COGNICIÓN Y PERSONALIDAD

Universidad de Guayaquil[pic 1][pic 2]

Facultad de Ciencias Psicológicas

Materia:

Psicología de la Personalidad

Tema:

COGNICIÓN Y PERSONALIDAD

Nombre de los estudiantes:

Silvia Rojas Yagual

Paul Espinoza Loaiza

Nombre del Profesor:

Javier Mogrovejo

COGNICION Y PERSONALIDAD

Allport (1985), refiere al concepto de las disposiciones de diferentes grados de latencia, específicos y generales, como clave del edificio de la personalidad. Las cuales son extensas e incluyen rasgos, predisposiciones, patrones preferidos, actitudes, características personales, tendencias que orientan la dirección de la acción a tomar en determinadas circunstancias, situando al hombre en determinadas disposiciones mentales. Estas disposiciones mentales son las que llevarán al sujeto a enfrentarse al medio.

“La personalidad es una organización compleja de cogniciones, emociones y conductas que da orientaciones y pautas [coherencia] a la vida de una persona. Como el cuerpo, la personalidad está integrada tanto por estructuras como por procesos y refleja tanto la naturaleza [genes] como el aprendizaje [experiencia]. Además, la personalidad engloba los efectos del pasado, incluyendo los recuerdos del pasado, así como construcciones del presente y del futuro” (Pervin, 1996, P. 444).

Las disposiciones tónicas modelan y están prestas como posibilidades latentes a las reacciones fásicas (comportamiento observable). Posner y Rafa (1987), propusieron que la atención tiene tres componentes fundamentales: la alerta, la atención selectiva y la vigilancia o concentración. De acuerdo con estos autores, la alerta se compone por tónica y fásica. La alerta tónica se define como la alerta general del organismo durante el día. La alerta fásica se define como el repentino aumento de la alerta después de una señal de aviso. La atención selectiva es la capacidad que facilita el procesamiento de información específica. Por otra parte Valdez y Cols. (2005) plantea cuatro componentes añadiendo la atención sostenida como otro componente. Esta última refiere a la capacidad para mantenerse respondiendo al ambiente durante un determinado periodo de tiempo.

La motivación primordial de supervivencia nos ha permitido evolucionar a fin de perfeccionarnos para recibir conocimientos y percepciones que nos proporcionan utilidad. Para esto es necesario ser selectivo con lo que percibimos, esto se logra mediante la “preparación perceptiva” y la “vigilancia perceptiva” que permite lograr una “percepción verídica” contribuyendo a la continuidad de la personalidad a medida que se reconoce e incorpora experiencias en base a vivencias y motivaciones. Esta continuidad en la personalidad permite la autorrealización además de ser influida por patrones culturales que se fusionan en lo personal.

Llamamos a la percepción verídica en aquellos casos en los que encontramos que los atributos sentidos de la percepción están en correspondencia con los atributos del objeto, determinado por otras observaciones o instrumentos independientes; llamamos experiencia ilusoria en los casos en los que no encontramos correspondencia; llamamos a la experiencia alucinación cuando no podemos encontrar un objeto que se relacione con la experiencia.

La personalidad influye en la percepción y cognición, se emite y rechaza lo que se sintoniza con la estructura de la personalidad. La percepción egocéntrica es un ejemplo de aquello que puede llegar a matizar la percepción. Para que una sensación se sume a una percepción debe ser procesado por operaciones mentales elevadas que le permita someterse a expectativas, hábitos, reconocimientos y asociaciones que configuran las disposiciones proceptivas sobre las funciones de percepción y cognición que conduce la actitud y la acción. Resultando entre varios estilos cognitivos.

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