Desafíos de la Migración: La importancia del vínculo

Desafíos de la Migración: La importancia del vínculo

Par comenzar migración consiste en el abandono por determinadas personas de su lugar de residencia y la adopción de uno nuevo durante un período relativamente largo, aunque no sea necesariamente permanente. Pero dentro de tal definición se incluyen fenómenos sociales de tipos muy diversos.

La Organización Mundial de la Salud (OMS), concibe la migración como la movilización demográfica de personas dentro del mismo Estado en el cual residen o hacia otro diferente del cual pertenecen, más allá del tamaño que posean y las causas que determinen esta movilización (Cano & Soffia, 2009). La migración es un fenómeno que responde a la necesidad humana, igual que muchos más, como el trabajo, la seguridad social, etc. A veces responde a necesidades de emergencia. La migración es la escapatoria de una suerte que parece todavía peor. Así algunas migraciones son acciones impuestas por la fuerza al migrante. No tiene ninguna elección real y la única alternativa puede ser la muerte. Y, en el otro extremo, puede ser una libre elección de su lugar de residencia por parte de la persona que emigra. Lo que varía entre estas experiencias es su grado de voluntariedad. Es aquí la importancia de establecer un vínculo, el acercamiento a la cuestión migratoria debe generarse a través de formas distintas a las que solemos utilizar desde la convivencia, academia, o desde los espacios de intervención social. El trabajo con mujeres y hombres migrantes, requiere de un acercamiento en donde se produzca el reconocimiento de la diferencia social, cultural, política y social, que estructura y mantiene las diferencias de clase, género, raza. Debemos realizar un ejercicio consciente a través del cual, nos despojemos de formas de hacer/saber, en las cuales hemos sido socializados, formas aprendidas y reproducidas tanto en la academia como en la vida cotidiana. El trabajo con personas migradas requiere un reconocimiento y un hacer sustentado en los derechos de las personas, requiere de una vinculación próxima en términos relacionales, afectivos, espirituales. Por tanto, uno de los desafíos de la sociedad chilena puede constituirse como un espacio de acogida, con un sentido integrador de las diversas composiciones culturales que han ido entregando una identidad cultural particular.

 En este nuevo escenario lo relevante, necesario y beneficioso, es generar relaciones sociales, las cuales implican compromisos y deberes, donde la sociedad de acogida y las comunidades migrantes se enriquecen mutuamente sin renunciar a sus culturas particulares y originarias, es decir el respeto por la diversidad. A su vez el manejo del elemento cultural es esencial para entender a cada persona y grupo. Cada persona despliega una particularidad que la hace única y el factor migrante implica entender desde donde se sitúa la persona, que es lo que trae desde su origen y que lo conecta con el lugar que dejó.

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