Criterios De Evaluación De Los Trastornos De Personalidad.
Enviado por VioletaDM • 7 de Octubre de 2013 • 2.601 Palabras (11 Páginas) • 387 Visitas
El trastorno paranoide de la personalidad es un patrón de desconfianza y suspicacia que
hace que se interpreten maliciosamente las intenciones de los demás.
El trastorno esquizoide de la personalidad es un patrón de desconexión de las relaciones sociales
y de restricción de la expresión emocional.
El trastorno esquizotípico de la personalidad es un patrón de malestar intenso en las relaciones
personales, distorsiones cognoscitivas o perceptivas y excentricidades del comportamiento.
El trastorno antisocial de la personalidad es un patrón de desprecio y violación de los derechos
de los demás.
El trastorno límite de la personalidad es un patrón de inestabilidad en las relaciones interpersonales,
la autoimagen y los afectos, y de una notable impulsividad.
El trastorno histriónico de la personalidad es un patrón de emotividad excesiva y demanda
de atención.
El trastorno narcisista de la personalidad es un patrón de grandiosidad, necesidad de admiración
y falta de empatía.
El trastorno de la personalidad por evitación es un patrón de inhibición social, sentimientos
de incompetencia e hipersensibilidad a la evaluación negativa.
El trastorno de la personalidad por dependencia es un patrón de comportamiento sumiso y
pegajoso relacionado con una excesiva necesidad de ser cuidado.
El trastorno obsesivo-compulsivo de la personalidad es un patrón de preocupación por el
orden, el perfeccionismo y el control.
El trastorno de la personalidad no especificado es una categoría disponible para dos casos:
1) el patrón de personalidad del sujeto cumple el criterio general para un trastorno de la personalidad
y hay características de varios trastornos de la personalidad diferentes, pero no se cumplen
los criterios para ningún trastorno específico de la personalidad; o 2) el patrón de personalidad del
sujeto cumple el criterio general para un trastorno de la personalidad, pero se considera que el individuo
tiene un trastorno de la personalidad que no está incluido en la clasificación (p. ej., el trastorno
pasivo-agresivo de la personalidad).
Los trastornos de la personalidad están reunidos en tres grupos que se basan en las similitudes
de sus características. El grupo A incluye los trastornos paranoide, esquizoide y esquizotípico de
la personalidad. Los sujetos con estos trastornos suelen parecer raros o excéntricos. El grupo B incluye
los trastornos antisocial, límite, histriónico y narcisista de la personalidad. Los sujetos con estos trastornos suelen parecer dramáticos, emotivos o inestables. El grupo C incluye los trastornos por evitación, por dependencia y obsesivo-compulsivo de la personalidad. Los sujetos con estos trastornos suelen parecer ansiosos o temerosos. Hay que señalar que este sistema de agrupamiento, si bien es útil a efectos de investigación o docencia, tiene importantes limitaciones y no ha sido validado de forma consistente. Además, es frecuente que los individuos presenten al mismo tiempo varios trastornos de la personalidad pertenecientes a grupos distintos.
Criterios diagnósticos generales para un trastorno de la personalidad
A. Un patrón permanente de experiencia interna y de comportamiento que se aparta
acusadamente de las expectativas de la cultura del sujeto. Este patrón se manifiesta
en dos (o más) de las áreas siguientes:
(1) cognición (p. ej., formas de percibir e interpretarse a uno mismo, a los demás
y a los acontecimientos)
(2) afectividad (p. ej., la gama, intensidad, labilidad y adecuación de la respuesta
emocional)
(3) actividad interpersonal
(4) control de los impulsos
B. Este patrón persistente es inflexible y se extiende a una amplia gama de situaciones
personales y sociales.
C. Este patrón persistente provoca malestar clínicamente significativo o deterioro social,
laboral o de otras áreas importantes de la actividad del individuo.
D. El patrón es estable y de larga duración, y su inicio se remonta al menos a la adolescencia
o al principio de la edad adulta.
E. El patrón persistente no es atribuible a una manifestación o a una consecuencia
de otro trastorno mental.
F. El patrón persistente no es debido a los efectos fisiológicos directos de una sustancia
(p. ej., una droga, un medicamento) ni a una enfermedad médica (p. ej.,
traumatismo craneal).
n Criterios para el diagnóstico de F60.0 Trastorno paranoide
de la personalidad [301.0]
A. Desconfianza y suspicacia general desde el inicio de la edad adulta, de forma que
las intenciones de los demás son interpretadas como maliciosas, que aparecen en
diversos contextos, como lo indican cuatro (o más) de los siguientes puntos:
(1) sospecha, sin base suficiente, que los demás se van a aprovechar de ellos,
les van a hacer daño o les van a engañar
(2) preocupación por dudas no justificadas acerca de la lealtad o la fidelidad de
los amigos y socios
(3) reticencia a confiar en los demás por temor injustificado a que la información
que compartan vaya a ser utilizada en su contra
(4) en las observaciones o los hechos más inocentes vislumbra significados
ocultos que son degradantes o amenazadores
(5) alberga rencores durante mucho tiempo, por ejemplo, no olvida los insultos,
injurias o desprecios
(6) percibe ataques a su persona o a su reputación que no son aparentes para los
demás y está predispuesto a reaccionar con ira o a contraatacar
(7) sospecha repetida e injustificadamente que su cónyuge o su pareja le es infiel
B. Estas características no aparecen exclusivamente en el transcurso de una esquizofrenia,
un trastorno del estado de ánimo con síntomas psicóticos u otro trastorno
psicótico y no son debidas a los efectos fisiológicos directos de una enfermedad
médica.
Nota: Si se cumplen los criterios antes del inicio de una esquizofrenia, añadir «premórbido», por ejemplo,
«trastorno paranoide de la personalidad (premórbido)».
n Criterios para el diagnóstico de F60.1 Trastorno esquizoide
de la personalidad [301.20]
A. Un patrón general de distanciamiento de las relaciones sociales y de restricción
de la expresión emocional en el plano interpersonal, que comienza al principio de
la edad adulta y se da en diversos contextos, como lo indican cuatro (o más) de
los siguientes puntos:
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