El Cerebro Nos Engaña
Enviado por mianbra05 • 10 de Julio de 2015 • 1.306 Palabras (6 Páginas) • 380 Visitas
mi intención de escribir un libro sobre dualismo es muy antigua.
Se remonta a mi larga estancia en Alemania, en la que
me vi confrontado con las ideologías políticas que han
caracterizado el siglo XX, con su división entre arios y no arios, entre
burguesía y proletariado, entre el cielo de la sociedad sin clases y el
infierno del capitalismo.
Todo ello me llevó a pensar que las ideologías, sean de tipo político
o religioso, tenían una fuerte connotación dualista, caracterizada
por una demonización del contrario y una espacialización del tiempo.
¿Cómo podían estas ideologías, y muchas otras, arrastrar a millones
de personas, incluso a muchos intelectuales y grandes pensadores?
Sin duda, porque apelaban a estructuras cerebrales comunes que
servían de base a este tipo de pensamiento, un pensamiento, por
cierto, cargado de emocionalidad. Por una parte, un dualismo exacerbado
y, por otra, una emocionalidad que hacía ciegos a los que
profesaban esas ideologías, esas visiones cerradas del mundo.
Lejos estamos aún de entender esta forma de pensar que tan graves
consecuencias ha tenido para la humanidad en todas las épocas.
El secreto está, sin duda, en el funcionamiento de nuestro cerebro.
Es, pues, el conocimiento de ese complejo órgano el que nos puede
aportar soluciones a estas y muchas otras preguntas. De ahí que considere
que llegará un momento en el que cambiaremos completamente
de forma de pensar, no sólo sobre el mundo que nos rodea,
sino, especialmente, sobre nosotros mismos. Y a ese momento llegaremos
a través de un mayor conocimiento de nuestros cerebros. Este
libro es una modesta aportación a ese conocimiento.
M
Por otra parte, considero que las neurociencias no deben limitarse
solamente al estudio del sistema nervioso sin más, como suele ser el
caso. Precisamente por lo dicho anteriormente, las neurociencias, a
mi entender, tienen una gran responsabilidad y un papel importante
que jugar en nuestra sociedad, especialmente ahora que nos encaminamos
hacia la sociedad del conocimiento y lo que se viene llamando
la tercera cultura. Las neurociencias deberían servir de enlace entre
las ciencias y las letras, entre las ciencias experimentales y las humanidades.
A fin de cuentas, todo surge de nuestro cerebro y éste es el
fundamento no sólo de lo que percibimos, sentimos, hacemos o creemos,
sino de la creatividad en ciencia, en artes plásticas, en poesía o
en música.
Precisamente por la importancia que tienen, las neurociencias
deberían pertenecer a la cultura general del gran público, y éste es
uno de los motivos que me impulsó a escribir este libro.
El título ha sido tomado de una conferencia pronunciada en la
Real Academia de Medicina el año 1999. Desde un punto de vista
riguroso, «El cerebro nos engaña» es poco apropiado, ya que detrás
del «nos» de esa frase se encuentran también cerebros, y es de suponer
que el cerebro no se engaña a sí mismo; no obstante, coloquialmente
puede usarse para dar a entender que, aparte de ser un «aparato razonador»,
el cerebro también es una máquina de confabulaciones y fantasías,
generadora de música, arte, mitos, religión e irrealidad. Ése es
el sentido de esa frase. Lo que puede considerarse un hilo conductor
de todo el libro es que el cerebro, fundamentalmente, es un dispositivo
fruto de la selección natural y dedicado al servicio de un organismo
vivo, y la meta de todo organismo vivo a lo largo de la evolución ha
sido y es la supervivencia. Eso es lo que nos enseña la biología, y sólo
así podemos entender lo que bajo otras consideraciones sería imposible,
a saber, que este órgano es capaz de suplir informaciones que le
faltan recurriendo a la fantasía, la confabulación y la mixtificación
con tal de asegurar esa supervivencia.
Los conocimientos de la biología actual nos dicen que el hombre
moderno apareció hace unos 150.000 años, convivió durante miles
de años con el hombre de Neandertal y por razones aún no esclarecidas,
este último desapareció hace unos 35.000 años, posiblemente al
ser desplazado por el Homo sapiens o aniquilado por él.
Mientras no se demuestre lo contrario, desde entonces no ha
habido mutación alguna que hiciese aparecer una especie de homínido
nueva, por lo que el cerebro del hombre de Cro-Magnon y el del
hombre moderno tienen la misma capacidad.
En este libro rechazamos el dualismo cartesiano que implica la
existencia de una mente separada del cerebro, un ente espiritual del
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