EL DIVORCIO Y LOS NIÑOS
Enviado por Armandina Murillo • 15 de Enero de 2018 • Tarea • 1.905 Palabras (8 Páginas) • 205 Visitas
EL DIVORCIO Y LOS NIÑOS
Alumna Armandina Rojas Murillo
Diplomado de psicología jurídica
El divorcio, y con ello la disolución de la familia integrada por mamá, papá e hijos, es una situación que está presente en la realidad de las familias mexicanas. Según datos del INEGI, Actualmente la población total de México se ubica en 103.7 millones de habitantes y en lo referente al año de 1980, reporta que por cada 100 matrimonios el 4.4% se convirtieron en divorcios, mientras que en el año de 2000, por cada 100 matrimonios el 7.4% se convirtieron en divorcios. Más específicamente en el 2002 se registraron 6 millones 616 mil 654 matrimonios, pero también se llevaron a cabo 60 mil 641 divorcios, 3 mil más que un año antes. La relación de divorcios por cada 100 matrimonios en 2002 es de 9.8, mientras en 2001 fue de 8.6 disoluciones. Estos datos son muy claros en cuanto al aumento en el índice de divorcio; sin embargo también se puede apreciar que el índice de matrimonios también es alto, por lo tanto la familia sigue siendo considerada como un núcleo importante para los mexicanos, y por lo tanto cuando existe la disolución de ese núcleo el impacto será en todos los miembros de dicha familia.
La familia es el primer núcleo de contacto de todo ser humano, es donde por primera vez el hombre se siente, primero: protegido y satisfecho y después: amado y cuidado. Es en este núcleo en donde todos pasaran sus primeros años de vida y por lo tanto donde tendrán sus primeros aprendizajes acerca de lo que es ser hombre, ser mujer, hijo, hermano y pareja. Es por esto que todo lo que suceda dentro de la familia será de gran impacto en el desarrollo de todo ser humano, dicho de otro modo: de la familia es de donde se obtendrá la primera impresión que un ser tiene del mundo.
De acuerdo con Winniger (1968), a través de los tiempos y lugares, en las condiciones más diversas, siempre y en todas partes, la familia aparece como una institución natural, como la unidad social básica, como el hogar del amor que humaniza la sociedad y socializa a cada persona.
De acuerdo con Chinoy (1980), la familia es considerada la unidad social básica; que se encuentra virtualmente en todas las sociedades humanas, aunque su posición en el sistema de parentesco mayor varía grandemente, desde un lugar central y dominante, hasta una importancia mínima en grupos primitivos.
En una familia se desarrollan dinámicas particulares, sin embargo puede decirse que existen ciertas bases comunes a todas las familias, de a cuerdo con Recasens (1993), podemos concluir que típicamente, una familia tienen las siguientes características:
1) Relaciones sexuales por lo menos durante algún periodo de la vida familiar común de la pareja;
2) Un acuerdo de matrimonio (religioso, civil, unión libre), de acuerdo con la cual se establece y se mantiene la relación sexual;
3) Derechos y obligaciones entre la pareja, y entre los padres e hijos;
4) Un sistema de identificación, que permita señalar, tanto género, identidad, y jerarquía de cada uno de los miembros de la familia
5) Disposiciones económicas entre los esposos y con especial referencia a las necesidades relativas a la manutención y educación de los hijos; y
6) Generalmente un hogar, aunque no es indispensable que éste sea exclusivo.
Durán (2004), define al divorcio como un proceso que termina con la ruptura del vínculo afectivo entre ambos cónyuges, dando lugar a tensiones y conflictos entre los miembros; como un proceso de decadencia o degeneración de la familia en sus lazos de unión, en el ejercicio de la autoridad y en la conducta económica, social, moral y cultural; y, como la descomposición de la célula familiar, dada por el distanciamiento psíquico o físico de sus miembros.
En la vida de todo ser humano hay constantes episodios de crisis, tanto personales, como familiares, el divorcio es la consecuencia de una crisis, en donde la pareja, ya sea de común acuerdo o no disuelve el vínculo matrimonial.
La crisis de una pareja puede presentarse cuando uno de los cónyuges experimenta decepción debido a una falla atribuida a su pareja, esta decepción tendrá lugar cuando la pareja no responda los deseos del cónyuge. Esta decepción será proporcional a la proyección que se ha hecho sobre el cónyuge elegido, entre mayor sea la idealización, mayor será la decepción. Con frecuencia ésta se presentará cuando el cónyuge es comparado con un tercero.
Otras parejas no han adquirido en sus familias de origen una base sólida para desarrollar habilidades en cuanto a relaciones interpersonales llenándolos de trastorno e irritación.
También aparece el grupo de parejas formadas por aquellas que después de sus expectativas fallidas no pueden ser congruentes con la realidad de quiénes son ellos y sus parejas, presentando los primeros sentimientos de privación, depresión y rabia. Éstos con frecuencia no pueden perdonar a su compañero por prometer tanto y reflexionar tampoco.
Por todos estos aspectos la disolución del matrimonio pueda haber estado sembrada desde muy temprano en la historia de los miembros de la pareja.
Dado que una familia es una unidad compuesta por varios miembros, cuyas funciones, actitudes y conductas son las que definen la dinámica de esta; cuando existe un divorcio que tiene como consecuencia la disolución de la familia, cada uno de los miembros de esta, se verá afectado de forma particular. La pareja vive el duelo de la pérdida del objeto amado, proyecto de vida, etc. De igual manera los hijos de un matrimonio disuelto, son afectados de manera muy particular en los aspectos social, conductual y emocional. Los niños son afectados de acuerdo tanto al género sexual como a su edad.
Wallerstein (1990), describe al divorcio como una experiencia dolorosa, intensa y que se recuerda durante mucho tiempo; los niños la asocian a la sensación de estar solos en el mundo. Todos los apoyos incluido el de los padres, parecen desaparecer. Puede que no tengan nadie con quien hablar, o a quien acudir.
La edad es un factor muy importante, ya que dependiendo de la edad, el niño tendrá diferentes habilidades y necesidades afectivas, intelectuales, de salud, etc. Es importante tener en cuenta cuales son los factores principales que afectan a un niño de acuerdo a la edad:
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