Arte Visual

Arte visual

Un camino para desarrollar inteligencias

Revista Escala No. 168, agosto 2003 AeroMéxico

Sección: Fresco para ver Texto: La Vaca Independiente

Si los niños aprenden hoy a ver el mundo y a decir su palabra con el corazón, inteligencia y sensibilidad, mañana habrá otra historia que contar.

Programa dia

Desde las cavernas hasta nuestros días, a lo largo y ancho de la tierra y en todos los tiempos, culturas y formas de vida, el hombre ha expresado sus ideas a través de grandes actos de creación: las obras de arte. Éstas muestran de manera sorprendente, con frecuencia hermosa, las relaciones insospechadas entre las cosas. Así entendido, el arte es una ventana al mundo, una rendija a través de la cual podemos asomarnos para ver y entender la vida, las costumbres y la manera de sentir de otros seres humanos. El contacto con esta diversidad enriquece nuestra visión acerca de las diferentes culturas y de nosotros mismos.

Un espacio para la interpretación

Suele pensarse que el arte está reservado para unos cuantos, que pueden entenderlo sólo las personas que conocen ampliamente las técnicas, los estilos y las épocas que lo caracterizan. En realidad, cualquiera puede hablar de lo que ve en una obra de arte. Si observamos la famosísima obra de Leonardo da Vinci, La Mona Lisa, podemos preguntarnos: ¿cuál será su estado de ánimo?, ¿qué habrá en ese lugar?, ¿a qué se dedica esta mujer?, ¿qué estará pensando? Las respuestas serán tan diversas como las personas que las conciben.

Pensando en otras obras, un papel arrugado sostenido por la mano de una mujer pensativa sería tal vez una carta o la fotografía de la persona amada; ¿qué más podría ser? El espacio de ambigüedad que existe entre lo que vemos y lo que podemos especular da cabida a muchas posibilidades de interpretación, lo que hace del arte un estímulo ideal para desarrollar nuestras habilidades.

Ante todo, las artes visuales evocan, despiertan emociones e invitan a la reflexión; más que pensar en el autor o la técnica que usó, podemos deleitarnos observando una pintura desde nuestra propia experiencia: ¿qué me sugiere a mí?, ¿qué pienso que está pasando y qué me hace decir eso? Podemos usar nuestra imaginación e ir más allá de lo que vemos; adivinar, por ejemplo, la escena que sigue, qué hay dentro de esa casa o qué provocó la enigmática sonrisa de una mujer que parece mirarnos.

Arte para pensar y aprender

El arte desarrolla nuestra inteligencia. Una conversación grupal en torno a una pintura se transforma en un espacio para aprender con el intercambio de opiniones que las personas tienen sobre lo que ven en la imagen. La observación hace posible imaginar, hacer conjeturas, establecer hipótesis, relacionar los elementos de la imagen, conectarla con la vida cotidiana y con los conocimientos que cada quien posee. Cualquier opinión es válida, siempre y cuando se base en elementos contenidos en la obra. Escuchar los comentarios de los demás enriquece nuestra percepción y aprendemos de los demás. Realizar de manera sistemática esta dinámica fomenta un proceso de aprendizaje que impacta el desarrollo de cuatro áreas de habilidades: sociales, comunicativas, afectivas y cognitivas.

Habilidades sociales. Se relacionan con las actitudes y valores indispensables para convivir armónicamente en una sociedad. Compartir puntos de vista respecto a la obra de arte se convierte en una oportunidad para aprender a escuchar, a respetar las ideas de los demás y a construir ideas colectivamente.

La diversidad de situaciones plasmadas en una pintura nos invita a realizar un viaje imaginario a través del tiempo y el espacio para conocer distintas formas de expresión humana. La cultura es parte inherente de una sociedad, conocerla nos ofrece un panorama más amplio del mundo, lo cual nos ayuda a tener una actitud más abierta

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