Descontrol Juvenil

Descontrol juvenil: señalan a los padres como los principales responsables

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La falta de asesoramiento, sobre tareas preventivas de adicciones, y de diálogo reflexivo con sus hijos son las principales falencias que se evidencian en las relaciones familiares. "No deben ser jefes ni amigos, simplemente adultos responsables que pongan límites de forma ordenada y calma", afirma Emiliano Barrera, funcionario del área de adicciones.

La polémica suscitada a raíz del descontrol evidenciado en los pasados festejos del Día del Estudiante deben llamar a la reflexión, principalmente, a los padres para intentar, al menos, revertir los altos índices de consumo de bebidas alcohólicas en los jóvenes.

“Al tratarse de una droga legal, de fácil acceso en comercios habilitados, el alcohol y el tabaco conforman lo que se denomina ‘drogas puerta’, que aumentan las probabilidades de adicción y acceso a otro tipo de sustancias”, sostiene el responsable del área de Prevenciones del Plan Provincial de Adicciones, Emiliano Barrera.

El psicólogo, especializado en adicciones, forma parte del equipo de capacitadores, junto con especialistas del SEDRONAR, del programa nacional “Quiero Ser”, destinado a docentes de 5º a 8º año y enfocado en el aporte de métodos preventivos de adicciones en alumnos de las escuelas públicas.

Barrera resume que la “falta de herramientas que presentan hoy los jóvenes para sociabilizar los lleva a recurrir al alcohol para lograr desinhibirse, divertirse e interactuar con grupos. Además, no entienden al alcohol como una droga”.

Principalmente, al tratarse de un depresor general del sistema nervioso central, el alcohol inhibe funciones cerebrales esenciales como el control de conductas y la toma de decisiones provocando la desaparición del juicio crítico. “Por ejemplo, en estado de ebriedad, la reacción a una agresión siempre es violenta”, asegura Barrera.

El especialista sostiene que “la familia, en estos casos, es un factor importantísimo. Desde la prevención, debe ayudar y aportar los elementos necesarios para que los chicos sepan manejar y enfrentar la presión de un grupo tomando sus propias decisiones. Pero, para ello los padres deben asesorarse, capacitarse y lograr un diálogo reflexivo con sus hijos. Precisamente, las principales falencias que hoy se advierten”.

“Los padres no deben ser jefes ni amigos, simplemente adultos responsables de sus hijos que pongan límites de forma ordenada y calma. No se debe confundir roles porque se termina confundiendo a los chicos. Si durante la infancia del joven su padre siempre dio órdenes y no se prestó al diálogo, muy difícilmente en la adolescencia logre entablar una relación de sinceridad o amistad. O al revés, si toda la vida quiso transformarse en un compinche y ponerse

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