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CONSTITUCION SUBJETIVA Autismo: stand by de Bejahung


Enviado por   •  30 de Noviembre de 2017  •  Monografía  •  2.564 Palabras (11 Páginas)  •  452 Visitas

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Seminario

CONSTITUCION SUBJETIVA

Autismo: stand by de Bejahung

Alumna: Marina Mora

Matricula: 95.493

Docente: Betina Nanclares

Fecha de entrega: 17/06/2017

Introducción

En la elaboración del presente escrito intentare desarrollar los conceptos Lacanianos de alienación-separación para dar cuenta de la constitución del sujeto. Sumando a esto las vicisitudes que pueden presentarse y sus consecuencias. Reflejando algunas de ellas con el recorte de un caso clínico.  

Partiremos pensando dichas operaciones como una dialéctica contante, no solo operaciones que suceden durante la constitución subjetiva sino se reiteran en distintas oportunidades a lo largo de la vida.  

Esta dialéctica cuenta con dos movimientos:

La alienación, es cosa del sujeto…En un campo de objetos, no es concebible ninguna relación que engendre la alienación, si no es la del significante”

“La alienación sólo impone una elección entre sus términos eliminando uno de ellos”… "la bolsa o la vida" o "libertad o muerte". “Se trata tan sólo de saber si queremos o no conservar la vida o rehusar la muerte. Será la vida sin la bolsa -y será también, por haber rehusado la muerte, una vida un poco incomodada por el precio de la libertad”[1]

Se trata de una alienación, fundante y necesaria, a los significantes del Otro, por medio de la cual se produce el sujeto como falta en ser. Tanto Freud como Lacan conciben, que el sujeto adviene del Otro, siendo que ningún sujeto puede ser causa de sí mismo.

Pero también es necesaria la segunda operación, la separación, por medio de la cual el sujeto se inaugura como perdida ya que se separa de los significantes del Otro, lo reconoce como en falta y abandona la posición objeto de goce del Otro.

“El sujeto responde con su propia desaparición, que aquí sitúa en el punto de la falta percibida en el Otro. El primer objeto que propone a ese deseo parental cuyo objeto no conoce, es su propia pérdida”[2]

En base a lo expuesto he generado una pregunta: ¿Es una elección la alienación?, desencadenando otras: ¿Hay otra alternativa? Y si la hubiera, ¿Cuáles son las consecuencias?

Desarrollo

Para ensayar posibles respuestas, me atrevo inicialmente a pensar que la alienación no parece una elección, no tienen aspecto de alternativa posible si pensamos, en lo que ha planteado tanto Freud como Lacan, sobre desamparo originario a que está expuesto el recién nacido. Según Freud se trata del estado del lactante que depende totalmente de otra persona para la satisfacción de sus necesidades vitales. Lacan plantea algo similar, reconocimiento que el cachorro humano viene al mundo indefenso y prematuro, necesitando del auxilio del otro para sobrevivir.

Siendo este rasgo de pre maturación, común a todo bebe recién nacido ¿Cómo podría un bebe no alienarse a Otro? Aparentemente la alienación esta inicialmente promovida por la satisfacción de las necesidades biológicas pero inmediatamente se liga a algo más, para que un bebe devenga sujeto, no solo necesita de este auxilio que le permitirá sobrevivir sino que además debe ser alojado en el deseo de Otro primordial e introducido en esta dimensión deseante. La cual es característica del rasgo humano.

Una madre solo dará lugar a un niño, si este es funcional a su economía libidinal, es decir, si le hace falta a su propio deseo. Alba Flesler menciona el carácter anticipatorio, refiriéndose a que previo al nacimiento habrá alguien que lo desee. Por ejemplo, que lo imagine con determinadas características, que le otorgue un nombre, prepare sus ropas y un lugar físico, incluso la organización de una fiesta en su honor “babyshower” que involucra a Otros.

Posteriormente será necesaria la traducción inexacta que la madre hace de la necesidad del viviente. En el mejor de los casos, la madre interpretará el llanto del bebe como una demanda significante, demanda dirigida a ella que le supone una significación (tiene hambre, tiene sueño, tiene dolor, tiene frio, etc). Con su interpretación e intento de satisfacción la madre introduce al niño en el campo de la palabra, accede el niño al “tener” ya no solo tiene el pezón entre sus labio para obtener leche y alimentarse, sino que juega con él, chupetea, lo escupe y vuelve a tomarlo, o lo muerde. Es así que, no solo es la necesidad, hay algo más, algo escapa al lenguaje, no todo lo de la necesidad puede ser dicho, un resto perdura y ese resto es el generador del deseo. En esto se funda el sujeto.

Hasta acá, contamos con un primer tiempo inaugural de la constitución subjetiva, un momento lógico de admisión en el aparato anímico. Aquello que Freud llamo, la Bejahung primordial o afirmación primordial, y que Lacan hizo corresponder, al tiempo en que los significantes son inscriptos en lo simbólico.

Tengo un paso más, ahora creo que un niño puede disponer de la mejor asistencia biológica pero no necesariamente implica la Bejahung, no necesariamente el niño se aliena a los significantes del Otro. Pero ¿Por qué podría suceder esto? ¿Es consecuencia del Otro? ¿De lo que tiene o no tienen para ofrecer? O ¿De lo que tiene pero en ese momento particular puede o no ofrecer? O también ¿Podría ser una elección del viviente?

En este punto el autismo se presenta como la alternativa posible de ser libre, una forma de prevenir alienarse al Otro, y por lo tanto que esos significantes recorte ese cuerpo. Es decir que no entran en el mundo simbólico, quedando en una especie de limbo, como una Bejahung en stand by[3].

Se trata de la forma subjetiva de responder a la designación del otro, precisamente, como objeto de goce.

“…el autismo de lo que se trata, es de una desestimación frente a la afectación del trauma de Lalangue, insondable decisión del ser que tendrá consecuencias radicales en su manera de habitar el cuerpo, el mundo y el lenguaje…”[4]

Alguna vez me llamo la atención un caso con el cual tome contacto, un niño que desde bebe se habría percibido ciertas señales de lo que me mencione como “Alternativa”, a los pocos meses de vida no dirigía su mirada, no respondía a su nombre, no ensayaba tempranamente balbuceos o el típico “ajo”. Cuando se lo alzaba su cuerpo tenia a la rigidez de una cosa, no se podía intentar cierto acople entre su cuerpo y el de otro, algo no “encajaba”. Su llanto era escandaloso, y explosivo, o un contundente silencio, no se encontraban las manifestaciones habituales de “quejidos” o “manereos”, era todo o nada, como si experimentara un dolor absoluto o un bienestar estático. Cuando se presentaban ese llanto era imparable, su madre lo intentaba todo, todas su opciones, todas las opciones de la madre de la madre, y las del resto de la familia, aunque por último las del padre.

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