Discapacidad Intelectual

Se habla mucho de la importancia de la inclusión de las personas con discapacidad intelectual en el sistema educativo, como algo justo y beneficioso para ellas, pero en raras ocasiones se plantea esto como algo de verdadero interés, beneficioso y enriquecedor para el conjunto del alumnado.

La presencia en las aulas de alumnos y alumnas con discapacidad intelectual y del desarrollo ha supuesto un paso imprescindible hacia la inclusión.

Sin duda ésta es una tarea complicada, más sin embargo debemos comenzar por entender que no se trata en sí, de un problema a superar para los niños, sino de una oportunidad para aprender a respetarse y a apoyarse entre sí.

“La diversidad no es vista como un problema a superar, sino como un recurso enriquecedor para apoyar el aprendizaje de todos”

(Booth, Ainscow, Black-Hawkins, Vaughen y Show)

Una de las preocupaciones, si no es que la más importante; una de las principales tanto de los padres de personas con discapacidad intelectual, como de ellos mismos, es precisamente lograr incluirles o ser incluidos en la sociedad; lograr esa aceptación como iguales.

Es por eso que debemos inculcar en los niños el respeto, la aceptación, y fomentar la amistad.

Para el padre es también un gran reto, tanto en la etapa infantil, en la que tienen que encontrar la manera de que sus hijos sean aceptados, incluidos y respetados en las escuelas y en la sociedad en general. Todo esto sin que el estigma de las tan llamadas “barreras de aprendizaje” afecte la autoestima y/o el desempeño de sus hijos como individuos de una sociedad. Como en la etapa adolescente o adulta, en la cual el reto consiste para el padre en aprender a darles libertad a sus hijos; si bien siempre será difícil para un padre aprender a confiar en la autonomía o autosuficiencia de sus hijos, cuanto y más para el padre/madre de una persona con discapacidad intelectual, sin embargo es importante comprender que las personas con discapacidad merecen la misma privacidad, libertad y respeto que cualquier otro individuo.

Si bien, necesitan más atención y cuidado que otros, esto no quiere decir que pierdan su derecho a decidir sobre sí mismos. Pues son a fin de cuentas, personas con sentimientos, sueños y deseos de superación, como cualquier otra persona.

En conclusión y como opinión personal puedo decir que si bien no conozco una solución absoluta a una situación tan delicada como lo es la que me permití abordar en este ensayo, al menos puedo decir que a mi parecer es de vital importancia seguir de cerca, como padre, el desempeño académico y el estilo o ritmo de vida que lleve un hijo con discapacidad, más siempre dejar un espacio para que éste pueda desarrollar su vida de la manera que mejor le parezca, sin que esto llegue a perjudicar su salud o su bienestar. Es decir, dejarle conservar su

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