgia, como bien se recoge en la revista científica mencionada anteriormente, es que no es considerada una enfermedad que inhabilite para ejercer las tareas profesionales debido a que estos dolores no se consideran lo suficientemente fuertes para pedir una baja laboral. Sólo se dan en casos extremos como en el caso de sufrir un accidente laboral, un accidente de tráfico, una operación… Las personas que sufren esta enfermedad tan poco comentada y reconocida como tal, no cuenta con el apoyo de sus empresas, ya que en los casos diagnosticados de pacientes que sufren fibromialgia son mucho menores en España que en otros países donde sí se considera una enfermedad al igual que otras. Se considera la fibromialgia como una enfermedad secundaria que no repercute en el ámbito laboral, cuando sus efectos sí que influyen a la hora de realizar una tarea o profesión. Barro, et. al. (2006).
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