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El Humor En Las Empresas


Enviado por   •  21 de Marzo de 2012  •  2.202 Palabras (9 Páginas)  •  620 Visitas

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EL HUMOR EN LAS EMPRESAS

Hay cientos de organizaciones, directivos y profesionales que reconocen el valor del sentido del humor, y que lo aplican diariamente para superar los pequeños y grandes contratiempos, para animar una reunión maratoniana o para animar a un cliente a comprar. No se trata, necesariamente, de hacer sesiones de risoterapia, de llenar la oficina de juguetes, ni de permitir que el personal pueda surfear (en la web o en el mar) cuando le apetezca –aunque hay empresas que también han hecho esto. La clave más bien es conseguir que el trabajo en sí sea divertido, que las relaciones del equipo humano tengan chispa, que el proyecto empresarial se viva con la emoción de una aventura lúdica, y no con el drama de una tragedia griega. Porque la mitad de la vida se nos va en el trabajo, y la vida, como decía Oscar Wilde, es demasiado importante como para tomársela en serio.

COMIENZO

Mi tesis fue un intento de crear una teoría que lograra explicar todo y la conclusión principal entronca con la idea de Calderón de la Barca o de William Shakespeare de la vida como teatro. Cada uno de nosotros somos “personas” en el sentido griego de la palabra, que significa en su origen “máscara”. Por la mañana nos ponemos nuestro disfraz y tenemos que comportarnos como la persona que somos. Normalmente logramos interpretar bien nuestro papel, pero a veces se viene abajo por meter la pata, tropezones, etc. Esto puede ser embarazoso para quien queda al descubierto, pero es también la fuente de toda comicidad –desde el punto de vista de los demás-. En el mundo de los directivos es más exagerado porque las apariencias son excesivas. Hay mucho que perder y los ejecutivos tienen que dar una imagen perfecta e impoluta para que no queden al descubierto sus carencias. Su máscara les requiere pautas de actuación exquisita que les causan mucho estrés por miedo a hacer el ridículo. Por este motivo, es muy importante que sean las propias personas que ocupan puestos de alta responsabilidad los primeros en reírse de sí mismos para reducir esa presión y que el resto les vean como seres humanos. Si la imagen que tienen los empleados de los directivos es de semidioses es muy fácil que luego sean los demás los que se rían de ellos. Es bueno tener una visión autoirónica aunque sin humillarse ni excederse.

INTRODUCCION

Existe una odiosa etiqueta que recubre la escena organizacional, “los negocios son algo serio”.

Existe un dogma muy extendido que proclama que el trabajo debe ser algo serio, solemne, duro e incluso desagradable. ¿Reírse en el trabajo? ¡Pero usted qué se ha creído! Eso deberá hacerlo en sus ratos libres, mi querido e ingenuo amigo. Aquí hay que demostrar que somos gente profesional, de paredes grises, procesos cuadriculados y sonrisas escasas. Como decía Henry Ford, padre fundador de la era industrial, “Sólo cuando el trabajo haya terminado puede llegar el juego. Nunca antes.”

Y sí, no cabe duda, lo son y con seriedad deben afrontarse los retos y las responsabilidades que ello representa. Pero los negocios no dejan de ser serios porque la gente que los hacen posibles sea feliz y sonría.

Sin embargo, el modelo norteamericano del “serious business” tiene también sus desventajas. Entre ellas está el hecho de que la visión dramática, competitiva y marcial de los “ejecutivos agresivos” fomenta las emociones negativas como el estrés, que no sólo pasan factura a nuestra salud, sino que inhiben la creatividad, degradan las relaciones sociales y en definitiva perjudican el negocio

VENTAJAS

Cuando sientes una emoción positiva tu mente te está diciendo que estás en un entorno seguro, y por tanto, que es el momento de ampliar y construir recursos para el futuro (que nos permitirán sobrevivir), de crear cosas y acercarnos a las personas. Las investigaciones científicas han constatado que cuando tenemos emociones positivas nos acercamos más a las personas, somos más creativos, tomamos mejores decisiones y la memoria nos funciona mejor. Se nos amplia la perspectiva y somos más flexibles mentalmente; incluso los médicos hacen mejores diagnósticos. Después de reír nos sentimos más próximos a los demás. También somos más generosos. ¿Qué conclusiones podemos sacar? Por ejemplo, si quieres hacer un brainstorming es mejor que sea en un buen clima de trabajo; lo mismo si hay que tomar decisiones estratégicas; y por supuesto si queremos causar una buena impresión a un cliente. Trabajar en un entorno de emociones positivas permite alcanzar mejores resultados.

EJEMPLOS

Son muchos los recursos humorísticos de los que puede valerse la empresa, medios que hagan no sólo verse felices a sus colaboradores, sino sentirse realmente de esa forma. Entre ellos se podría mencionar, como ejemplo, el uso de periódicos electrónicos donde pueda destacarse “el chiste del día”, proporcionado por un empleado o por la organización misma. Si no se posee de éstos, el uso de correos masivos con contenido hilarante puede poner un alto al stress propio del trabajo diario.

Las actividades recreativas pasivas, los breaks emocionales (aquellos que permiten al empleado expresarse libremente al menos por unos segundos), la catarsis laboral, las reuniones no-administrativas para generar un mejor ambiente, y otras tantas expresiones de buen humor, podrían ser verdaderos detonantes de innovación, buen ambiente de trabajo y conexiones realmente sólidas con la visión y misión de la empresa.

• Sam Walton (director de wal mart), retó a sus empleados a conseguir una meta de ventas, y si se conseguía prometió bailar un Hula (baile Hawaiano) al amanecer en Wall Street. Lo consiguieron, claro.

• Scotiabank…munheo felicidad

• Southwest Airlines, por ejemplo, es célebre por su estrepitosa falta de solemnidad, evidente en sus hilarantes anuncios publicitarios, en sus vídeos de formación interna (en uno aparece el CEO participando en un “rap” sobre la empresa) y en sus legendarias fiestas de “navidad” (que tan pronto se celebran en Mayo como en Octubre). Durante los vuelos, las azafatas y los pilotos cuentan chistes y bromean con los pasajeros a lo largo del vuelo, relajando los nervios que habitualmente acompañan a los despegues y aterrizajes. Un ejemplo, tomado de las habitualmente soporíferas instrucciones de emergencia: “Este es un vuelo de no fumadores. Si pillamos a alguien fumando, le invitaremos a salir sobre el ala, donde podrán contemplar nuestra película de abordo, Lo que el viento se llevó”. Lo curioso es que con chascarrillos como estos, los pasajeros realmente prestan atención a las instrucciones de emergencia –un objetivo bien serio, al fin y al cabo. El tono informal y jocoso del trabajo en Southwest no

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