¿De qué manera interviene el cerebro en la comprensión lectora?

¿De qué manera interviene el cerebro en la comprensión lectora?

El estudio de la lectura se ha beneficiado de los aportes de diversas disciplinas y técnicas diagnósticas de neuroimagen; así se conocen mejor los mecanismos neuronales que subyacen a los procesos cognitivos.

La lectura requiere un aprendizaje intencional y una enseñanza sistemática y cuidadosa, que se inicia en la niñez y que perdura en la adultez. De manera natural, no está programada en nuestro cerebro ni tiene una localización específica en él. De ahí que, para extraer el significado de los signos gráficos es necesario realizar una serie de operaciones mentales, las cuales tienen fundamento neuronal.  Este se compone de una serie de conexiones neuronales entre áreas del cerebro que, inicialmente, estaban destinadas a funciones específicas necesarias para el desarrollo de la vida sin lectura  

Los cerebros de las personas lectoras y analfabetas se diferencian en cuanto a los circuitos neuronales, los cuales no vienen formados en el cerebro desde el nacimiento. Es durante el aprendizaje de la lectura cuando se establecen físicamente dendritas en áreas del cerebro destinadas a otros menesteres, pero que, al establecer conexiones, desarrollan nuevos circuitos neuronales que posibilitan el acto lector. Ahora, es necesario recalcar que las redes neuronales dedicadas a la lectura en un niño difieren de las que se implementan cuando se aprende a leer en la edad adulta.

Al comparar el desarrollo cerebral de adultos alfabetizados y analfabetos se deduce que las personas lectoras tienen más desarrollado el córtex dorsal del lóbulo occipital, las circunvoluciones supramarginales y temporal superior del hemisferio izquierdo y las circunvoluciones angular y temporal media posterior, además de una cantidad mayor de materia blanca en el cuerpo calloso.

Las tres áreas cerebrales implicadas principalmente en los procesos de lectura son el sistema dorsal, cuyo papel es integrar información visual, fonológica y semántica, e interviene en el procesamiento fonológico que nos permite aprender nuevas palabras; también, el sistema ventral cuyas zonas se encargan del procesamiento semántico de palabras y frases. La actividad en esta zona aparece y se desarrolla en los niños en su proceso de aprendizaje de la lectura y está más desarrollada en los buenos lectores. Otro sistema implicado es el sistema anterior que se ocupa de cualquier actividad que requiera la pronunciación de fonemas.

Estas tres áreas se conectan entre sí por medio de dos circuitos: uno dorsal y otro ventral. El primero se activa y desarrolla durante los comienzos del aprendizaje de la lectura y se ocupa de la conversión grafema-fonema que permite trasladar las grafías a sonidos. El segundo se encarga de reconocer la ortografía de las palabras y conectarlas con su semántica (significado).

Es preciso señalar que cualquier daño en los circuitos neuronales de una de las áreas cerebrales que se ven implicadas en la lectura produce dificultades en ella.

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