Estilos de comunicacion y autoestima

Los estilos de comunicación y autoestima cap 12 Surdo

Los estilos de comunicación dependen de la autoestima. Los estilos pasivos y agresivos revelan una baja autoestima, mientras que el estilo asertivo demuestra una potente valoración de sí mismo.

La autoestima es la capacidad humana de juzgarnos a nosotros mismos y definir quiénes somos y así poder otorgar un valor a esta identidad.

Nos valoramos en relación con aquellas personas o grupos que nos sirven de referencia, esta autoconciencia la desarrollamos a partir de una reflexión sobre como creemos que nos valoran los demás.

La insatisfacción produce cambio. No aceptarse y no quererse tal como somos daña las estructuras psicológicas que nos mantienen vivos. Cuando esto se produce asumimos menos riesgos profesionales o sociales; nos cerramos a los demás, no atendemos a las críticas, no resolvemos problemas, no pedimos ayuda y levantamos barreras defensivas. Nos mostramos agresivos buscando imperfecciones en las acciones en los demás y siendo duros en su corrección.

La autoestima y la comunicación interpersonal se encuentras en un proceso cíclico, una refuerza a la otra. La baja autoestima produce comunicación agresiva o pasiva, y la pasividad produce la baja autoestima.

Para desarrollar mejores niveles de autoestima es adecuado tener expectativas realistas ya que si mantenemos “expectativas realistas”, ya que, si mantenemos expectativas imposibles de alcanzar, nos condenamos a sentirnos mal; tener además un buen “análisis realista de nosotros mismos; admitiendo nuestros valores y habilidades. También se debe generar una “fuerte compasión sobre nosotros mismos”. La compasión posee tres etapas, la comprensión (esfuerzo constante para entendernos); la aceptación (reconocimiento de los hechos suspendiendo todo juicio de valor); y el perdón (reconocer nuestros errores para mejorar nuestras actuaciones futuras, eliminando el sentimiento de culpa recurrente).

Otra acción para el desarrollo de la autoestima positiva seria “desarmar la crítica patológica”, buscando la perfección constante, soportando dificultades con serenidad y ecuanimidad. Estos son los “deberes patológicos” reconocibles con palabras como nunca, siempre, todo, totalmente, perfectamente. Es conveniente la búsqueda de “valores sanos” que son flexibles, realistas, comprobables y fomentan la elección de alternativas.

También es conveniente “cambiar las expectativas catastróficas que obran como profecías de obligado cumplimiento en nuestra vida y “cambiarlas formas pasivas y/o agresivas de nuestro lenguajes por una comunicación asertiva”.

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