ESTRATEGIAS DE INTERVENCIÓN PARA EL PROCESO DE APRENDIZAJE CON ESTUDIANTES CON TDAH
Enviado por Bibi Aguilar • 16 de Noviembre de 2022 • Informe • 5.213 Palabras (21 Páginas) • 64 Visitas
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PROYECTO DE AULA
ESTRATEGIAS DE INTERVENCIÓN PARA EL PROCESO DE APRENDIZAJE CON
ESTUDIANTES CON TDAH
Por:
Sandra Bibiana Delgado Aguilar
Teresa Milena Jiménez Sánchez
Universidad Católica Luis Amigó, Facultad de Psicología a Distancia Psicología Educativa
Lina Marcela Naranjo Naranjo Octubre de 2022
EL PROYECTO DE AULA
Planteamiento de una situación problemática:
De acuerdo con Sabaté, N.; Tomàs, J. El trastorno por déficit de atención (TDA) se considera uno de los trastornos más destacados de la infancia y la adolescencia. Este trastorno tiene una alta incidencia en la población clínica psiquiátrica, superando el 50%. El curso de la enfermedad es altamente variable, persistiendo los síntomas en la adolescencia y edad adulta. Interfiere en una gran variedad de áreas del desarrollo y funcionamiento normal del niño, predisponiendo en el futuro a patologías psiquiátricas y sociales.
Según Esperón, Suárez, (2007). “El TDA produce un deterioro importante en la capacidad del niño de desarrollarse en el ámbito académico, familiar y social. Si no se trata, puede limitar las posibilidades futuras del niño. Debido a las dificultades que produce, es la causa de que los niños tengan un rendimiento general muy por debajo de su capacidad intelectual y de su potencial” Colombia es uno de los países con mayores tasas de niños, niñas y adolescentes caracterizados con TDAH, “según el estudio de Hoai Danh Pham, publicado en el 2015, al citar el artículo del doctor Pineda del año 2001, Colombia resulta ser el país con la prevalencia de TDAH más alta a nivel mundial, con un 17,1% de la población” (Vélez, Vidarte Claros, 2012). Es por ello que se requiere generar estrategias desde el contexto académico que le permitan al estudiante diagnosticado con TDA, romper las barreras del aprendizaje de dicho trastorno y cumplir con los estándares mínimos que plantea el Ministerio de Educación.
De acuerdo con el DSM-5 (APA, 2013) y el CIE-10 (OMS, 1992) son diversas las causas atribuidas al TDAH; considerándose hoy en día un trastorno multifactorial, donde se reflejan factores genéticos, biológicos, psicosociales, neuroquímicos y neuroanatómicos. Debido a esta larga evolución y a su aparición tan temprana, el TDAH es uno de los trastornos con mayor prevalencia en la población infantil. Es por esta razón que a los estudiantes diagnosticados con TDAH, se hace necesario analizar las variables psicosociales, las cuales influyen en los procesos de adaptación de estos en los diferentes contextos del desarrollo.
Es importante resaltar que en nuestro panorama nacional los docentes no se encuentran capacitados para el manejo idóneo de este diagnóstico en el aula de clase, por otro lado, dentro de la Institución Educativa (Instituto para la Ciencia) la cual nos permitió hacer un acercamiento a su contexto institucional, se evidencia que algunas familias se enfocan en suministrar el medicamento que formula el psiquiatra para lograr un buen nivel atencional,
pero ambas partes no buscan generar e implementar estrategias que mejoren el proceso y el rendimiento académico del estudiante. Por lo anterior, es necesario replantear la importancia de que los psicoorientadores en las instituciones educativas y los psicólogos en formación, conozcan a profundidad sobre TDAH.
Sin lugar a dudas el Trastorno por Déficit de Atención, es una problemática actual que se vive frecuentemente en el ambiente escolar, las conductas más frecuentes son: dificultad para prestar atención en clase, dificultad para mantenerse quietos y generalmente tienen problemas de impulsividad.
Desde la revisión de la literatura, se puede decir que, en la gran mayoría de los casos diagnosticados con TDAH, ni los docentes ni compañeros entendían lo que estaba sucediendo con estos estudiantes, por lo tanto, en el aula escolar “estos jóvenes son catalogados como estorbos, mal educados, malcriados, que no siguen las instrucciones y que no deben de estar en el proceso de inclusión escolar” (Verdugo, 2003),
Por otra parte, y aunque el TDAH es un diagnóstico relativamente nuevo, es uno de los problemas neurológicos infantiles más estudiados en las últimas décadas, cuyo origen se ha detectado de la siguiente manera: “Se transmite en familias con un importante componente genético. Además, en su origen están implicados factores ambientales no completamente conocidos, especialmente factores prenatales y perinatales” (Esperón, Suárez, 2007).
Se hace evidente la necesidad de mejorar los procesos de enseñanza aprendizaje en niños, niñas y adolescentes diagnosticados con este trastorno, es de gran relevancia ya que “Según el último estudio nacional realizado en 2015, la prevalencia del TDAH en la población colombiana es del 2,3%, con mayor frecuencia del subtipo hiperactivo (1,3%), seguido del inatento (0,8%) y el combinado (0,2%). Además, presenta altas tasas de comorbilidad con otros trastornos psiquiátricos (60%”.(Hidalgo, Gómez, Garcia, Palacio, 2019), por lo tanto, es un diagnóstico que crece cada vez más y es importante desde las instituciones educativas, generar estrategias para que el rendimiento escolar de esta población aumente y con ello cambiar el manejo en el aula logrando mejorar los procesos de atención.
“Los niños y adolescentes con TDAH en educación básica, frecuentemente, son sujetos de la educación especial a partir de lo que se designa “patologías culturales”. Atraviesan la experiencia escolar mutilando su derecho a transigir o continuar en la escuela por ser conductores de “patologías cognitivas” y “mala conducta” (Anhalt, McNeil y Bahl, 1998)
Por lo anterior, los niños, niñas y adolescentes con TDAH, a menudo suelen sentirse agobiados y frustrados, por no tener la misma capacidad académica y desenvolvimiento social que el resto de sus compañeros; “En una muestra mayor a mil niños con TDAH, se evidenciaron en un 75 por ciento síntomas más intensos y frecuentes de baja tolerancia a la frustración, irritabilidad, temperamento fuerte, tristeza y cambios de humor” (Brown, 2014)
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