Eutanasia

Eutanasia

Eutanasia es morir dignamente, porque es el acto de finalizar la vida de alguien para evitarle el dolor. Se debe tener en cuenta que la eutanasia, es distinta al suicidio asistido, porque este es cuando el paciente es el que termina con su propia vida gracias a la ayuda de otra persona.

Existen muchas opiniones acerca de este tema, en mi caso varía según la situación del enfermo, para que no sea un asesinato sino que realmente sea un alivio para el paciente.

Yo estoy de acuerdo con la eutanasia voluntaria, porque es el enfermo quien decide si vive o muere, un ejemplo es John Quintero, un hombre de 33 años que después de cuatro años de estar absolutamente paralizado y víctima de terribles dolores, decidió acabar con su sufrimiento y someterse a un procedimiento de muerte asistida. Creo que para poder entender el dolor, debemos de ponerlos en los “zapatos” del paciente y de la familia, ya que el único que sufre no es el enfermo, es la familia la que debe cuidarlo y costear los tratamientos, el tiempo que requiere asearlo, alimentarlo, y todos esos requerimientos que se presenta en momentos como el de la familia quintero.

Dependiendo del caso se aplica una u otra eutanasia, pero siempre es importante tener en cuenta la opinión del paciente, en algunos casos, lo enfermos cuando se dan cuenta de su padecimiento escriben un documento donde autoriza a la familia y a los doctores para que le apliquen la eutanasia, en ese escrito la persona especifica que situaciones ameritan la muerte asistida.

Cuando una persona no puede realizar funciones cotidianas, como bañarse, caminar, alimentarse, ir al baño por sí solo, su vida pierde autonomía y vuelve dependiente de los demás, y eso no es vida. Todos tenemos la voluntad de elegir como vivir, como actuar y qué decir, pero en situaciones como estas es donde la elección de qué hacer con nuestro cuerpo es el mayor símbolo de esta libertad.

Cuando es un impedimento vivir, nuestra existencia pasa de ser un privilegio a un castigo, y en una sociedad tan avanzada como la nuestra no es justo el someter al hombre a dolorosas situaciones, cuando se tiene el poder de evitarlo.

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