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El Niño Timido


Enviado por   •  14 de Marzo de 2014  •  2.266 Palabras (10 Páginas)  •  348 Visitas

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Psicología familiar

COMO COMBATIR ESE SENTIMIENTO DE INFERIORIDAD Y TEMOR DE NUESTROS HIJOS

MIDO

La timidez es una actitud emocional caracterizada por el miedo en situaciones que no lo justifican, molestia en presencia de otros e inhibición de las reacciones sociales. Esta conducta, en el niño, genera un sinfín de temores que sólo pueden superarse devolviéndole la confianza perdida. El hogar, el ambiente familiar en suma, es el punto de partida de su curación, aunque la timidez, en sí, no sea una enfermedad.

La inferioridad personal en el niño incumbe di¬rectamente al educa¬dor, ya que éste debe recurrir a todos los métodos para evitar toda forma de in¬teriorización.

Otro aspecto que incumbe di¬rectamente a los padres es el sentimiento de inferioridad dentro del propio grupo fami¬liar. Muchos padres abusan de la puesta en evidencia de un defecto del niño ante terce¬ros, porque creen que hacerlo público es una terapia ade¬cuada para eliminarlo; esto es una errónea actitud, que favo-recerá la duración del defecto, activando dicho sentimiento de inferioridad. El niño puede llegar a apren¬der a ser tímido en el intento de conseguir los objetivos que se le imponen en un mundo que está dominado por los adultos. El ambiente familiar es fundamental para el de¬sarrollo del niño: es su primer contacto social. Es en el nú¬cleo familiar donde se empie¬za a desarrollar la socializa¬ción; después vendrán la es¬cuela, los amigos, los profeso¬res. Pero, ante todo, y lo pri¬mero de todo, es la familia

Constituida por padres y her¬manos.

 Reviste cierta dificultad deter¬minar qué elementos de la vida familiar son los que más intervienen en la formación de un carácter tímido. De los múl¬tiples estudios que se han ve¬nido realizando se han desta¬cado tres dimensiones intere¬santes, que nos pueden ayu¬dar a centrarnos en el tema:

 Autoconcepto del niño.

 El lugar que ocupa dentro del grupo familiar.

 Padres generadores de ti¬midez.

¿Cómo se ve el niño tímido?

Todos tenemos una determi¬nada autoimagen que nos for¬mamos en relación a nuestro grupo de referencia. Igual¬mente, el niño tiene la suya. El niño tímido se ve más bajo, más feo, más débil que el res¬to de sus compañeros. La vi¬sión de sí mismo está siempre en inferioridad de condiciones respecto de su grupo de igua-les. Y no es necesario que esto sea verdad para que el niño lo crea.

Generalmente, el niño tímido es igual al adulto tímido en este punto. No hace falta que, en verdad, sea una persona poco agraciada físicamente, por ejemplo, para que se sien¬ta el ser más horrible del mun¬do. Si a él se lo parece, lo es.

Situación del niño en el grupo familiar

¿Tendrá algo que ver ser el primer hijo, el segundo o el tercero? ¿Se es un padre dis¬tinto para cada uno?

Claro que no es verdad que se quiera menos a los hijos se¬gundos que a los primeros, pero es cierto que los padres se comportan de diferente modo con unos y otros. Existe la evidencia de que el orden en el nacimiento del niño tiene gran variedad de consecuencias psicológicas, sociales y vocacionales. En principio, el que sale perjudi¬cado es el primero. Con el pri¬mer hijo, los padres están:

• más ansiosos,

• más inseguros,

• establecen unas metas muy altas para él,

• exigen más de él que de los demás hijos.

Ante estas expectativas parentales, pueden ocurrir dos cosas:

• Que si el hijo tiene la capa¬cidad suficiente y necesaria al incentivo de los padres, esta posesión le beneficiará en orden al éxito social y profesional.

• Pero si el hijo tiene dificulta¬des o no es lo suficiente¬mente inteligente, la con¬ducta de los padres lo único que hará será frustrarle y fo¬mentar su baja autoestima.

Los primeros hijos, tanto los niños como las niñas, que tie¬nen más hermanos de edades inferiores, sienten más necesi¬dad de aprobación (principal¬mente de los padres) que sus hermanos y que los hijos úni¬cos. Es de esperar, por ello, que los primogénitos tengan una autoestima más baja que los hijos siguientes. Habrá muchos primogénitos que se sientan frustrados por creer no haber conseguido los objetivos marcados por sus padres. Los primogénitos tími¬dos son menos populares en su medio ambiente (escuela, universidad, etc.) que sus her¬manos menores. Quizás esto quede explicado porque su baja autoestima, sentimientos inadecuados y falta de carác¬ter les han impedido desarro¬llar efectivamente sus habili¬dades sociales.

La timidez de los pri¬mogénitos

Los hermanos que nacen des¬pués del primer hijo, desarro¬llan muchos más recursos desde el mismo momento del nacimiento: se tienen que re¬lacionar con su hermano o hermanos anteriores, que siempre son mayores, más fuertes y más inteligentes que él. Para los hijos siguientes es cuestión de supervivencia. Así, si por la fuerza física no pueden defenderse del her¬mano mayor, se buscarán otras estrategias para conse¬guir lo que quieran de él, buscarán otro terreno en donde ganarle la partida. Esto facili¬ta, desde el principio básico del grupo familiar, a ir apren¬diendo las habilidades socia¬les que luego les van a ser de gran utilidad. Es la ventaja de ser los segundos, los terceros, etcétera.

En un estudio realizado en la universidad de California, fue¬ron estudiados 252 mucha¬chos, desde su nacimiento hasta los 14 años. Las conclu¬siones obtenidas fueron las si¬guientes:

• Las chicas son más tímidas que los chicos.

• Las primogénitas son más tímidas que las hijas que vienen después.

• Los primogénitos son más tímidos que los siguientes hijos, pero sólo hasta los 7 años. .A partir de esta edad, no había diferencias signifi¬cativas entre los hijos.

• A los 14 años desaparece la timidez, según informan las madres. Esta información no se recogió de los propios interesados.

«De tal palo tal as¬tilla»

Se ha comprobado que aproximadamente el 70 por ciento de las veces, padres tí¬midos tienen hijos tímidos. A simple vista esto parece dar la razón a los teóricos de los ras¬gos de personalidad, que opi¬naban que la timidez obedece a factores genéticos (esto es, «de tal palo tal astilla»). Pero si profundizamos, veremos que el asunto no está tan cla¬ro, ni mucho ni menos. Existen confirmaciones de que en la familia, en que hay un padre/madre tímido, hay un hijo tímido, pero también hay otros hijos (hermanos y her¬manas del anterior) que no tendían a ser tímidos. La inter¬pretación posible es que los padres tímidos tienen más probabilidad de tener

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