D0091 caso practico teoria del conflicto
Enviado por Juan Miguel Gonzalez Perea • 14 de Febrero de 2021 • Práctica o problema • 2.244 Palabras (9 Páginas) • 307 Visitas
DD091 – TEORÍA DEL CONFLCTO, CONCEPTO Y ANÁLISIS DEL CONFLICTO
CASO PRÁCTICO – HISTORIA DE UNA GUERRA
JUAN MIGUEL GONZÁLEZ PEREA –
Máster Universitario en Resolución de Conflictos y Mediación - UNEATLANTICO
1 - Analiza el conflicto de Irak – Estados Unidos, y el funcionamiento de ambos países desde la perspectiva de la paz y la violencia.
Hasta hace poco era generalizada la consideración del conflicto como algo negativo, algo que se debía evitar. Esta idea era compartida desde el ámbito de la ciencia social como de la propia creencia popular, reflejada en el diccionario de la Real Academia de la Lengua Española en muchas de las diversas acepciones del significado de conflicto.
En nuestros días el concepto de conflicto es más amplio, entendiéndose como algo inevitable dentro del mundo plural de las relaciones sociales. Se concibe como un proceso que puede desencadenar un curso constructivo o destructivo. Se asume que en muchas ocasiones la eliminación del conflicto es algo imposible y se tiende a buscar la parte enriquecedora del mismo, en el que las partes busquen una adaptación y desarrollo propio.
El caso de Irak y Estados unidos está marcado por una profunda huella histórica y cultural. Con respecto a sus implicaciones desde la perspectiva de la paz y la violencia es fundamental contextualizar primero estos dos conceptos (paz y violencia).
Según Galtung (1969, 1985) es válida la afirmación: la paz es la ausencia de violencia. Sólo nos falta dejar claro qué es violencia, y es allí donde se complica esta dicotomía. Según este autor la violencia es aquello que aumenta la distancia entre lo potencial y lo efectivo, y aquello que obstaculiza el decrecimiento de esa distancia. Violencia sería todo aquello que impida alcanzar todas las potencialidades individuales o grupales.
Siguiendo este modelo, la paz se conformaría como la suma de la ausencia de violencia personal (PAZ NEGATIVA) y la ausencia de violencia estructural (cuando ninguna persona daña directamente a otra persona, pero si lo hace la propia estructura del sistema, en ocasiones reconocida como injusticia social – PAZ POSITIVA).
Curle (1978) ha humanizado más el concepto de paz, entendiéndolo como “paz positiva”. Fundamentando su posición en torno al tipo de relación (pacíficas, hostiles, equilibradas, no equilibradas) y del grado de percepción o conciencia del conflicto. Para Curle la paz es verdadera si incluye justicia, liberación y resto de dimensiones de la liberación humana.
Ambos autores tratan otra dimensión de la paz, la cultural, incluyendo ésta, la conciencia, las percepciones, sentimientos, actitudes, concepciones del mundo, religiones, ideologías, identidades, etc.
De todo este embrollo surge la dificultad ética de analizar las diversas aproximaciones entre estos dos estados y sus intereses económicos, políticos o de búsqueda de la justicia social (siempre desde un prisma cultural concreto).
El marco histórico y geográfico de este conflicto se caracteriza por un continuo desequilibrio, por una manifiesta inestabilidad política y de poder. Desde tiempos remotos, la antigua Mesopotamia (Irak) ha vivido diversas guerras internas en las que la lucha por el territorio, los ríos y el más que preciado petróleo la han agitado fuertemente.
Irak es un país joven cuya frontera fue trazada al término de la primera guerra mundial a través del acuerdo de Sykes-Picot, un pacto secreto entre Gran Bretaña y Francia, con el consentimiento de la Rusia aún presoviética, para el reparto de las posesiones del Imperio Otomano en Oriente Próximo. En este nuevo mapa de Oriente Medio no se tuvieron en cuenta criterios religiosos y culturales lo que conllevó diferentes grupos culturales atrapados en diferentes estados.
En los últimos tiempos, sus comunidades se han disputado el poder y el control de los recursos naturales, provocando una profunda pobreza. Irak ha sido un país conformado por diversas etnias: árabes Sunitas, árabes Chiitas y Kurdos. Estos últimos, aunque siendo minoría, han buscado su independencia. Los conflictos internos de poder entre las diversas etnias, los intentos de conquistar Kuwait y el endeudamiento internacional del país acabaron con la proliferación de grupos extremistas como Isis y Al Qaeda.
La participación de agentes externos más que suavizar la situación ha intensificado la confrontación, la sociedad ha sido manipulada, se ha maleado el origen del conflicto llevándolo al plano religioso y extremista. En el fondo del conflicto y de la participación externa subyace el fin último que es el control del petróleo y de su comercialización. Los agentes externos nunca han actuado como verdaderos mediadores, nunca el fin último fue incidir positiva y cooperativamente en el propio conflicto interno de Irak o de sus diferentes comunidades. Por el contrario, si su manipulación para satisfacer sus necesidades, generar una falsa seguridad y crear una imagen de salvador de naciones hacia sus propios ciudadanos sin importar el abandono, quiebra y pobreza en la que dejaba anclada a la población de Irak.
El conflicto entre Irak y Estados Unidos podría entenderse como un intento de ayuda enmascarada, un intento de reorganización política y de la paz encubierta. Este problema no va a poder resolverse hasta que el propio conflicto interno de Irak se resuelva. La diversidad cultural que conforma su territorio, a través de sus ciudadanos, debe buscar un entendimiento intercultural con tolerancia y solidaridad recíproca.
La cultura de violencia que se vive en este territorio está sostenida por una infraestructura psicológica de creencias individuales, normas sociales y valores que enfatizan el uso de la violencia para alcanzar el poder, seguridad, riqueza, prestigio, auto estima y estima grupal, y dominación social.
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