Efectos De La Violencia Intrafamiliar En Las Vidas De Las Mujeres.
kairos146 de Diciembre de 2012
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Efectos de la Violencia Intrafamiliar en las vidas de las mujeres.
La vida con un compañero violento puede generar impactos de corto y largo plazo sobre las mujeres, tanto en el ámbito físico, como en el social, emocional y psicológico. Aparte del daño físico obvio que muchas veces se produce, la violencia intrafamiliar genera baja en la autoestima, pérdida de confianza en sí misma y en los demás, aislamiento, depresión, tendencia al suicidio.
También se sabe que las mujeres que sufren violencia por parte de sus parejas pueden desarrollar lo que en alguno estudios se denomina “estrategias de alivio”, como son la ingesta abusiva del alcohol, las drogas y los fármacos. Algunas pueden llegar a cometer delitos menores –como el hurto- con el fin de obtener recursos para su propia sobrevivencia y la de sus hijos, o delitos más graves –como matar a su pareja- como una estrategia de autopreservación.
Si bien algunos estudios afirman que todas las mujeres son susceptibles de sufrir Violencia Intrafamiliar, el quedar embarazadas o tener hijos pequeños ha sido reconocido como un factor de riesgo especial. Según un estudio realizado sobre la violencia doméstica en pacientes embarazadas, la prevalencia de maltrato en la mujer embarazada es de 3,9 a 8.3 mayor que en las mujeres no embarazadas . Muchas mujeres relatan que el comienzo de la violencia coincidió con un embarazo, o bien, que hubo un aumento en la frecuencia e intensidad de la violencia mientras estaban embarazadas. A menudo el abdomen se convierte en el foco de la agresión física durante el embarazo, a raíz de lo cual se producen problemas en el parto, o nacen niños con alguna discapacidad o simplemente muertos.
Algunos hombres utilizan los embarazos repetidos como una táctica para mantener el poder y el control sobre sus parejas. Muchas mujeres son violadas repetidamente por su compañero y un número considerable de mujeres queda embarazada como consecuencia de la violencia sexual. Resulta difícil siquiera imaginar las dificultades que estas mujeres enfrentan durante el embarazo de un hijo que ha sido concebido bajo tales circunstancias.
La Violencia Intrafamiliar y su impacto en niños y niñas
A menudo los niños y niñas han sido llamados “las víctimas olvidadas” de la violencia intrafamiliar e históricamente quienes tienen responsabilidades legales o programáticas de prevención, protección y atención del maltrato infantil, han visto separadamente el abuso de las mujeres del abuso de sus hijos o hijas. Sin embargo, reiteradamente las investigaciones han sugerido que es altamente probable encontrar maltrato infantil en contextos donde las madres de los niños/as son violentadas .
Así como la Violencia Intrafamiliar tiene un alto impacto en la maternidad, también la tiene en la vida cotidiana de los miles de niños y niñas que directa o indirectamente conviven con ella. El rol de madre constituye, normalmente, un trabajo agotador y demandante a través del cual la mayoría de las mujeres aspira a alcanzar la mejor definición de lo que significa para la sociedad y para ellas ser madre. No olvidemos que nuestras sociedades, a pesar de todas las campañas que en los últimos años se han hecho para equiparar las responsabilidades que ambos padres tienen respecto del desarrollo y crianza de sus hijos/as, siguen teniendo expectativas de las madres que son muy diferentes a las que tienen de los padres.
Una mujer que sufre violencia y que por tanto ve afectada su salud y estado físico, mental y emocional tendrá mayor dificultad para dar a sus hijos e hijas la atención, el afecto y los cuidados apropiados. Esto puede generar, o aumentar, sentimientos de no estar haciendo lo correcto o lo suficiente como madre, aún en aquellos casos en que la mujer que ha sido maltratada haya escogido tener un hijo/a como una forma de compensar el abuso que ha experimentado y se esfuerce por ser la mejor madre del mundo.
La forma en que una mujer se relaciona con sus hijos/as puede cambiar radicalmente cuando su pareja se encuentra en casa, lo que a su vez puede generar una tremenda confusión en los niños. Ella puede elegir castigarlos o maltratarlos como una forma de prevenir un abuso aún peor por parte de su pareja, si ella no consigue mantener a los niños disciplinados y bajo las normas de control que él ha impuesto.
Para la gran mayoría de las mujeres maltratadas, el cuidado y protección de sus hijos constituye su gran preocupación. Sin embargo, muchas subestiman tanto el impacto que la violencia presencial o auditiva tiene sobre sus niños, como las oportunidades que su pareja tiene de abusar directamente de ellos sin que ella siquiera se entere.
