El Trabajo Social Y Los Movimientos Sociales
Enviado por anainciarte • 2 de Abril de 2014 • 1.912 Palabras (8 Páginas) • 831 Visitas
El TRABAJO SOCIAL Y LOS MOVIMIENTOS SOCIALES
Según Sandra Whittaker, movimiento social es “(…) un esfuerzo por cambiar el orden social existente. Los cambios buscados pueden ser muy limitados en sus alcances o intentar una reconstrucción total de la estructura social, al incluir la economía, las leyes, las formas y procedimientos de gobierno, la religión, los hábitos y las actitudes personales.”[1]. Dicho en pocas palabras, es un intento por cambiar uno o varios aspectos de la realidad social. Generalmente, los movimientos sociales parten de la inconformidad de uno o varios grupos de personas con el orden social vigente, o que se piensa establecer.
Un claro ejemplo de un movimiento social en nuestro país fue la Revolución del 20 de Octubre de 1944, donde sectores populares y pequeñoburgueses de la población guatemalteca iniciaron un proceso que generó cambios políticos, económicos y sociales. Se necesitarían muchas páginas para describir todas las modificaciones que tuvieron lugar durante la Primavera Democrática (1944-1954), pero en general estaban dirigidas a mejorar el nivel de vida de las clases subalternas de la población, así como a encaminar al país hacia un proceso de capitalización, pero con mejor distribución de la riqueza. Por ejemplo, el Código de Trabajo, entre otras cosas, abolió el trabajo forzado, estableció contratos laborales, vacaciones pagadas, reconoció el derecho a la huelga y a la protección del seguro social.
Cincuenta y seis años después de la Contrarrevolución, las cosas han cambiado. Es evidente que las clases subalternas están siendo despojadas de muchos de los derechos por los que algún día lucharon y tuvieron que pagar un caro precio. Para comprobarlo basta con abrir un periódico en la sección de empleos y observar que, lo que antes fueron derechos, actualmente son privilegios, pues las “prestaciones de ley” se han convertido en prerrogativas que conceden sólo los “buenos trabajos”. Asimismo, cabe mencionar la modificación que la Corte de Constitucionalidad efectuó a la Ley Orgánica de la Universidad de San Carlos (elaborada el 28 de enero de 1947, durante el gobierno de Juan José Arévalo), donde descaradamente tacharon de inconstitucional una ley que llevaba alrededor de 60 años de estar vigente, despojando a los estudiantes de las diferentes facultades el derecho de elegir a sus representantes docentes. No quiero que se me malentienda, el cambio es bueno, es magnífico, todo en el universo cambia, es una ley fundamental; lo que no cambia, perece. Sin embargo, lo realmente importante a considerar es la dirección que el cambio está estableciendo.
En relación a esto, es función del intelectual (y mucho más de los que pertenecen a la Universidad de San Carlos) cuestionar el orden actual, así como los cambios que se generan, no sólo para criticar, sino para dar a conocer aspectos ocultos y proponer alternativas diferentes, en beneficio de las mayorías. Sin embargo, parece que esto aún es una asignatura que muchos de nosotros tenemos pendiente. Quizá a esto se refirió el compañero Otto René Castillo (1936-1967), en su prosa dirigida hacia los intelectuales asépticos, al decir: “Un día los intelectuales apolíticos de mi país serán interrogados por el hombre sencillo de nuestro pueblo. (…) `¿Qué hicisteis cuando los pobres sufrían, y se quemaba en ellos, gravemente, la ternura y la vida?´ Intelectuales apolíticos de mi dulce país, no podreís responder nada. Os devorará un buitre de silencio las entrañas. Os roerá el alma vuestra propia miseria. Y callaréis, avergonzados de vosotros.”.
En la definición de trabajo social que elaboró la Federación Internacional de Trabajadores Sociales (FITS) en conjunto con la Asociación Internacional de Escuelas de Trabajo Social (AIETS) se afirma que “El trabajo social promueve el cambio social, la resolución de problemas en las relaciones humanas y el fortalecimiento y la liberación de las personas para incrementar el bienestar (…)”[2]. Así pues, si los movimientos sociales buscan el cambio social, y es función del trabajador y trabajadora social promover el cambio social, caeríamos en una gran contradicción si nos mantenemos ensimismados, ajenos a los problemas de otros, y aún peor, a los de nosotros mismos.
Por último, debo reconocer que promover el cambio social no es una tarea nada fácil, quizá el factor que más incide a que nos abstengamos de hacerlo es el miedo, pues claros ejemplos existen de lo que les suele pasar a las personas que lo hacen. No obstante, es un reto que como intelectuales asumimos, por el que algún día habremos de dar cuentas. Galileo vivió en un momento histórico muy difícil para los intelectuales, durante el oscurantismo, cuando eran reprimidas todas las ideas que cuestionaran la cosmovisión oficial, pero se atrevió a pensar diferente, y no sólo a pensar, sino a expresar lo que pensaba. Él mismo dijo:
Desearía poder cuestionar y responder libremente, sin temor a las consecuencias, así se comporta aquél que persigue la verdad.
• Propósitos de la actuación profesional en función de esos objetivos
Trabajo Social como profesión se ha destacado por ser una disciplina social que busca el
cambio; nos adherimos al planteamiento de la FITS (Federación Internacional de Trabajo
Social) cuando afirma que el trabajador social no sólo se preocupa por la resolución de
problemas sociales, sino también con el proceso de desarrollo social. Los individuos, los
grupos, las familias y los pueblos tienen capacidad de cambiar y desarrollarse. Los
trabajadores sociales están dotados de los conocimientos y habilidades que pueden servir
de ayuda9
, siendo su objetivo "La profesión del trabajo social promueve el cambio social,
la solución de problemas en las relaciones humanas y el fortalecimiento y la liberación de
las personas para incrementar el bienestar. Mediante la utilización de teorías sobre el
comportamiento humano y los sistemas sociales, el trabajo social interviene en los puntos
en los que las personas interactúan con su entorno. Los principios de los derechos
humanos y la justicia social son fundamentales para el trabajo social."
Si bien es ese su planteamiento, no se puede negar el hecho de que los profesionales en
Trabajo Social son denigrados en su actuación profesional, ya bien lo decía Barrantes
acerca de “...expresiones nada gratuitas en sus aspectos más generales tales como que
“los trabajadores sociales son los conserjes mejor pagados...” “realizan tareas que
cualquiera puede hacer sin necesidad de pasar por la universidad”; “se entrometen
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