El poder del vinculo en psicoterapia

 El poder del vínculo terapéutico en la psicoterapia

Daniela Sierra Muñoz, [pic 1] danielasierra3490@gmail.com

Docente: José Luis Álvarez Posada

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Universidad de San Buenaventura Colombia

Facultad de Psicología

Maestría en Psicología Clínica

Medellín, Colombia

Seminario de Técnica Clínica 1

02 de diciembre de 2018

Se logra desarrollar un razonamiento clínico a través de la psicoterapia individual; el pensar clínicamente es sin duda importantísimo pero hay algo aún más importante, y es el vínculo que se establece en la relación con el paciente. El vínculo requiere de unas competencias personales que tienen que ver directamente con nuestro propio proceso y la experiencia clínica que tengamos. En psicoterapia debemos privilegiar al vínculo terapéutico. En este sentido, hay diferentes formas de vincularse con el paciente, una hace referencia a una relación vertical de poder en donde se parte de que psicoterapeuta es el que sabe y le va a enseñar a su paciente, y otra forma es la horizontalización del vínculo donde la relación interpersonal va a verse como dos personas de igual a igual, frente a frente, lo que implica una actitud diferente de nosotros frente al paciente. Esa actitud implica una mayor responsabilidad, un trabajo por parte del terapeuta que va directamente ligado a su propio lenguaje no verbal que ya está siendo visto, implica entonces una exposición. En ese proceso interpersonal se van a reunir dos personas buscando resolver, mejorar, optimizar, situaciones y problemáticas de una de esas personas asumiendo que la otra persona ya ha trabajado significativamente en resolver sus propios problemas. A su vez, lo que sucede en ese espacio es un proceso bipersonal: el terapeuta también se va a transformar. Es una experiencia co-construida entre ambos participantes, y a la vez un componente esencial y motor de los procesos de cambio que se observan a consecuencia de la terapia. En este sentido, el vínculo va a incidir positiva o negativamente en el proceso terapéutico. Hay que aprender a aprovechar esa relación que se construye entre los dos individuos  para potencializar el proceso psicoterapéutico.

La emoción en la que se fundamentan las relaciones entre los mamíferos superiores es el amor: El amor tiene un objetivo fundamental dentro de muchas especies animales mamíferos superiores que  tiene que ver con el deseo de protección, de compañía, de apoyo y para favorecer potencialmente la reproducción. Es la emoción básica fundamental a través de la cual se desarrolla las estructuras tempranas que van a guiar posteriormente la manera de procesar la información en nuestro cerebro. El vínculo terapéutico sin la emoción primaria del amor no es vínculo.  Entonces, si como animales neotéticos constituimos a través del vínculo afectivo nuestras redes neuronales básicas que se traducirán luego en la personalidad y a su vez en vulnerabilidad a ciertas psicopatologías en conjunción con lo biológico y lo social, es a través del vínculo del amor que vamos a intervenir sobre eso que se constituyó inicialmente. Ese vínculo adquiere un poder transformador y potencializador del proceso; pero para ello hay que hacer cambios en la forma en que nos relacionamos con el otro.

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