Considerando la noción de escenario educativo como aquel espacio donde se desarrollan condiciones favorables para el aprendizaje

Considerando la noción de escenario educativo como aquel espacio donde se desarrollan condiciones favorables para el aprendizaje, la biblioteca escolar se convierte en un escenario propicio para ello, pensando este espacio como un centro de recursos de aprendizaje y teniendo en cuenta que cada escenario condiciona, como así también, es condicionado por lo que allí ocurre. En ella, es fundamental el rol del bibliotecario como un mediador comprometido, que no solo administra recursos y permite el acceso a la información sino que además, genera instancias de aprendizaje y situaciones de lectura, formando de esta manera lectores autónomos. Es el bibliotecario quien, además, tiene la responsabilidad de seleccionar bibliografía que estimule la imaginación y creatividad de los niños. En relación a ello y partiendo desde la experiencia propia, es necesario entender el papel fundamental que tiene el otro en el proceso de aprendizaje o tal como lo plantea Leonor Capara “la introducción al mundo del conocimiento se hace siempre con otro” (Leonor Capara “El olvido en el sujeto del aprendizaje”). Uno aprende porque hay otro que enseña. El que aprende puede hacerlo porque reconoce en el otro su saber, porque obtiene muestras de lo que hay que saber, y puede resignificarlo. Es aquí donde destaco la tarea del bibliotecario como la persona que complementa la labor del docente en el aula, dado que, muchos de los contenidos desarrollados por el mismo, se presentan dentro de este espacio pero de otra forma, menos estructurada. Muchas son las situaciones donde los niños llegan a la biblioteca con deseos de aprender algo más sobre determinados contenidos que se plantearon en el aula o que son de interés general. En este sentido, es una tarea importante buscar que el niño alcance un aprendizaje significativo, no matar el deseo por aprender. Considerando esto, es indispensable no colocarnos en la postura conductista de Watson quien sostenía que todos pueden aprender cualquier cosa mediante el condicionamiento correcto lo cual derivaba en un aprendizaje mecánico, no inteligente basado en relaciones sintácticas y no semánticas, donde el sujeto pasivo “aprende” mucho sin entender nada (el sujeto que aprende se convierte en objeto de aprendizaje). Es preciso cambiar las formas de enseñar. La teoría de Lev Vigotsky plantea que el conocimiento no se pasa de uno a otro, sino que se construye a través de operaciones y habilidades cognoscitivas que se promueven en la interacción social y que más tarde, se reconstruyen internamente. Es decir, que el desarrollo intelectual no puede entenderse como independiente del medio social en el que se encuentra el sujeto. A partir de ello, es imperioso que el docente bibliotecario forme parte del aprendizaje de los estudiantes y sirva como un adulto orientador  del sujeto, debiendo posicionarse como, según lo propone el autor, un andamianje entre un primer nivel de desarrollo real en el cual el niño resuelve problemas sin la ayuda de otro y un segundo nivel de desarrollo potencial que consiste en las competencias que un niño puede alcanzar cuando es guiado por otra persona (ZDP) para poder orientar al alumno hacia el logro de aprendizajes más avanzados. Tomando a Bruner, quien coincide con Vigotsky, la condición para aprender debe ser significativa, es decir, el niño debe vivir la experiencia personal de descubrirla. Para él el sujeto es activo, construye el mundo del conocimiento en tanto interactúa con él. Según el autor, en la mente existen tres niveles de representación: el que pertenece a las acciones habituales de los niños; el que representa a la imagen y el vinculado al simbolismo propio del lenguaje. Es por ello, que insisto en la biblioteca como el escenario propicio para descubrir mediante la lectura, la investigacion y la orientación del bibliotecario lo que desea conocer. Muchas de las consultas que realizan los niños en este espacio son en el horario de recreo. Considero esto un factor muy importante ya que, en ese momento el estudiante está libre de hacer otras cosas y sin embargo el deseo por aprender o saber más sobre algo lo lleva a la biblioteca. El deseo de saber es condición para el aprendizaje, y es condición para el desarrollo de la estructura cognitiva del sujeto. De este modo, Jean Piaget sostiene que el aprendizaje se da en la medida que hay una transformación en las estructuras cognitivas de las personas que aprenden, ello es posible si dejamos que el niño construya su conocimiento. Todo lo que el chico tome como significativo va a acomodarlo en sus estructura cognitiva de acuerdo a los conocimientos previos que posee. Esta noción la distingue como aprendizaje en un sentido amplio que consiste en el progreso de las estructuras cognitivas por procesos de equilibración. El autor plantea que este tipo de aprendizaje depende por completo del desarrollo de estructuras cognitivas generales. Es aquí donde el sujeto asimila (interpreta la información que proviene del medio) y acomoda (modifica los esquemas por causa de la asimilación) los conocimientos. Ausubel, a diferencia de Piaget, pone el acento en la organización del conocimiento en las estructuras, y reestructuraciones que se producen en la interacción de esas estructuras que están en el sujeto y la nueva información. Asimismo, centra su teoría en el marco de una situación de asimilación a través de la instrucción, es decir, que para que esa reestructuración se produzca se precisa de una instrucción formalmente establecida. Propone que el aprendizaje significativo en situaciones de enseñanza es cuando el nuevo conocimiento adquiere significado a luz de los conceptos previos que el estudiante ya tiene. Por lo tanto, creo conveniente que los bibliotecarios tratemos de resolver o guiar las inquietudes que se plantean dentro de la biblioteca a partir de lo que los niños saben sobre alguna cuestión.

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