Se sabe que en un porcentaje significativo de casos de violencia física contra la mujer, niños y niñas son testigos de ella por encontrarse en la misma habitación o en un lugar próximo. Igualmente alto es el porcentaje de niños que intenta intervenir frente a un acto de violencia para proteger a su madre del abuso de su pareja.
Haber presenciado, escuchado o vivido violencia deja a los niños muy asustados, angustiados y ansiosos con respecto a su propia seguridad, a la de sus hermanos y su madre. Las amenazas que puede proferir un agresor son muy reales para los niños, quienes rápidamente aprenden a conocer las consecuencias de dichas amenazas, pueden sentirlas, escucharlas, olerlas y hasta predecirlas. En este contexto, las posibilidades de abuso directo hacia los niños y niñas es más fácil y rápido de conseguir.
Se sabe que alrededor del 60% de los niños que viven con madres agredidas también son o serán directamente abusados por el agresor de sus madres . Aún más, muchos niños y niñas suelen ser utilizados por sus progenitores como parte de la violencia perpetrada contra la mujer, sea usándolos como verdaderas armas psicológicas o físicas, obligándolos, forzándolos o alentándolos a quedarse cerca o a participar en la agresión contra la madre. En casos más extremos, un número importante de niños que han muerto en manos de sus padres, han sido asesinados como resultado directo de los deseos del hombre de castigar a las madres de estos. Este es el caso de niños que han sido asesinados después de una separación traumática o durante una visita regular del padre . Aquí claramente los agresores ven a los niños como extensiones de sus madres.
También sabemos que no todos los niños son tratados de la misma forma al interior de sus familias, situación que confunde a los niños que experimentan violencia y maltrato, cuando se dan cuenta que no ocurre lo mismo con sus hermanos o hermanas. El agresor dentro de una familia puede escoger individualmente a alguno de los niños, de manera positiva o negativa, generando en ellos sentimientos de confusión, angustia, culpabilidad y una gran pena por ellos mismos, por sus hermanos y por su madre. En estos casos, es importante reconocer que algunos niños pueden mostrar poca o ninguna evidencia aparente de maltrato. Son estos niños los que pueden llevar a confusión a los profesionales, ya que sus propias necesidades y las de sus madres pueden ser ignoradas mientras se concentran en atender a aquellos otros miembros de la familia que presentan conductas más disruptivas.
Dado que la violencia intrafamiliar es una experiencia de aislamiento brutal para los niños, resistirla y buscar ayuda puede también resultar ser un ejercicio solitario y difícil de concretar. Sufrir cualquier tipo de maltrato involucra un uso indebido del poder y un abuso, por parte del agresor, a la confianza del niño. En estos casos los niños también pueden culpar a la madre no agresora, porque en sus mentes sostienen una lucha permanente por entender la incapacidad de la mujer para pararse frente a su agresor y enfrentarlo, o para dejarlo. En cualquier caso, dado el poder diferencial existente entre los niños y los adultos que los abusan, es probable que cualquier cosa que hagan para resistir el abuso, los deje expuestos a situaciones de mayor riesgo aún. Esto porque no es responsabilidad de los niños, sino de los adultos, resolver los problemas de violencia y proteger a sus hijos de las consecuencias.
Creo necesario hacer aquí una mención al tema del abuso sexual hacia los niños y niñas. La relación entre la violencia intrafamiliar y el abuso sexual infantil aún no está suficientemente estudiada y es urgente hacer más investigación en este ámbito, pero un estudio exploratorio realizado por J. Foreman (1995) sobre la historia de vida de mujeres cuyos hijos/as habían sido víctimas de abuso sexual intrafamiliar, descubrió que el 100% de ellas tenía historias de violencia intrafamiliar .
Los niños y niñas que viven situaciones de violencia intrafamiliar, al igual que sus madres, también desarrollan estrategias de alivio que a la larga pueden tener consecuencias negativas, sino devastadoras. No asistir al colegio es una de las más recurrentes, pero esta estrategia significa que tengan que decidir dónde ir durante esas horas que no estarán ni en clases ni en la casa. Esto casi siempre significa exponerse a otros riesgos. Las depresiones, el consumo de alcohol y drogas, participación en riñas callejeras y conductas autodestructivas son las estrategias de alivio más usadas por los niños y niñas en edades menos dependientes de sus madres.
Las mujeres como principales maltratadoras de sus hijos/as
Como lo mencionara anteriormente, niñas y niños son también víctimas de la violencia física y/o psicológica al interior
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