Articulación de la teoría de Erikson y mi historia personal
Enviado por Verocanalholos • 26 de Mayo de 2017 • Trabajo • 2.274 Palabras (10 Páginas) • 250 Visitas
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PISCOLOGIA EVOLUTIVA
Articulación teórica Teoría de Erikson y la vida de Veronica Canal
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Articulación de la teoría de Erikson y mi historia personal
Erikson consideraba la integración de la personalidad como la etapa ultima del desarrollo, y concebía el proceso de formar una identidad personal como una etapa intermedia. La relación, del individuo entre las exceptivas personales y las limitaciones del ambiente cultural. La vida gira en torno a la persona y el medio es así como la persona en cada etapa puede avanzar, estancarse o tener una regresión con respecto a las otras etapas.
Enfatizo la comprensión del yo como una fuerza intensa, como una capacidad organizadora de la persona, capaz de reconciliar las fuerzas sintónicas y distancias, como así también para resolver crisis derivadas de los contextos genéticos, culturales e históricos.
El entienda que, si en cada una de las nuevas etapas de la vida la persona ha logrado la competencia correspondiente a ese momento vital, esa persona experimentara una sensación de dominio denominado fuerza de ego, adquirido para resolver las metas de la siguiente etapa. Cada una de estas etapas se verá determinada por un conflicto que permitirá el desarrollo individual, si logra resolver cada uno de esos conflictos crece psicológicamente, en estos conflictos entonces se halla un gran potencial para el crecimiento.
Ahora después de elaborar esta breve introducción acerca de la teoría de Erikson, comenzare a vincular mi historia de vida con sus pensamientos.
En la primera etapa Erikson habla sobre la confianza y la desconfianza del bebe desde su nacimiento hasta los 18 meses de vida, la cual dependerá de la relación vincular que se genere entre el niño y su madre. Por supuesto que de esta etapa nada puedo recordar ya que él bebe cuando nace no puede registrar lo que está pasando, es un ser que ve a él y a su madre como una sola cosa, pero si puedo hablar desde los dichos o las historias de familia que se cuentan. Mi madre el día antes que yo nazca estaba en un cumpleaños y tenía antojo de postre imperial se comió uno entero, será por eso que amo ese postre!!!!, era chica apenas 21 años con muchos miedos, y al nacer no dejaba que nadie me tocara, género en mi un vínculo de dependencia, ya que si no estaba ella cerca dicen que lloraba mucho, tenía muchos temores como madre primeriza, más que mi abuela por parte materna había muerto cuando mi madre tenía 8 años, entonces sus temores eran mayores. Fui la primera de mis hermanos, de mis primos la primera en todo así que desde la hora cero fui muy mal criada. Por lo que pude saber estaba siempre con mi madre eso seguramente me dio mucha seguridad y satisfacción, porque desde chica fui muy segura de mi misma. Ya adentrada la fase de la autonomía versus la vergüenza o la duda, tal vez tampoco pueda recordar mucho, pero si recuerdo un hecho que me marco, tal vez porque estaba acostumbrada a estar siempre con mi madre que su ausencia imprimió en mi psiquis el evento a pesar de ser tan chica. Mi madre y mi padre se fueron de viaje por un mes y yo quede al cuidado de mi tía, la hermana de mi padre, y mi abuela materna a quien adoro. En principio me sentí abandonada pero esta experiencia forjo en mí una gran autonomía y un saber real de que yo era una persona totalmente apartada de mi madre era un ser independiente.
A medida que fueron pasando los años ya comenzado el jardín sentía grandes curiosidades de exploración todo lo quería saber, en esta tercera etapa de iniciativa versus culpa, las ganas de poner a prueba todo aquello que pudieran eran más fuerte y siempre ganaba la iniciativa. Me encantaba resaltar y jugar a la mama y la señorita, tenía buen vínculo con mis pares y en la familia aún era la única por todos lados de la familia, lo que hacía que me sintiera segura para conocer, inspeccionar, averiguar todo aquello que mi mente quisiera, me daban las herramientas para hacerlo, esta seguridad me hacía sentir el respaldo de todos los miembros de mi familia. Era como una sensación de libertad encubierta, esa seguridad y respaldo me hacían sentir libre.
Pero de repente entrando en la etapa de laboriosidad versus inferioridad, mi seguridad comenzó a verse un tanto desequilibrada, comenzaron a llegar nuevos integrantes a la familia, entre ellos mi hermano y mis primos, todos hombres, nacían uno tras otro y empecé a sentirme desplazada, en un estado de inferioridad, yo era la más grande y mucho más grande ya con 6 años con una vida de plena satisfacción y donde todo era para mí, ahora había que compartir y no con uno, con varios, y por ser la más grande tenia roles que me imponían como mandatos a cumplir como cuidarlos, o ayudar en lo que fuera necesario, porque eran muchos y yo ya era grande y además mujer lo que me ubicaba en el lugar de madre sustituta, recuerdo a mi abuela diciendo, …así vas aprendiendo para cuando seas grande y tengas tus hijos, era ley que uno debía casarse tener hijos e ir todos los domingos a comer a lo de los abuelos, a veces me pregunto dónde quedo todo eso, pero si hay algo de cierto la única que cumplió el mandato fui yo como lo habrán inculcado soy la única que se casó y tiene hijos, y si bien ya no somos mis primos, mis tíos todos en la mesa de los domingos, a mis padres rara vez no los vea un domingo, fuerte mandatos familiares, pero no pesan hasta hoy me siento feliz haciéndolo. Y como ya estamos todos grandes y quede como la hermana mayor de todos desde siempre, una vez al año nos juntamos todos para despedir el año. Somos una familia ligada a los mandatos y a las creencias, fuerte influencia religiosa lo cual algunos somos fervientes practicantes, pero si bien termina hoy uno ya adulto termina eligiendo, son acciones adquiridas y heredadas las cuales algunos aceptamos e incorporamos como propias y otros las fueron dejando de lado.
Esta etapa, la de descubrir que no iba ser la nena de la familia por siempre, fue difícil y ese gran poder de iniciativa que había logrado en la etapa anterior ahora se veía un poco sombrío y a veces la culpa me ganaba, no quería que estén ahí, mi hermano y mis primos, entonces no me portaba tan bien, había entrado tal vez en primera crisis racional y consiente. “Me habían venido a desplazar”, ese era mi pensamiento. El tiempo fue pasando y como todos los seres humanos nos vamos adaptando a los cambios, comencé a percibir que la atención puesta en ellos me liberaba a mí de que estuviesen tan pendientes y eso ya con una edad más avanzada llegando casi a la adolescencia empezaba a gustarme.
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