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El Bullying Y Su Relación Con La Depresión


Enviado por   •  24 de Septiembre de 2012  •  9.399 Palabras (38 Páginas)  •  718 Visitas

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Capitulo I: Antecedentes de investigación

1.1. Antecedentes extranjeros:

Las primeras investigaciones sistemáticas sobre violencia escolar se realizaron en los años cincuenta en Estados Unidos. Sin embargo, en los países europeos surge como un campo de investigación específico a finales de los sesenta.

El noruego Dan Olweus es uno de los primeros en estudiar el fenómeno de la victimización en el entorno escolar, que denomina Bullying. Lo define como una

conducta de persecución física y/o psicológica que realiza un/a alumno/a contra otro/a, al que elige como víctima de repetidos ataques.

Esta acción, negativa e intencionada, sitúa a la víctima en una posición de la que difícilmente puede salir por sus propios medios. La continuidad de estas relaciones provoca en las víctimas efectos claramente negativos: descenso de la autoestima, estados de ansiedad e incluso cuadros depresivos, lo que dificulta su integración en el medio escolar y el desarrollo normal de los aprendizajes (Olweus, 1983).

Es a partir de sus estudios longitudinales en Suecia y Noruega, que otros países europeos inician estudios sobre la violencia escolar de acuerdo a su realidad. En la primera fase, la mayor parte de los estudios se centraron en buscar una definición al problema. Paralelamente se da el estudio en la incidencia del problema (Olweus, 1996) y luego aparecen los estudios sobre la descripción de los agentes implicados (Rigby, 1996) para culminar en el estudio de los efectos que tiene este problema en las víctimas.

Las investigaciones que se hacen en Europa difieren del contexto latinoamericano por factores de orden cultural, económico, político y social.

Bajo este contexto en Latinoamérica, la violencia escolar se convierte en un problema de salud pública en la década de los 90. Brasil, es el primer país de Latinoamérica donde se presenta la mayor prevalencia sobre este fenómeno.

Investigaciones extranjeras:

En la actualidad, las investigaciones sobre el bullying se hacen en casi todos los países, pero merece una atención especial los trabajos de investigación realizados en España y que son referentes para otras investigaciones.

Resalta el Estudio Cisneros X (Oñate y Piñuel, 2007) con una muestra de 24.990 alumnos de 14 comunidades autónomas, donde se encontró que el 13.90% de los alumnos es agredido por sobrenombres, el 10.40% por el silencio o no dirigirles la palabra. Se encontró también que la tasa de acoso entre niños es de 24.4%, la tasa de acoso entre las niñas fue de 21.6% y la tasa de acoso total fue de 23.3%.

Abramovay (2003) estima que la violencia entre pares toma relevancia recién, al igual que en toda la región tras los años 90. En un estudio en Brasil, efectuado por la UNESCO (2001) cuando se les preguntó a los alumnos sobre el porte de armas en las escuelas, el 13% respondió positivamente.

En Colombia, según Castañeda (2003, en García y Madríaza, 2005) esta incidencia de la violencia en los escolares, es el reflejo de la violencia general que existe en dicho país. En Uruguay, existen estudios a nivel nacional que tratan el tema de la violencia escolar, donde se observa una alta taza de incidencia (Vizcardi 2003). En estos estudios el 28% de los estudiantes reconoce haber participado en peleas, un 71% dice haber sido agredido verbalmente y un 18% dice haber visto a un compañero portando armas. En Ecuador por otra parte el 26% de los niños de 6 y 10 años reconoce haber participado en peleas (Maluf, Cevallos y Córdova (2003).

En Sudamérica, Chile, Argentina y Brasil son los únicos países con un programa de seguimiento nacional y con participación en comparaciones internacionales. En Chile se están haciendo estudios relevantes y se esta trabajando un estudio cualitativo sobre la tesis cultural de la violencia escolar (García y Madriaza, 2005). Así, Brasil, Argentina, Chile y países de centro américa como México y Puerto Rico, parecen ser los únicos con estudios serios sobre este fenómenos social. Sin embargo, todos los países de la región cuentan con estudios parciales sobre el tema.

Lo que ocurre en Latinoamérica es que la sociedad civil y las autoridades educativas aún no toman la importancia de este problema socio-educativo, porque muchos de estos países aprendieron a convivir con la violencia y el maltrato y bajo este entorno se trasmite una imagen totalmente negativa y distorsionada de la convivencia pacífica a los más jóvenes. Particularmente en el Perú, se ha vivido una década marcada por el terror y el dolor, acentuado por las crisis económicas y políticas de la década de los 80, que de alguna manera han dejado huellas en los habitantes que en ese entonces eran niños, adolescentes y que hoy son padres de familia.

Moreno, Vacas y Roa (2006) realizaron un estudio sobre Victimización escolar y clima socio-familiar. Encontrando que el 3.15% era victimizador y el 24.65% era victimizado. Los niños menores de 12 años eran los más victimizadores y victimizados. Además encontraron que cuando la vida familiar se rige por estrechas reglas, o las familias son conflictivas, el trato percibido, tanto de la familia como en la escuela, por los niños y adolescentes, es deficiente, además de aumentar la probabilidad de comportamientos sociales desadaptados por parte de los hijos. Cuando en la familia existen, por el contrario, vías para la expresión de los sentimientos y se anima a que sus miembros actúen libremente, cuando los intereses culturales, así como los sociales y recreativos son cultivados, cuando se organizan las responsabilidades familiares y cuando hay cohesión, es decir, ayuda, compenetración y apoyo entre los miembros, la probabilidad de comportamientos victimizadores, o sufrir maltrato en la escuela y en la casa, es baja o nula.

En los estudios realizados por Estévez, Murgui, Moreno, y Musito (2007) sobre estilos de comunicación familiar, actitud hacia la autoridad institucional y conducta violenta del adolescente en la escuela, en una muestra de 1,049 escolares de ambos sexos. Encontraron que existe una estrecha asociación entre la comunicación negativa con el padre y la conducta violenta en la adolescencia. También encontraron que existe una influencia indirecta del padre, la madre y el profesor en el comportamiento violento del hijo-alumno, fundamentalmente a través de su efecto en el auto concepto familiar y escolar.

En un estudio sobre las cuestiones familiares como posible causa de la violencia escolar según los padres, Yuste, y Pérez (2008) hallaron que los padres destacan como aspectos que más influyen en el origen o génesis de las conductas

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