Comunicación animal y lenguaje humano.Emile Benveniste
Enviado por Richard Krueger • 26 de Julio de 2022 • Reseña • 1.323 Palabras (6 Páginas) • 213 Visitas
Comunicación animal y lenguaje humano 1. Emile Benveniste.
Uno de los capítulos de Problemas de lingüística general, publicado en 1966 por Emile Benveniste, edición gracias a Facundo Soares y Helga Fernández. Libro seguido por un segundo volumen en 1974, que recoge artículos de 1965-1972. Dedicado a divulgar los exhaustivos estudios que constituyen una investigación comparativa fructífera sobre la evolución tanto filogenética como ontogenética del propio lenguaje, y además sobre sus mismas habilidades y capacidades cognitivas propias de los seres humanos o anexas con los animales. En este capítulo se ofrece una visión general de la investigación sobre la comunicación animal, comparando los datos cualitativos y resultantes con los hallazgos actuales sobre el progreso del lenguaje humano. Se hace un debido énfasis sobre la recursividad sintáctica como condicionamiento del lenguaje humano, siendo este ausente entre los animales. Su objetivo brinda un panorama de la cuestionable relación entre el lenguaje humano y la comunicación animal, señalando los asuntos de la singularidad del lenguaje, incluyendo sus componentes dentro de la facultad lingüística.
Si bien es cierto que la “noción del lenguaje solo tiene curso por abuso de términos”, el autor no da por sentado que los animales dispongan de cierta forma y carácter particular, así fuera de manera rudimentaria, patrones que asimilen modos de expresiones y funciones circulares al lenguaje humano. De hecho, los intentos que se han realizado por medio de diversas técnicas para controlar las formas de lenguaje comparables al del ser humano han fracaso, dicho de otro modo, y propiamente fundamental en las condiciones de una comunicación lingüística; los animales parecen carecer de esto.
No obstante, se presenta un hecho privativo de los insectos, (en este caso las abejas) dentro de su sistema de comunicación, lo hacen a través de una rigurosa gesticulación y apropiación del “baile”. La danza en las abejas puede entenderse como un sistema simbólico de comunicación referencial, ya que proporciona información sobre una situación que se presenta sobre el espacio y tiempo de dicha cosa. El mensaje adquiere un significado con unidades discretas siendo estas, ejecutadas en movimiento, respectivas sobre la dirección del movimiento dependiendo del ángulo con respecto a la posición del sol. Todo esto, dispuesto a gran debate sobre la típica arbitrariedad del lenguaje humano.
Si bien entender el comportamiento de los animales a través de la interpretación del lenguaje, podría llegar a ser esencial para el entendimiento de la comunicación, resultaría nocivo para nuestro desarrollo una inadecuada exegesis del mismo. Seguramente esta información proporcionada por Emile Benveniste fue, es y será toda una revelación para la mayoría de las personas interesadas en el tema.
Nos encontramos hasta el momento con condiciones aparentemente similares, con capacidades suficientes de formular e interpretar un “signo” que indica una cierta “realidad”, pero esta solamente para las abejas. Al igual que estar constipado navegando sobre arenas movedizas, la comunicación animal queda varado ante las posibles interpretaciones y comparaciones con el lenguaje humano. Pero estas diferencias son cuestionables y ayudan a guiar como un fosforo en la oscura noche a la conciencia de lo que caracteriza el lenguaje humano. Tenemos como primera medida, el hecho de que el mensaje de las abejas no contiene intervención de un “aparato vocal”, por lo tanto, no hay lenguaje sin voz. Ya que su comunicación se da a través de los gestos, esta se efectúa necesariamente bajo las condiciones de la percepción visual, a la luz del día. Además, el mensaje de las abejas no atrae de por si una respuesta caótica de los alrededores. “Esto significa que las abejas no conocen el diálogo, condición del lenguaje humano” (P. 4). Lo aquí señalado por el autor me lleva a pensar que los animales (en este caso las abejas) aparentemente no tienen la intención de transmitir información a otros congéneres cuando se comunican. Estos animales parecen realizar sus emisiones comunicativas en respuesta a solicitudes de estímulos ambientales, pasando así, solo información valiosa para estos mismos, ya sea por su bienestar individual como colectivo.
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