Autoestima

La autoestima es el desarrollo personal en sí mismo, es la idea que se tiene del valor personal y el respeto que sientes hacia tu ser. Engloba amor y aceptación propio, un autoconocimiento que conlleva a una vida de bienestar en diversos ámbitos; en lo personal, familiar, laboral y social. Cada uno de estos va aunado a otro, es decir, la forma en la que nos sentimos con respecto a nosotros mismos afecta todos estos aspectos; desde como funcionan en el trabajo o el amor, hasta las posibilidades de progresar en la vida. Es importante desarrollar la capacidad de valorarse a sí mismo para así lograr atraer el valor de otros, el único juicio que importa y vale es el propio.

Tomando en cuenta que la autoestima es un concepto gradual y que las personas pueden encontrarse en cualquiera de los dos polos; ya sea alta o baja o bien en un punto medio, y que nadie carece por completo de ella porque simplemente no tendrían un sentido de vida, podemos decir que todos somos capaces de desarrollar una autoestima positiva. Es positiva cuando logramos adaptarnos exitosamente a las dificultades de la vida diaria y es negativa cuando no nos sentimos capaces de enfrentar a los problemas cotidianos.

Enfocando la autoestima en la complicada etapa de la adolescencia. Varios factores influyen en el desarrollo pleno de esta etapa, entre ellos, la búsqueda de identidad, valores, grupo de amigos, actitud y autenticidad. Aunque quizá la tarea más importante consiste en la búsqueda de la propia identidad, responder a la preguntas “¿quién soy en realidad? ¿qué es lo que quiero?” que se ven influidas por un empeño constante de ser autónomos y a la vez buscan pertenecer a grupos asumiendo que deben aceptar sus reglas y valores. Misma que influye en la forma de relacionarse con los que los rodean, ya que como se ven a ellos mismos, es como piensan que los ven los demás.

Probablemente la construcción de la identidad propia sea un trabajo arduo en esta etapa porque hay confusión, desorientación y cambios físicos y psicológicos que son parte de la transición de una etapa a otra, y que se vuelven un saco muy pesado que los jóvenes debemos cargar y que dificultan un desarrollo favorable de la autoestima.

La autoestima estará presente en cada etapa de la vida, desde la familia que es la principal fuente de afecto y seguridad, se debe estimular un entorno que le permita al sujeto desarrollar su sentido de pertenencia, sentirse amado, comprendido y aceptado tal como es para que posteriormente pueda formarse una idea de sí mismo. De igual manera, los padres de familia deben enseñar normas de conducta para que sepa lo que se espera de él y lograr una integración social.

Es importante que los adolescentes establezcan una buena relación con sus padres o aquellas personas que se encuentran cercanas a ellos ya que muchas veces transfieren su confianza de los padres a otros,

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