Desarrollo Humano
Enviado por danilodelarua • 7 de Mayo de 2013 • 6.469 Palabras (26 Páginas) • 430 Visitas
UNIVERSIDAD DE ANTIOQUIA
DESARROLLO HUMANO
LECTURA
EL DESARROLLO A ESCALA HUMANA
Manfred Max Neef., Antonio Elizalde, Martin Hopenhayn
“Debemos aprender a aliar la realidad con la imaginación, la necesidad con el deseo, el arado con la estrella. Y para ello necesitamos ciudadanos, seres humanos con criterio, con información, con carácter, seres que no estén reclamando pequeños favores, pequeñas dádivas, sino que tracen caminos para su mundo y su época, que compartan los problemas y sepan crear las soluciones; seres capaces de soñar, capaces de actuar y también de aliar el sueño con la acción; seres capaces de confiar en las empresas y en los estados; seres en quienes las empresas y los estados sean capaces de confiar”. William Ospina.
COMPETENCIA:
Eje tematico 1
1. Capacidad para entender los conceptos BÁSICOS de desarrollo humano y Necesidades humanas.
INTRODUCCIÒN
“Conocer el pasado es fundamental para comprender y modelar nuestro futuro, aunque no existan garantías de que lo que antes ha funcionado vaya a seguir siendo válido en un mundo tan cambiante como el actual”.
Abordar este tema tan importante hoy en día, nos obliga a devolvernos hacia el pasado y retomar algunos conceptos de los grandes pensadores y grandes escuelas filosóficas que de forma detallada y profunda pensaban lo humano como el elemento primordial del desarrollo social y cultural.
Los estoicos por ejemplo nos dejaron un gran legado sobre el deber ser de lo humano comparado por ejemplo con la naturaleza en lo que llamaban la razón.
A continuación se presenta una lectura que nos sensibiliza y ubica en este tema desde las distintas necesidades de los seres humanos y su contexto social.
Desarrollo y necesidades humanas
Segunda parte
Manfred Max-Neef, Antonio Elizalde, Martin Hopenhayn, con la colaboración de:
Felipe Herrera, Hugo Zemelman, Jorge Jatoba, y Luis Weinstein --- Cepaur Fundacion Dag Hammarskjold.
La bibliografía sobre necesidades humanas a que pueden recurrir los interesados es vasta y. en muchos casos, contiene aportes contundentes. La temática ha trascendido los ámbitos de la filosofía y la psicología, para convertirse en centro de atención de las disciplinas políticas, económicas y sociales en general. Los organismos internacionales preocupados por la promoción del desarrollo han hecho suyo, en estos últimos años, el criterio de que éste debe orientarse preferentemente hacia la satisfacción de las llamadas necesidades básicas. Más aún, en 1975 el Informe Dag Hammarskjold «Qué hacer: Otro desarrollo», colocaba tal propósito como uno de los pilares fundamentales del nuevo tipo de desarrollo que debía desencadenarse urgentemente a fin de superar la desoladora miseria que sufría la mayoría de los habitantes del Tercer Mundo.
Hoy es aceptado casi como un lugar común que desarrollo y necesidades humanas son componentes de una ecuación irreductible. Sin embargo, en esta línea de reflexión queda aún mucho por aportar.
En primer lugar, está el hecho de que el nuevo enfoque no puede reducirse a mero arreglo cosmético de un paradigma en crisis. Implica desde la partida, la apertura hacia una nueva manera de contextualizar el desarrollo. Ello significa modificar sustancialmente las visiones dominantes sobre estrategias de desarrollo, en el sentido de entender, por ejemplo, que ningún Nuevo Orden Económico Internacional podrá ser significativo si no está sustentado en la reformulación estructural de una densa red de Nuevos Ordenes Económicos Locales.
Significa, además, reconocer la incompletitud e insuficiencia de las teorías económicas y sociales que han servido de sustento y orientación a los procesos de desarrollo hasta el presente. Significa tomar conciencia, concretamente, de que en un mundo cada vez más heterogéneo por su creciente e inevitable interdependencia, la aplicación de modelos de desarrollo sustentados en teorías mecanicistas, acompañados de indicadores agregados y homogeneizantes, representa una ruta segura hacia nuevas y más inquietantes frustraciones.
Un Desarrollo a Escala Humana, orientado en gran medida hacia la satisfacción de las necesidades humanas, exige un nuevo modo de interpretar la realidad. Nos obliga a ver. y a evaluar el mundo, las personas y sus procesos, de una manera distinta a la convencional. Del mismo modo, una teoría de las necesidades humanas para el desarrollo, debe entenderse justamente en esos términos: como una teoría para el desarrollo 3[3]
Tal como una piedra tiene atributos distintos para un geólogo que para un arquitecto, las necesidades humanas adquieren visos distintos en el ámbito de la psicología clínica que en el ámbito del desarrollo. Ello no implica, empero, sugerir la construcción de nuevos reduccionismos. Los ámbitos y los atributos están imbricados en ambos casos. De lo que se trata es de una cuestión de forma y de énfasis: es decir, de enfoque.
El desafío consiste en que políticos, planificadores, promotores y. sobre todo, los actores del desarrollo sean capaces de manejar el enfoque de las necesidades humanas, para orientar sus acciones y aspiraciones.
La necesaria transdisciplinariedad.
Los aportes que siguen apuntan a ese propósito. Es decir, hacer entendible y operativa una teoría de las necesidades humanas para el desarrollo. El esfuerzo no puede sustentarse, sin embargo, en ninguna.
Utilizamos aquí la noción de teoría como un proceso deductivo a partir de ciertos postulados de una disciplina particular, porque la nueva realidad y los nuevos desafíos obligan ineludiblemente a una transdisciplinariedad. 4[4]
La evidencia central es que las nuevas calamidades sociales se nos revelan, cada día más, ya no como problemas específicos, sino como problemáticas complejas que no pueden seguir atacándose satisfactoriamente mediante la aplicación exclusiva de políticas convencionales, inspiradas por disciplinas reduccionistas.
Tal como la enfermedad de una persona puede traducirse en un problema médico, y esa misma enfermedad transformada en epidemia trasciende el campo estrictamente médico, del mismo modo nuestro desafío actual no consiste tanto en enfrentar problemas, como en enfrentar la tremenda magnitud de los problemas.
Es la cuestión de la creciente magnitud y complejidad la que determina la transformación de problemas con claros contornos disciplinarios en problemáticas generadoras de difusos entornos transdisciplinarios.
Exclamaba
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