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Feminismo

ElliotAngulo4 de Marzo de 2012

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INDICE

Planeación Didáctica.

Feminismo. ¿Que es?

Definiciones.

Historia del feminismo.

Antecedentes

Etapas.

Feminismo Premoderno – Inicios

Feminismo Moderno

Feminismo Contemporaneo

Feminismo en Mexico

Cronologia

El papel del sexologo educador.

Bibliografía.

Resumen.

Feminismo

Feminismo.

¿Qué es? Definiciones:

(Del lat. femĭna, mujer, hembra, e -ismo).

1. m. Doctrina social favorable a la mujer, a quien concede capacidad y derechos reservados antes a los hombres.

2. m. Movimiento que exige para las mujeres iguales derechos que para los hombres. Diccionadio de la Real Academia Española.

El Feminismo es una ideología y un conjunto de movimientos políticos, culturales y económicos que tienen como objetivo la igualdad de los derechos de las mujeres con los de los hombres. Wikipedia.

La toma de conciencia de las mujeres como colectivo humano, de la opresión, dominación y explotación de que han sido y son objeto por parte del colectivo de varones en el seno del patriarcado bajo sus distintas fases históricas de modelo de producción, lo cual les mueve a la acción para la liberación de su sexo en todas las transformaciones de la sociedad que aquella requiera. Victoria Sau en el Diccionario Ideológico Feminista.

El movimiento feminista actua pues en 2 niveles:

Alcanzar la igualdad completa de oportunidades y superar la dicotomia: Hombre-Mujer.

Es cierto que cuando se habla de Feminismo, inmediatamente se piensa en las feministas contemporáneas o cuando mucho en las sufragistas; pero en el esfuerzo que realizan muchas investigaciones por recuperar la Historia de la que han sido borradas las mujeres, hallamos variadas y continuas muestras de luchas por la igualdad de los sexos.

Feminismo

Historia del Feminismo.

Antecedentes.

En general puede afirmarse que ha sido en los periodos de ilustración y en los momentos de transición hacia formas sociales más justas y liberadoras, cuando ha surgido con más fuerza la polémica feminista.

Es posible rastrear signos de esta polémica en los mismos principios de nuestro pasado clásico. La Ilustración sofística produjo el pensamiento de la igualdad entre los sexos, aunque, como lo señala Valcárcel, ha sobrevivido mucho mejor la reacción patriarcal que generó: "las chanzas bifrontes de Aristófanes, la Política de Aristóteles, la recogida de Platón".

La historia occidental fue tejiendo minuciosamente -desde la religión, la ley y la ciencia- el discurso y la práctica que afirmaba la inferioridad de la mujer respecto al varón. Discurso que parecía dividir en dos la especie humana: dos cuerpos, dos razones, dos morales, dos leyes. Y en esa dicotomía el sexo femenino quedaba subordinado al masculino. La mujer ha ocupado como regla general una posición subordinada con respecto al hombre en las sociedades que anteceden a la actual. Esta posición secundaria se ha visto siempre ligada a una determinada estructura familiar que diferenciaba los roles de género. Analicemos brevemente, a través la lectura de algunos textos, la situación de la mujer en la familia desde la antigüedad hasta el período del antiguo régimen:

La Familia en la Grecia Clasica.

Los derechos de la mujer no aumentaron con respecto a las civilizaciones egipcia y mesopotámica. Las leyes reconocían en el siglo IV a.C. el divorcio y el repudio de la esposa sin necesidad de alegar motivo alguno. La mujer, sólo en caso de malos tratos, podía conseguir que se disolviera el matrimonio. Por lo demás, pasaba toda su vida confinada en el hogar, y tenía a su cargo el cuidado de los hijos y de los esclavos sin que se le permitiera participar en los negocios públicos. De niña vivía al lado de su madre y se casaba a los 15 años sin ser consultada.

Las Amazonas son el primer y más persistente mito de mujeres en libertad viviendo en comunidades. Poderosas, porque manejaban armas, es curioso referir que ese factor de superioridad era marcador para los hombres que se cruzaban con ellas. Tener armas es, ayer como hoy, tener poder. Está estudiado que las regiones donde vivieron tenían grandes reservas de hierro. De ahí que ellas mismas fabricaran las armas. Y eran guerreras porque querían conquistar territorios para instalarse.

En cuanto a la descendencia, como normalmente vivían cerca del mar o en islas, eran regularmente visitadas por hombres aventureros o marineros, más o menos incautos, que de buen grado se emparejaban con aquellas mujeres. Ellas únicamente se quedaban con las hijas y repudiaban o mataban a los de sexo masculino. Eran, también, tiempos de barbarie.

