Criminologia
Enviado por marskitty • 24 de Marzo de 2015 • 3.407 Palabras (14 Páginas) • 169 Visitas
LA ESTRUCTURA DE LA CULTURA.
La cultura tiene un doble significado: normativo (elementos normativos o pautas de conducta diversamente obligatoria) y compositivo (elementos constitutivos de la cultura)
SIGNIFICADO NORMATIVO DE LA CULTURA.
Desde un punto de vista normativo la cultura se divide en cultura material (incluye los objetos artificiales o manufacturados y los productos técnicos realizaciones tecnológicas, ambos destinados a la satisfacción de las ilimitadas necesidades humanas) y en cultura no material (incluye el sistema normativo fuerte, el sistema normativo débil, sistema normativo básico y sistema normativo de acción social.
Sistema normativo fuerte; definen lo que una sociedad considera correcto o normal. Incluye los unos sociales o tradiciones, las mores o costumbres morales y las leyes.
Usos sociales o tradiciones, consisten en la manera normal, correcta y habitual de las cosas.
Mores o costumbres morales, definen lo que los miembros de una sociedad consideran como “bueno, justo, honesto o adecuado”, en sentido moral.
Leyes. Son imperativos legales basados en la universalidad de la norma jurídica.
Sistema normativo débil. Son menos obligatorios en distinto grado (por ejemplo, las ideas científicas son más normativas que las filosóficas y las creencias religiosas más que las modas). El sistema normativo débil está constituido entre otros por los siguientes elementos: conocimientos, ideologías políticas, idiosincrasias, creencias religiosas y visiones del mundo.
Sistema normativo básico. Se trata de las instituciones. Metafóricamente las instituciones son consideradas como los pilares que soportan la totalidad del edificio social. Se han definido las instituciones como universales culturales, en el sentido de que toda cultura, simple o primitiva, compleja o avanzada, siempre los posee.
Criminalística
Desde sus orígenes, el hombre se planteó preguntas sobre el mundo, preguntas que a lo largo de su historia han devenido en diferentes respuestas, las que en ese mismo devenir abrieron campos de conocimiento que le permitieron la formulación de nuevas preguntas. Ninguna pregunta puede responderse en ausencia de método, es decir, un cierto modo de operar en pos de la obtención de un resultado, el conocimiento. Este producto, consciente o inconscientemente ha sido modelado por la experiencia histórica de quien lo produce, por su protagonismo en tanto sujeto social.
El conocimiento científico se vale de un tipo particular de método que, a diferencia de otros métodos ligados al conocimiento, merece la categoría de objetivo. La objetividad supone que por fuera de cada sujeto existe un mundo que puede ser aprehendido y captado en su real dimensión. La objetividad impone reglas de acción que no deben ser soslayadas bajo riesgo de perderse en los laberintos de la oscura subjetividad. Del mismo modo que el método científico, existen otros métodos vinculados al conocimiento cuyo fin no es la búsqueda de leyes ni teorías, sino la resolución de casos particulares, aunque con la misma pretensión de objetividad. Entre esta clase de métodos se cuenta aquel relacionado con la investigación criminalística, término vinculado a ciencias como la accidentología, la documentología y la balística. Estas ciencias actúan como auxiliares de la justicia, ya que tienen por objeto la descripción y explicación de fenómenos que acaecen en el marco de lo delictivo. Las ciencias criminalísticas aplicadas a la resolución de casos, se nutren de leyes derivadas de la física y/o de la química, aunque no puede negarse su entidad como tales al componer sus propios marcos epistémicos y dominios empíricos.
Cuáles son los nexos que unen la investigación científica con la investigación criminalística y cuáles son los aspectos que las separan, constituye una cuestión interesante de discutir. A partir de esta premisa básica, se propone como objetivo central, describir semejanzas y diferencias entre ambas clases de investigación, con especial énfasis en lo que hace a sus modos de descubrimiento y validación.
El descubrimiento y la validación en la investigación científica y en la investigación criminalística
Todo proceso de producción de conocimiento, independientemente de su naturaleza, lleva implícito dos momentos, que aunque a veces distantes temporalmente, son dos caras de la misma moneda: el descubrimiento y la validación; el primero, como el modo de alcanzar el conocimiento explícito en la respuesta a las preguntas trascendentes, modo relacionado con el puro intelecto, como experiencia racional, como acto eminentemente subjetivo. El segundo momento, ligado a justificar dicho saber, referenciado a algo que ha sido aceptado previamente, ya sea como conocimiento previo, o bien como proceso válido para la comunidad. Este segundo momento trasciende la subjetividad individual haciéndola colectiva; socializa lo subjetivo trocándolo en objetivo. Al fin y al cabo la objetividad no es más que intersubjetividad, la socialización de lo subjetivo.
Desde las perspectivas epistemológicas más tradicionales se ha dejado de lado el acto de descubrimiento por su atributos carentes de lógica y cargados de psicologismo, haciéndose hincapié sólo en la validación, al concebirse ésta como un proceso eminentemente lógico (Popper, 1962). Desde ópticas menos clásicas se observa un desplazamiento del interés desde la validación al descubrimiento, al aceptarse éste como la parte más importante del método, parte no carente de lógica (Samaja, 1995).
El descubrimiento y la validación en la investigación científica no se asumen de manera unívoca. El descubrimiento puede estar al inicio del proceso (método hipotético-deductivo) o bien al final (método inductivo). Puede estar ligado tanto a hipótesis y teorías, como a hechos, es decir, tanto pueden descubrirse leyes como nuevos casos de leyes, casos que amplían la base empírica de las mismas. Debe dejarse en claro aquí que independientemente de que se hable de "métodos deductivos o inductivos", no son éstas expresamente las inferencias en juego en los mencionados procesos. Según Peirce (1970), la inferencia del descubrimiento es la abducción, y ésta la única capaz de incorporar nueva información compatible con una explicación. La validación por su parte puede ser meramente formal, en la instancia de validación conceptual; o fáctica, en la instancia de validación operativa.
Vale la pena señalar que en las metodologías denominadas cuantitativas, el descubrimiento comprende la primera parte de los cursos de acción, en tanto que en lo que sigue, se ponen en juego una serie de operaciones
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