El padre educador
Enviado por jajala • 8 de Septiembre de 2012 • Informe • 542 Palabras (3 Páginas) • 524 Visitas
El padre educador
Las relaciones entre padres e hijos, entre adultos y niños representa un contexto de intercambio comunicativo, social y emocional permanente que, entre otras consideraciones de naturaleza sustantiva, suele reflejar de manera intensa el modo en que unos y otros perciben, “leen” e interpretan la vida y las múltiples conexiones de esta con sus cogniciones, pensamientos, sentimientos y afectos fundamentales.
Los conflictos entre padres e hijos, entre adultos y niños, no son infrecuentes. De hecho, el conflicto supone una plataforma estable para la recreación permanente, para el crecimiento intelectual, para la maduración psicológica. Malos momentos, sentimientos mutuos y recíprocos de incomprensión, desvelos y anhelos, dudas y formas diferentes de enfocar las situaciones en que nos vemos envueltos en el día a día.
No resulta sencillo afrontar los conflictos con nuestros hijos, con nuestros pequeños o adolescentes. Las dudas sobre el enfoque de los mismos y sus repercusiones en el desarrollo de las relaciones y de los propios procesos madurativos de aquellos suelen “invadir” las conversaciones de padres y madres, deseosos de encontrar la mejor respuesta, la salida ágil y coherente, la acción efectiva y constructiva. El interés por habilitar permanentemente adecuadas “respuestas pedagógicas” se convierte en no pocas ocasiones en marcada y significativa “singladura”, plena de inquietudes, tanteos, movimientos dubitativos y, cómo no, también, de sustantivos aciertos.
La presente publicación aborda un controvertido tema, un singular contenido de especial relevancia en el referido y complejo mundo de las relaciones con nuestros hijos. Y lo aborda desde la seriedad y la consciencia de quien entiende que el dialogo, la escucha, la tolerancia y la empatía representan las autenticas y verdaderas herramientas del hecho educativo y de las relaciones interpersonales en su conjunto; y, especialmente, en los momentos peores, en los momentos de conflicto o tensión.
Como sociedad, hemos de avanzar en el desarrollo de propuestas que garanticen la “salud” de nuestros comportamientos relacionales, que afiancen la confianza, la seguridad emocional y la autoestima de nuestros niños y adolescentes. Siempre en clave de tolerancia, de incondicional apoyo, de estable y razonable supervisión, de patrones y modelos de conducta adecuados. Esperamos y deseamos que la presente Guía represente un marco para la reflexión sobre los modos y maneras de entender e interpretar esa parte más compleja de las relaciones interpersonales con nuestros hijos.
La tarea de los padres empieza en la concepción del hijo y se prolonga su labor educadora durante toda la vida. La educación es la ayuda que se presta al hijo para que llegue a ser persona y desarrolle sus capacidades intelectuales y morales.
Conclusión y Opinión:
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