El éxito y perennidad del interés por las Amazonas se debe precisamente a que ellas encarnan una sociedad donde los papeles sociales estaban invertidos. Mujeres luchadoras, poseedoras de caballos y armas y sin familia tradicional organizada, fascinaron y quedaron inmortalizadas en cuentos y leyendas populares de un universo vastísimo.

Además de estas mujeres, mitad mito mitad leyenda, se conoce la existencia de otras mujeres que no sólo se salían de sus roles tradicionales sino que fueron muy reconocidas, pese a que la Historia haya sido injusta con ellas:

Jantipa: (Siglo V - IV a.C.) Mujer denostada donde las haya, no ha tenido la oportunidad de dejar constancia de su pensamiento, toda vez que los textos conservados están yermos de palabras que hubieran sido pronunciadas por Jantipa. Su carácter irritable por el que eternamente ha sido conocida se justifica por la difícil y asimétrica relación sentimental con Sócrates, a través de la que asoma una mujer envuelta en un halo de humanidad y sinceridad que despierta simpatías.

Jantipa no se ajusta al papel de mujer sumisa que sería de esperar en una época de hombres tan guerreros como es la Grecia clásica. Siempre aparece airada y con un cierto aire de rebeldía crónico. Cosa que si analizamos fríamente no es de extrañar, ya que Sócrates que no era precisamente un marido ejemplar, que pasaba prácticamente la vida en los espacios públicos donde tenía sus seguidores.

Aunque, si nos fijamos, la actitud de Sócrates pasa siempre por defender a su esposa, es quizás por eso que la pitonisa del oráculo de Apolo en Delfos lo considerara el más sabio entre los hombres.

Vamos a ver un fragmento de una obra de él que ilustra su relación y el carácter insumiso de Jantipa:

–Sí, claro, sí, sin duda. La razón te pertenece. Sí, sí, sí.

La mujer gritaba y agitaba sus manos con impaciencia. El hombre, sentado, la miraba como con indiferencia.

–No diga el señor. ¿Y con qué quiere el señor que le dé de comer a los hijos? ¿Con las dracmas miserables de su gloria de hoplita? ¡No me alcanza!

–Jantipa… –comenzó a hablar él.

–¡Silencio! –lo interrumpió la mujer –¡No te permito hablar! ¡Bastante habla el señor en el ágora todo el día! ¿Todavía conservas la lengua? ¿Cómo no se te cae a pedazos? Petiso feo. ¡Dioses! ¿Por qué me casé con este hombre? –clamó, levantando los brazos hacia lo alto.

–Tu mal carácter… –terció él.

– ¡Mi mal carácter, mi mal carácter! ¿Quién tiene mal carácter? ¿Yo? ¿Y quién dice eso? ¿Tus amigos? ¡Hombres! ¡Todo el día en el ágora, no saben nada de la economía de la casa, no les importa, no es su problema, entonces, cuando una mujer se enoja justamente porque su esposo no cubre las necesidades domésticas, como debe ser, entonces esa mujer tiene mal carácter!

–El casamiento es un mal necesario… –musitó el hombre, como hablándose a sí mismo.

–¡Al fin estamos de acuerdo! ¡Eso mismo! ¡El casamiento es un mal necesario! –le respondió ella.

Platón en su obra La República incluyó a las mujeres en el gobierno de la polis. ¿Había entonces mujeres pensantes que se pudieran igualar a los varones? Si, la historia atestigua que existieron mujeres que debatían de igual a igual con los hombres sobre temas como la política, la filosofía y el arte, entre otros. Se llamaban“hetairas".

Y las representantes más destacadas emergen en el siglo V a.C: el llamado siglo de Oro o siglo de Pericles, era en el que el pensamiento humano en Occidente alcanzó su punto más alto.

Es por eso que tenemos que citar al escritor español Federico Carlos Sainz de Robles que en su obra "Encuentro con cincuenta mujeres inolvidables", hace mención de Aspasia de Mileto, conocida comúnmente como la amante de Pericles, pero que fue mucho más que eso. En lo que sí coinciden los historiógrafos fue en el hecho de que contó con los favores de dos diosas: Afrodita, la de la belleza y Atenea, la divinidad que encarnaba la inteligencia y la sabiduría, entre otros dones.

Nadie habría pensado mal si Pericles hubiera amado a muchachos, o hubiera tratado mal a su primera mujer, pero escandalizaba que considerase a la segunda (Aspasia) un ser humano, que viviese con ella en lugar de relegarla al gineceo, que invitara a su casa a amigos con sus mujeres. Todo esto era demasiado sorprendente y Aspasia era demasiado brillante para ser una mujer “honrada”.

Diotima: Diotima de Mantinea, una mujer griega de cuya existencia real hay dudas más que razonables, supuesta sacerdotisa y maestra

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