Elogio A La Dificultad
Enviado por juanchotq • 18 de Marzo de 2013 • 596 Palabras (3 Páginas) • 341 Visitas
completamente conmigo, no esta conmigo. Asi como hay, segun Kant, un verdadero abismo de la Razon que consiste en la
peticion de un fundamento ultimo e incondicionado de todas las cosas, asi tambien hay un verdadero abismo de la Accion, que
consiste en la exigencia de una entrega total a la causa absoluta y concibe toda duda y toda critica como traicion o como
agresion.
Ahora sabemos por una amarga experiencia, que este abismo de la accion, con sus guerras santas y sus orgias de fraternidad
no es una caracteristica exlusiva de ciertas epocas del pasado o de civilizaciones atrasadas en el desarrollo cientifico y tecnico;
que puede funcionar muy bien y desplegar todos sus efectos sin abolir una gran capacidad de inventiva y una eficacia
macabra. Sabemos que ningun origen filosoficamente elevado o supuestamente divino inmuniza una doctrina contra el riesgo
de caer en la interpretacion propia de la logica paranoide que afirma un discurso particular - todos lo son - como la designacion
misma de la realidad y los otros como ceguera o mentira.
El atractivo terrible que poseen las formaciones colectivas que se embriagan con la promesa de una comunidad humana no
problematica, basada en una palabra infalible, consiste en que suprimen la indecision y la duda, la necesidad de pensar por si
mismo, otorgan a sus miembros una identidad exaltada por participacion, separan un interior bueno - el grupo - y un exterior
amenazador.
Ausencia de respeto.
Asi como se ahorra sin duda la angustia, se distribuye magicamente la ambivalencia en un amor por lo propio y un odio por lo
extrano y se produce la mas grande simplificacion de la vida, la mas espantosa facilidad. Y cuando digo facilidad, no ignoro ni
olvido que precisamente este tipo de formaciones colectivas se caracterizan por una inaudita capacidad de entrega y
sacrificios; que sus miembros aceptan y desean el heroismo, cuando no aspiran a la palma del martirio.
Facilidad, sin embargo, porque lo que el hombre teme por encima de todo no es la muerte y el sufrimiento, en los que tantas
veces se refugia, sino la angustia que genera la necesidad de ponerse en cuestion, de combinar el entusiasmo y la critica, el
amor y el respeto.
Un sintoma inequivoco de la dominacion de las ideologias profeticas y de los grupos que las generan o que someten a su
logica doctrinas que les fueron extranas en su origen, es el descredito en que cae el concepto de respeto. No se quiere saber
nada del respeto, ni de la reciprocidad, ni de la vigencia de normas universales. Estos valores aparecen mas bien como males
menores propios de un resignado escepticismo, como signos de que se ha abdicado a las mas caras esperanzas. Porque el
respeto y las normas solo adquieren vigencia alli donde el amor, el entusiasmo,
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