Ensayo Max Sheler

Max Scheler: “El puesto del hombre en el cosmos”

Max Scheler, uno de los primeros en la iniciación de la antropología como ciencia, escribió “El puesto del hombre en el cosmos”, en el que intenta resolver interrogantes sobre la esencia del hombre.

En el siguiente informe se comentarán paso a paso los temas clave dentro de este libro.

En primer lugar trata sobre los grados del ser psico – físico, donde la pregunta principal es a raíz de la vida, un ser viviente tiene características que son psico- físicas.

El primer grado es el de las plantas, en el que según Scheler está presente el impulso afectivo, busca lo necesario y evita lo dañino. El segundo grado es el de los instintos, los que son innatos y están al servicio de la especie. Luego tenemos el tercer grado que corresponde a la memoria asociativa, la que va de la mano con el aprendizaje. El cuarto grado es de la inteligencia práctica, la que sirve para resolver problemas, muchos animales la poseen.

Tomando en cuenta lo anterior, Scheler comienza a cuestionarse si algunos de los grados anteriores pertenecerán al del hombre, pero como se puede ver ni uno ni otro logra llegar por completo a lo que de verdad somos. Nosotros poseemos cualidades de los cuatro grados mencionados anteriormente, pero hay “algo” que falta, y eso es lo que Max Scheler se plantea: el hombre y sus capacidades ¿deben ser del cuarto nivel o habrá que poner otro? El hombre está en la cima de los seres psico-físicos, tiene un grado de inmanencia total. Nosotros no somos un grado más luego de los cuatro nombrados anteriormente, sino que estamos dentro de otra esfera que es inigualable a la de los animales y plantas. El hombre posee algo que ningún otro ser posee. Lo que hace a un hombre es lo que Scheler llama “X”, el espíritu. Esta “X” no solamente es abstracta sino que tiene que ver con las emociones.

El espíritu del ser humano tiene ciertas características que lo hacen ser esencialmente distinto del animal, como lo es la autonomía respecto de los instintos, con esto hacemos referencia a la libertad del hombre, que incluso puede ir en contra de los instintos, la objetividad de los centros de resistencia, el animal vive extáticamente, es decir, que la respuesta depende de su fisiología mientras que el hombre puede tomar distancia de las cosas y reflexionar sobre ellas (esto es objetivar), el ser humano tiene conciencia de sí, por lo tanto es capaz de darse cuenta de que es una unidad que permanece a través del tiempo, se puede proyectar o articular en un espacio infinitamente abierto, posee intimidad, es decir, puede poseerse a sí mismo, es capaz de conocer la esencia de las cosas, puede hacer una abstracción mental, el hombre también entiende el espacio y tiempo como “formas vacías”. El animal se ve limitado por su fisiología frente a todas estas características.

El acto primario o fundamental del espíritu es la ideación, idear es abstraer la esencia de algo, es comprender las formas esenciales de las estructuras del universo, si el hombre no tuviera esta capacidad, no existiría el conocimiento, ya que es a través de la ideación que obtenemos esencias universales intemporales.

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