Elogio De La Dificultad

REFLEXIÓN SOBRE ELOGIO DE LA DIFICULTAD

En la vida, las personas siempre estamos pensando en que todo sea fácil y perfecto, sin pensar en lo satisfactorio que es alcanzar una meta u obtener algo que nos ha costado esfuerzo y sacrificio, como cuando un joven que aún tiene todo por parte de sus padres, no valora lo que tiene como cuando un adulto lo ha conseguido por su propio esfuerzo y dedicación, pero aquí el problema no es querer tenerlo todo, sino tenerlo sin necesidad de luchar por lo que deseamos, por nuestras metas.

Si quizás en la vida todo fuera fácil, no tendría sentido luchar por lo que somos o poseemos, un hogar, una familia, y los bienes materiales adquiridos por los frutos de nuestro trabajo y constancia, simplemente porque no sería gratificante, pero ante todo debemos ser conscientes que cada persona existente en el mundo, tenemos formas de pensar y propósitos diferentes, si bien, la humanidad en general, tenemos un ideal de vida, el de todos y cada uno de nosotros es diferente y respetable, pero hay de quienes aún sueñan con vivir en el paraíso y prefieren esperar a que otros sueñen por ellos y les digan que hacer, sin necesidad de preocuparse por los problemas o dificultades que trae consigo ciertas responsabilidades morales y sociales.

En la vida no se trata sólo de esperar lo que el destino le tenga preparado, no estamos en el paraíso donde todo aparecía porque sí, estamos en un mundo donde cada quien es libre de triunfar o fracasar, “vivimos en un mundo donde no es obligación triunfar y tener éxito, pero si es importante hacer el intento”.

No está mal que la gente sueñe, de hecho hay que soñar, tener un ideal y unas metas; el problema es que no sabemos soñar, siempre estamos pensando en una vida en la cual no tengamos que hacer el más mínimo esfuerzo para superarnos, sino que queremos que todo sea caído del cielo, y así, la vida no tendría un sentido, el hombre nunca se hubiera esforzado por descubrir, por inventar o por innovar las cosas que hoy nos da tanto placer y comodidad, en sí el problema de soñar, es saber soñar.

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