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CONSTRUCCIONISMO


Enviado por   •  5 de Enero de 2012  •  3.734 Palabras (15 Páginas)  •  442 Visitas

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Construccionismo, Constructivismo y Terapia Sistémica

Pedro Vargas Avalos

F.E.S. Zaragoza

En 1956 Gregory Bateson en colaboración con John Weakland, Jay Haley y Don Jackson publicó un trabajo llamado "Hacia una teoría de la esquizofrenia"; en este texto el equipo de Bateson presentaba una aproximación teórica al problema de la esquizofrenia en la que desplazaba el foco de atención de las explicaciones en términos de etiología (centradas en la psique o mente del enfermo) al ámbito de la comunicación interpersonal.

Bateson adopta esta postura para entender la manera en que el llamado "esquizofrénico" creaba y mantenía su muy particular relación con él mismo y con los demás. Este modo de conceptualizar lo que hasta entonces se consideraba "la patología mental" supuso una vía de gran importancia para el trabajo clínico y en especial para el campo de la terapia familiar. Al intentar dar explicación del trastorno esquizofrénico Bateson da un giro epistemológico y pasa del modelo filosófico de la conciencia al modelo de la información o cibernética para generar de este modo una serie de implicaciones que marcaban una línea de diferencias respecto del modelo tradicional con una mente psique dentro del trabajo clínico.

LA CRITICA DE LA CONTEMPORANEIDAD

Ahora bien, si partimos de establecer la ruptura desde una visión más amplia, hemos de decir que estamos siendo participes de este giro que se da en campo del saber formal a partir de los años 30's (llámese a este saber el discurso de verdad científico). Habrá que señalar en este corte algunas líneas de cambio o transformación que ocurren desde diversas disciplinas o dominios de saber.

Desde la filosofía europea de este siglo tenemos el trabajo de la primera generación de la escuela de Frankfurt. Guiada por Horkheimer y Adorno la llamada Teoría Crítica artículo un discurso que inquiría por la noción de racionalidad contemporánea que occidente sinonimia con la "verdad", limitando la noción sólo a la racionalidad instrumental. La escuela de Frankfurt duda de la posibilidad de un discurso de razón único e incluso se orilla a pensar que este discurso es más un mito, un relato que hemos de creer.

Otra línea la encontramos desde la crítica que se da dentro del campo de la filosofía de la ciencia anglosajona. Recordemos la noción de paradigma de Kuhn y su libro sobre La Estructura de las Revoluciones Científicas que en sí critica la postura que sostenía que el saber científico poseía un fundamento o base sólida; desde Kuhn los avances que supuestamente se daban en la ciencia no se producían por una acumulación de conocimiento sino a partir de lo que podríamos llamar un cambio en el punto de vista, una intuición que modificaba los márgenes del saber y los hacia extenderse en otra dirección; pensar en que el saber, la verdad sobre el mundo se incrementaba no era sino un cambio en la perspectiva de lo que hasta en ese momento era visto. Muy cerca también está la crítica de Paul K. Feyerabend y su Contra el Método que descalificaba por completo la creencia de que el conocimiento se habría de obtener a partir de un juego determinado de procedimientos de investigación e incluso diría: Galileo hizo trampa. No hay un método científico, no hay eso que pudiera asegurarnos un saber "real" u "objetivo" bien fundamentado que se habría de revelar ante nosotros tras el seguimiento de esos pasos. El saber científico se transformaría en el producto de la labor de un grupo de personas llamadas científicos y que como único fundamento para que se le llame científico nos referiríamos a que es el producto de esas personas que son científicos y por tanto dicho producto es saber científico. El apoyo que necesita esta forma de aceptar el saber científico, llamémosle "fundamentalismo empirista", se ve seriamente cuestionado y eso que aceptábamos como "verdad" (noción implicada en el saber científico) exige ahora que le consideremos más en términos de un resultado de intercambios sociales y no como alguna sustancia trascendental que habría que destilar de quien sabe cuantas impurezas que le soterran u ocultan de la vista de los demás. El desplazamiento hacia esta visión que acepta al saber como el producto de alguna imbricación y/o conjunción de perspectivas en dominios discursivos específicos (ya sea el discurso de la física relativista o de la física de la complejidad o la añeja teoría termodinámica) existentes en también momentos o épocas acaecidas, ha sido de algún modo punto de contacto con otras reflexiones críticas sobre las formas de verdad con las que convivimos. Michel Foucault en su proyecto sobre historia de las formas de racionalidad asume la noción Nietzschesiana del conocimiento como una invención humana; la verdad entendida como un dominio de reglas y normas que en momentos específicos de la historia le permite a la gente decidir sobre lo que es y lo que no es, de lo visible y de lo que no es visible, enmarca lo pensable y lo que no es pensable. La verdad no es una noción trascendental que se pueda fundamentar a través de un esquema empírico específico; de hecho esta prueba de verdad es en realidad reciente como evidencia o enunciación incontrovertible y el acto de contrición que hacemos ante ella sólo tiene sentido dentro del marco del mundo que piensa, ve y circula discursos de un saber científico. Eso que aceptamos como "verdad" dentro de las ciencias habría de ser visto como aquello que resulta de una serie de procesos colectivos en el espacio de circulación de los discursos científicos.

DEL SABER INDIVIDUAL AL SABER CONSTRUIDO SOCIALMENTE

Existe una antigua tradición que piensa al evento "conocimiento" como algo relacionado a la acción entre un sujeto de saber o sujeto cognoscente y un objeto de saber o de conocimiento; sean estas relaciones unidirecionales o bidireccionales en todo caso se supone un sujeto y un objeto que preexisten al evento "conocimiento". El conocimiento con frecuencia es visto así como la relación entre un sujeto de conocimiento y el mundo, de hecho de una mente y el mundo.

La visión que entiende al conocimiento como el resultado de una serie de procesos sociales, implica que esta construcción de saber no va a estar dependiendo o siquiera podría ser explicada desde la noción de sujeto cognoscente que preexiste al conocimiento, no se puede pensar el problema del conocimiento a partir de enmarcar un campo de problematización constituido por deseos, impulsos, necesidades, esquemas, memoria, "reflejo" y demás eventos que se supone ocurren "dentro de la cabeza del individuo" y por el contrario se necesita de asumir un campo en el que lo que está en relación ya no es la

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