El menor como centro del conflicto

EL MENOR COMO CENTRO DEL CONFLICTO

Por Juana María Pacheco Hernández

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Introducción.-

   En una situación casi “Normalizada”,  la familia tiende a recurrir pidiendo apoyo terapéutico ¿Por qué? , por conflictos relacionados con el menor que se “porta mal, es desobediente, grita, es irrespetuoso” o por otro lado “es poco sociable, no interactúa, sus estados de ánimo son volubles” etc… Sin embargo, hoy en día sabemos que al alrededor de los 6 años de edad, no se tienen patrones fijos de conducta y la personalidad la define en gran parte las relaciones, interacciones y experiencia que rodean al menor, por tanto, es de preguntarse… ¿Las relaciones, interacciones, experiencias vividas y experimentadas en el contexto en el que el menor se desenvuelve, tendrá algo que ver con la representación de sus síntomas?

    Desarrollo.-

   La respuesta a la pregunta anterior es si, se relaciona directamente la proyección sintomática del menor con el contexto en el que se vive, se interactúa, se relaciona el menor, hay una repercusión clara  como reflejo del núcleo familiar al contexto exterior. Sin embargo continuamente se “señala” al menor como centro del conflicto, ocasiona conflictos en la pareja, pega a los hermanos, su actitud en la escuela es de violencia y desafío con sus maestros y compañeros,  como forma de evasión los padres se preguntan ¿Qué está pasando con mi hijo o hija? ¿Por qué se comporta de tal manera?

 La respuesta ante la impotencia es  “llevémoslo a terapia psicológica para que aprenda a comportarse”;  en algunas ocasiones a manera de proceso mágico los padres piden al terapeuta que el menor se porte bien, sin embargo cuando se realiza la entrevista inicial y en base a ello conociendo la historia se les menciona a los padres que el proceso será mixto es decir se les verá a ellos y al menor de tal manera que se avance adecuadamente, en bastantes ocasiones la respuesta es renuente, pues en la evasión o negativa el menor sigue siendo el centro del conflicto pero… ¿Qué hay en el contexto, en el hogar, que retroalimenta las conductas des adaptativas de la menor? ¿Qué le da más fuerza a dichas conductas y por ende hace que se sigan repitiendo?

   Un análisis minucioso del contexto debe realizarse para conocer a detalle las distintas perspectivas del conflicto, sin embargo es responsabilidad del contexto en el que el menor se desenvuelve reforzar situaciones que se vivan de manera terapéutica y dar seguimiento de manera pertinente ¿Qué pasa pues, si en terapia el menor ha aprendido técnicas de autocontrol pero en casa no ha habido una modificación contextual? En muchas ocasiones el trabajo terapéutico es echado abajo,  ya que sin el acompañamiento de los padres difícilmente puede haber un avance, por otra parte, en otras circunstancias el menor se sigue comportando des adaptativamente solo en situaciones en las que es “consciente” que puede comportarse así.

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